Ha muerto la escritora Harper Lee

19 de febrero de 2016. Estandarte

Justo hace un año te contábamos que regresaba a la actualidad con su segunda novela, y hoy nos despedimos de Harper Lee. A sus lectores deja Matar a un ruiseñor (1960), uno de los libros míticos de la literatura estadounidense del siglo XX, y su tardía secuela, Ve y pon un centinela (2015), anterior a la redacción de Matar a un ruiseñor. Harper Lee murió hoy en su localidad natal: Monroeville, en el estado de Alabama.

Allí nació el 28 de abril de 1926, y allí podría desarrollarse la trama de Matar a un ruiseñor; muchos de sus personajes los inspiró en su propio entorno. Ella se identificó con la pequeña Scout, para Atticus Finch se fijó en su propio padre, y Truman Capote —vecino suyo, y amigo de la infancia— también aparece en este canto por la justicia y por la igualdad. El abogado Atticus Finch defiende a un hombre afroamericano, a quien han acusado falsamente de la violación de una mujer blanca. El Sur de Estados Unidos, todavía muy racista en la época de la Gran Depresión, parece condenar al hombre sin escucharle: frente a los prejuicios, Harper Lee retrata a un hombre que lucha por aquello en lo que cree.

Décadas más tarde, la abogada de Harper Lee descubrió el manuscrito de Ven y pon un centinela, la primera novela de la autora, que permaneció inédita por consejo de su editor; a este le habría interesado la novela, sí, pero mucho más la historia que la había originado. Así que prefirió publicar antes la segunda parte, Matar a un ruiseñor, y olvidar ese primer libro en el que Scout regresa a Maycomb desde Nueva York, y se reencuentra con un pasado que no tiene mucho que ver con aquello que recuerda.

Harper Lee trabajó para una compañía aérea durante su juventud, pero el éxito de Matar a un ruiseñor le permitió centrarse en una vida lejos de cualquier tipo de escritura: en los años ochenta intentó escribir varios libros, pero no consiguió terminarlos. No concedía entrevistas y vivía retirada de la vida pública, aunque de vez en cuando asistía a entregas de premios y homenajes si se sentía cómoda en el entorno que las organizaba: escuelas, institutos, etcétera. Matar a un ruiseñor obtuvo el Premio Pulitzer en 1961, y un año más tarde tendría una adaptación cinematográfica que logró tres Óscar.

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