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Los aventureros: una novela gráfica que mezcla a Sergio Leone, Tarantino y Coppola

El capitán Bill Masterson recibe la orden de cruzar las líneas enemigas y rescatar un tesoro escondido.

18 de abril de 2024. Iván de la Torre

Qué: Los aventureros Autores: Carlos Albiac (guion); Ernesto García Seijas (dibujante) Editorial: Ediciones Record Año: 1991 Páginas: 128 Precio: 1.200 pesos argentinos

El capitán Bill Masterson recibe la orden de cruzar las líneas enemigas y rescatar un tesoro escondido para que la Confederación pueda seguir luchando en la Guerra de Secesión; lo acompaña Rex Gorman, un cínico desertor salvado de la horca con el único fin de ayudar a que la misión sea exitosa.

Con esos elementos, que en manos de un guionista tradicional se hubieran convertido en una serie de pura acción o un alegato contra la crueldad de la guerra, Albiac construye una de sus típicas historias desaforadas, llena de personajes excesivos y situaciones extravagantes que recuerdan al mejor Sergio Leone o, más cercano en el tiempo, a Quentin Tarantino, poblando la historia de personajes y situaciones extravagantes, que le dan un halo de completa irrealidad a una historia, con un tono, por momentos, cercano al Apocalipsis Now de Francis Ford Coppola, donde las personas no son regidas por un orden moral o lógico y cualquier cosa, literalmente, puede suceder.

El guion trabaja la aventura bordeando siempre lo grotesco, lo increíble, lo caricaturesco, hasta crear un mundo único, lleno de esas aventuras desaforadas que al lector les hubiera gustado tener de niño.

La serie, con el tono típico de la mejor picaresca española, incluye antihéroes memorables como «Louis Lousville Blue, cliente perpetuo de la prisión federal de Texas. Era tan pequeño como el doctor Pimp, pero mil veces más peligroso»; o Mary, una cínica y atractiva rubia que cambia de apellido según la conveniencia (Perkins hoy, Callaghan mañana), decidida a sobrevivir y hacerse rica sin importar los medios que deba usar para lograrlo:

Bill: «Primero Mary Perkins, después Miss Callaghan. ¿Se puede saber quién eres, rubia?»

Mary: «Soy alguien que juró... sacarte nuevamente el tesoro de debajo de tus narices. ¡En guardia, Bill!».

Rex Gorman sintetiza claramente su opinión sobre la cambiante Mary: «¡Que mujer, jefe! Si el resto es como la cabeza... valdría la pena trepar a un árbol para disfrutar del espectáculo...».

Capítulo a capítulo, Albiac hace creíble lo increíble construyendo situaciones y personajes tan encantadores que obligan incluso al lector más cínico a suspender su incredulidad seducido por una historia donde lo imposible sucede continuamente, incluyendo el encuentro fortuito con los fugados de una prisión federal y la aparición de Saturno Santos, un falso monje franciscano («santo con olor a pólvora») decidido a usar el escurridizo tesoro de la Confederación para comprar armas que ayuden a expulsar a las tropas extranjeras que conquistaron su país («Me consideraré un hombre libre cuando el último invasor francés haya sido expulsado del suelo mexicano»).

El cínico Rex es el encargado de sintetizar esos cambios repentinos que hacen tan atractivo e imprevisible el guion: «Este truhan de Saturno Santos nos birló medio millón de dólares en monedas de oro y ahora ni siquiera podemos ahorcarlo porque resulta ser todo un patriota. ¡Esto es muy injusto!».

Como en todo buen folletín de aventuras Albiac cambia constantemente el rumbo de la historia para sorprender al lector, así, Mary escapa cargando el tesoro robado en una balsa, pero se desmaya y es recogida por un barco donde la obligan a prostituirse, allí la encuentra Materson, que fue invitado al lugar por su nuevo “amigo” John Conolly.

Y esa es solo una parte de sus locas aventuras: «Desfilan por la mente del capitán Bill Masterson los últimos acontecimientos: la misión de recuperar el tesoro de la confederación oculto en tres ataúdes en un cementerio... la aparición de la misteriosa mujer... su valiosa ayuda para hacer salir el tesoro de la ciudad... su repentina desaparición, con los tres ataúdes cargados de oro».

Los aventureros es una versión sintética, redonda, perfecta, del arte de Carlos Albiac para armar tramas originales partiendo de situaciones y personajes maltratados durante años por autores mediocres como Julio Álvarez Cao, Guillermo Saccomanno, Juan Sasturain, Horacio Altuna, Gustavo Amezaga o Jorge Morhain, confirmando su capacidad para no dejarse limitar por ningún género porque en sus manos, los elementos más tradicionales y previsibles siempre permiten construir algo nuevo, único y diferente, donde se mezclan, de manera magistral, distintos tonos, con personajes que se caracterizan por sus matices.

El guionista contó su original manera de trabajar para generar una obra incomparable e inimitable: “Mis personajes poseen cierta ambigüedad, como los finales. Aunque una historieta sea realista utilizo el humor para romper sus esquemas. Así afloran cosas que de otra manera no saldrían. Yo primero barrunto un embrión de una idea y luego le busco razones y ahí si voy para atrás, indagando por qué y desinteresándome de la pura peripecia. Uno llega a plantear situaciones límites. Se narran historias mínimas, algo que pudo haber ocurrido y no pasó”.

En una reciente entrevista, el dibujante Ernesto García Seijas recordó: “Los Aventureros fue una de las historietas que hice con muchísimo placer, porque yo me sentía muy bien con Carlos Albiac. Tienen que ver mucho en estas cosas los guionistas. Con Carlos Trillo era con quien más me comunicaba, era una cosa de todos los días. También trabajaba muy cómodo con Robin (Wood), aunque era distinto el trato con él: Robin era una persona que estaba muy segura de sí misma, y entonces no sentías que vos podías aportar algo que él fuese a aceptar; era un guionista de personalidad fuerte, pero repito, de todos modos, trabajé muy cómodo con él. No quisiera poner acerca de esto ni un ‘pero’ dudoso para nada; yo me siento amigo de ambos, que no te quepan dudas, aunque no sé qué he sido yo para ellos (risas). Pasa que a veces uno cree que es bueno, que esto, que lo otro, pero habría que saber cómo me han percibido ellos”.

 

Comentarios en estandarte- 6

1 | Pablo 18-04-2024 - 17:00:39 h
Muy buena nota, me encantó. Para los que leímos esta historieta fragmentada en su momento, esta nota nos da unas tremendas ganas de salir a conseguir alguna edición completa. Gracias

2 | Miguel Figueroa 19-04-2024 - 00:12:12 h
Capo total Albiac, y García Seijas...que se puede decir que no se haya dicho. Muy buen artículo Iván.

3 | Ivan 19-04-2024 - 20:17:31 h
Muchas gracias por tu comentario, Pablo!

4 | Ivan 19-04-2024 - 20:18:09 h
Sin lugar a dudas, dos capos, Miguel, tanto Albiac como García Seijas. Abrazo!

5 | Luz María Mikanos 20-04-2024 - 02:47:13 h
Una historia dónde lo imposible sucede! Esa frase me caló, y si sucede a veces. Muy buen artículo!

6 | Ivan 21-04-2024 - 00:36:31 h
Muchísimas gracias, Luz, el genio de Albiac hace que lo imposible suceda... ¡y sea creíble!