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Félix García Hernán, un autor colosal

Rebosante de autenticidad y pasión, se siente absolutamente feliz con lo que hace en la actualidad: escribir.

25 de enero de 2024. Antonio Parra Sanz. Revista Semilla Negra

Qué: Félix García Hernán, un autor colosal

Ocurre a veces en esto de la literatura, sea del género que sea, que nos encontramos con una novela que nos subyuga, y nos obliga a seguir leyendo hasta su final, sin que en esos momentos importen mucho otros detalles mundanos. Puede ser un episodio aislado, pero también se puede dar la circunstancia de que esa atracción, de la mano de su autor, se deba a algo más que a un solo volumen.

Cuando uno lee a Félix García Hernán siente algo parecido, y ahora que nos han vuelto a regalar, de la mano de la editorial Alrevés, la primera entrega de los casos de Javier Gallardo, hay que aprovechar y meterse de hoz y coz en la serie, porque el personaje, y los casos que Félix nos presenta, merecen mucho la pena.

Este Javier Gallardo, a quien ya conocemos como comisario en Delfines de plata, llevada hace poco a la pantalla por Javier Elorrieta, es un policía dotado de un especial y peculiar instinto que han envidiado muchos de sus compañeros, pero también está caracterizado por una tenacidad sin límites y un sentido de la profesionalidad digno de remarcar. En la segunda entrega, Cava dos fosas (la mejor de todas a juicio de su autor), incluso conocemos casos de su pasado, y su enfrentamiento con los compañeros más oscuros de los tiempos de la primera transición. Ya en Pastores del mal, regresando al presente, ha de enfrentarse a un nuevo caso que pone en tela de juicio ciertos principios morales, y que Félix narró con una precisión y sencillez encomiables.

Pero no se trata de diseccionar aquí sus casos, ni al personaje, más bien debemos felicitarnos por el padre de la criatura, un Félix García Hernán que, aunque llegado al escaparate literario de forma algo tardía, ha roto todos los cristales del mismo, y ha ido cautivando a miles de lectores por su manera de narrar, por el respeto que les muestra a sus personajes (sean de los buenos o no, sobrevivan o no), y por la exquisita elaboración de sus tramas, armadas con suma paciencia para que no quede un solo detalle sin encajar, y para que todo lo que cuenta sea siempre verosímil, creíble, además de ahondar en realidades sociales en las que hay que poner el ojo y la crítica, como debe hacer una buena novela negra.

Gallardo, claro está, lleva a cuestas su equipaje: Fernando Luengo, Raúl Olaya, una relación accidentada, su hijo Alfonso, Carmen, algunas amistades ya extintas, es decir, que es un hombre vivo, con sus luces y sus sombras, como debe ser, y que en ningún momento mira a nadie, ni a ningún caso, por encima del hombro, lo cual garantiza en él una humildad que a veces echamos de menos en otros protagonistas.

Félix, además, nos regaló una cuarta novela, Días sin sol (en realidad la segunda de la serie en orden cronológico), en la que profundizaba en palmarias injusticias sociales, económicas y bancarias, y en la posibilidad de que los ciudadanos se organizaran para buscar venganza, ¿o acaso era justicia? Esta última dejó una profunda huella, por la empatía que nos generó hacia ciertos personajes transgresores, y demostró una vez más que estamos ante un autor colosal, capaz de fabricar tramas de profundo calado.

Pero todo lo literario se queda incluso pequeño cuando se tiene la fortuna de conocer al autor y conversar con él, y uno se encuentra entonces con una gran persona, rebosante de autenticidad y pasión, que se siente absolutamente feliz con lo que hace en la actualidad, escribir, pero que además ha sido capaz de disfrutar de una vida, tanto personal como laboral, tremendamente interesante.

En esos momentos, cualquier lector con algo de curiosidad desea encerrarse con todas sus novelas, y llega la subyugación de la que hablábamos al principio, dicho de otro modo, la necesidad de dejarse dominar por una magnífica prosa y una capacidad narrativa extraordinaria.

Les aconsejo que lean a Félix, disfrutarán mucho, y si alguna vez se lo encuentran por ahí, en una presentación o un festival de novela negra, acérquense a él, porque disfrutarán todavía más conociendo a una de esas personas que dejan una hermosa huella en nuestro interior.

 

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