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Dos Bigotes, la editorial gay y lésbica
Adiós a la vergüenza ajena: ¡mucho orgullo!
31 de mayo de 2014. Emilio Ruiz Mateo
Qué: Dos Bigotes, editorial especializada en autores y temática LGTBI (lesbianas, gais, personas transgénero, bisexuales e intersexuales)
Dos Bigotes es el proyecto de dos jóvenes editores que han tenido la fantástica idea (por fin alguien se atreve a hacerlo) de crear una editorial gay que no provoque vergüenza ajena, sino lo contrario: orgullo.
Que la primera referencia lanzada al mercado por Gonzalo Izquierdo y Alberto Rodríguez sea El armario de acero representa un acto político en toda regla, más allá de su valor literario. Dice mucho de Dos Bigotes que debuten con una antología de poetas actuales rusos gais y lesbianas. Dice por ejemplo que no van por el camino más fácil, sino por el que creen mejor (un “mejor” que no incluye la comercialidad más facilona).
Dice que disfrutan descubriendo nuevos nombres, ese placer propio de los editores de verdad.
Dice que creen que la literatura puede ayudar a cambiar el mundo.
Dice que a golpe de email y conversaciones (de la mano del poeta y autor del prólogo Dmitry Kuzmin) son capaces de crear un mapa que dibuje la voz del colectivo gay y lésbico de la Rusia actual, perseguido hasta la paliza o la cárcel.
Dice que, basta una mirada a El armario de acero para comprobarlo, huirán de ese maldito lugar común que convierte al colectivo gay en unos individuos interesados en libros con hombres musculosos en la portada, historias románticas de príncipe azul (al que se busca a golpe de sexo) o comedia locaza.
Dice que apuestan por el libro como objeto bello: la portada de El armario de acero es del artista del collage Raúl Lázaro (¿cuándo fue que se produjo esa fusión entre las portadas de los libros de temática gay y los flyers de discoteca cutre chuequera?).
El armario de acero reúne relatos y poemas de diecisiete autores rusos desconocidos en España (a excepción de Slava Mogutin, en su faceta de artista plástico y performer). En su país ya no pueden publicar, perseguidos por la ley contra la "propaganda homosexual" sancionada por Putin en 2013. Como toda antología, por algunos autores pasamos sin pena ni gloria y otros nos hacen detenernos e intentar memorizar su nombre, aunque sea ruso. Ahí están las historias de amor tapado de Margarita Meklina, prosa postmoderna para un tema universal. O los relatos felices, alejados del drama y llenos de normalidad de Vasili Chepelev. O ese Sergei Finogin, en cuyos textos lo gay no aparece como tema, lo mejor que le puede pasar a la literatura gay. Una razón para el optimismo, si tenemos en cuenta que Finogin es el más joven del libro…
Llegará el día en que Dos Bigotes publique un libro que los lectores compren no porque venga de una buena editorial de temática LGTBI, sino porque sea un buen libro. Eso sí que será un orgullo.
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