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Breviario de amor, Víctor G. de la Concha

Cincuenta poemas para soñar con las mil formas del amor.

13 de noviembre de 2021. Estandarte.com

Qué: Breviario de amor, 50 poemas inolvidables Selección y comentarios: Víctor García de la Concha Editorial: Espasa Año: 2019 Páginas: 192 Precio: 21,90 €

Breviario de amor, selección de poemas de Víctor García de la ConchaEl autor de esta espléndida selección, Víctor García de la Concha (Villaviciosa, Asturias, 1934) es doctor en Filología Española por la Universidad de Oviedo y lleva a sus espaldas una larga lista de títulos y cargos que no son otra cosa que el reconocimiento a sus estudios, su dedicación y a su intensa labor investigadora, con el Siglo de Oro y la literatura contemporánea como puntas de lanza. Fue director de la Real Academia Española (RAE), del Instituto Cervantes, presidente de la Asociación de Academias de la Lengua Española.

Enamorado y profundo conocedor de la poesía y su valor, confiesa –en una entrevista concedida a El País– que Francisco de Quevedo y Jorge Guillén están en la cima de esta exaltación amorosa que tanto tiene de alegría y gozo como de dolor y tristeza. Unos sentimientos que describe Lope de Vega con estas apasionadas palabras: “Desmayarse, atreverse, estar furioso, / áspero, tierno, liberal, esquivo…” quedan principio a uno de los poemas que forman parte de este libro editado por Espasa, que arrastra a la lectura y también sorprende y lleva a otros tiempos por su diseño impecable, cantos dorados y cubierta e interiores iluminados con ilustraciones de Beatriz Ramo (Naranjalidad).

Cuenta García de la Concha en la introducción a este hermoso breviario que “Amor y poesía nacieron juntos. Toda vivencia amorosa tiende por naturaleza a expresarse, y lo hace en pugna con la lengua”. Y afirma más adelante al hablar de la evolución de formas y lenguaje: “No cambian circunstancialmente en el decurso de los siglos los sentimientos amorosos. Pero cada época va moldeando las formas que la literatura del momento prefiere. Por eso las piezas que aquí se recogen presentan diversas facturas. Cada una dialoga con las que le preceden –Juan de la Cruz, por ejemplo, con Garcilaso y la poesía popular– aprovechando y desarrollando algunos de los elementos de amor o desamor que de ese modo se enriquecen.” Con esa convicción pone en marcha una empresa tan ardua como es de la de seleccionar unos poemas, memorables para la crítica, en un mundo, el de la poesía, tan rico en sentimientos, estilos, tiempos e historia.

Y lo hace en cinco capítulos, moviéndose a lo largo del tiempo, a través de  los romances, unos anónimos y otros con nombre propio como el Marqués de Santillana o Jorge Manrique que sembraron los Albores del Renacimiento; continúa con la explosión del Siglo de Oro, unos años asombrosos en los que descuellan el renacentismo de Garcilaso de la Vega, el misticismo de Juan de la Cruz, Teresa de Jesús o Juana Inés de la Cruz; y la riqueza poética de Quevedo, Lope de Vega, Góngora o Cervantes; sigue con el Siglo de la Luces, una mirada al pasado, bucólico, melancólico sentimental que materializan Cadalso o Menéndez Valdés y que dan paso a un periodo que va del Romanticismo al Realismo, movimiento que exalta el amor arrebatado, trágico, conmovedor, un amor que bien describen el Duque de Rivas, Espronceda, Zorrilla, Campoamor, Bécquer, Rosalía de Castro…; el caminar termina con la llegada a la Edad de Plata, tiempo que relata en tres intensos capítulos, en los que descubrimos poemas y voces –unas veces tiernas, otras nostálgicas, otras llenas de deseo y entrega– de los poetas que enriquecieron ese periodo: Rubén Darío, los hermanos Machado, Juan Ramón Jiménez, Miguel de Unamuno, Gabriela Mistral, Jorge Guillén, Vicente Aleixandre, Pedro Salinas, García Lorca, Rafael Alberti, Luis Cernuda, Cesar Vallejo, Miguel Hernández, Pablo Neruda y Octavio Paz.  

Para cada poeta y su poema el autor escribe una introducción que explica y ayuda a entender y disfrutar cada poesía. ¿Con cuál nos despedimos? Tampoco es aquí fácil la elección, pero en Estandarte atendemos al autor para terminar con estos versos de Jorge Guillén.

¡Tú, tú, tú, mi incesante
primavera profunda,
mi río de verdor
agudo y aventura!

¡Tú, ventana a lo diáfano:
desenlace de aurora,
modelación del día:
mediodía en su rosa,

tranquilidad de lumbre:
siesta del horizonte,
lumbres en lucha y coro:
poniente contra noche,

constelación del campo,
fabulosa, precisa,
trémula hermosamente,
universal y mía!

¡Tú más aún: tú como
tú, sin palabras toda
singular, desnudez
única, tú, sola!

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