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Marcos Ana, el pseudónimo de Fernando Macarro Castillo

El preso político que pasó más tiempo en las cárceles franquistas.

24 de abril de 2024. Estandarte.com

Qué: Biografía el poeta Marcos Ana

Fernando Macarro Castillo es un nombre que quizá no nos suene, pero que identificaremos al escuchar su seudónimo: Marcos Ana, que formó uniendo el nombre de sus padres. Marcos Ana había nacido en Alconada (Salamanca) el 20 de enero de 1920, y fue el preso político que más tiempo pasó en las cárceles franquistas: 23 años, desde su encarcelamiento en 1939 —en el inicio de la dictadura— a su liberación en 1961, gracias a la implicación de Amnistía Internacional.

Marcos Ana creció en una familia muy pobre: sus padres trabajaban como jornaleros, y eran profundamente católicos. Los tres hermanos mayores emigraron pronto a Alcalá de Henares (Madrid), ciudad a la que se trasladaría con sus padres en su adolescencia: para entonces tuvo que dejar de estudiar, y emplearse como dependiente en una tienda.

En 1936, antes del golpe de Estado, se afilia a las Juventudes Socialistas Unificadas. Durante la Guerra Civil, combate junto al Ejército Repúblicano pese a ser menor de edad —tendría que retirarse hasta cumplir los dieciocho años—, se afilia al Partido Comunista de España y ve cómo su padre muere en el bombardeo sobre Alcalá de la Legión Cóndor, la fuerza de intervención aérea que el régimen de Hitler envió a España en apoyo del general Franco.

El poeta sería condenado a muerte en 1939, por un triple asesinato que siempre mantuvo no haber cometido, puesto que sostenía que «era la práctica habitual en aquella época confusa, especialmente en los pueblos: imputar a los dirigentes más conocidos la responsabilidad de todo lo ocurrido en el lugar». Los crímenes se habían cometido siendo Marcos Ana secretario de las Juventudes Socialistas Unificadas en Alcalá de Henares y jefe de un grupo de milicianos dentro del Batallón Libertad.

En la cárcel de Porlier (Madrid) formaría parte del grupo que coordinó en 1943 el periódico clandestino Juventud, lo que supuso su condena a treinta años más de reclusión por un delito contra la Seguridad del Estado, lo que implicaría su traslado a las cárceles de Ocaña (Toledo), Alcalá de Henares y Burgos, donde permanecería entre 1946 y 1961. En 1944, la pena de muerte para Ana fue conmutada por treinta años de cárcel, cifrándose su condena en sesenta años.

En la cárcel de Porlier conocería a Antonio de Hoyos y Vinent, marqués de Vinent y escritor homosexual, que militaba en la Federación Anarquista Ibérica y colaboraba con el periódico El Sindicalista, del Partido Sindicalista; el autor fallecería en la cárcel en 1940.

Años más tarde, Marcos Ana coincidiría en el penal de Ocaña con el dramaturgo Antonio Buero Vallejo, que salió en libertad condicional en 1946, siendo desterrado de Madrid.

Estas amistades, unidas al conocimiento de la lectura en sus horas de encierro, despertaron en Marcos Ana la vocación literaria. Sus primeros poemas datan de mediados de la década de los cincuenta, enmarcándose de forma paradójica en las tendencias literarias de la época: su educación literaria se basaba en los clásicos españoles autorizados en la cárcel y algunos títulos prohibidos —de Rafael Alberti, Miguel de Cervantes, Federico García Lorca o Miguel Hernández— que circulaban entre los presos políticos, por lo que Ana desconocía qué escribían los poetas de la que más tarde se llamaría Generación del 50.

Gracias a una campaña internacional, Marcos Ana fue excarcelado el 17 de noviembre de 1961: un decreto del gobierno franquista dictaba la puesta en libertad de los presos que llevasen veinte años ininterrumpidos en la cárcel, siendo el poeta el único afectado por la medida.

Decidió exiliarse en Francia, donde permanecería hasta 1976, año de su regreso a España. Fue candidato a las elecciones parlamentarias de 1977 por el Partido Comunista, sin obtener escaño, y en las últimas décadas de su vida mantuvo tanto su actividad literaria —destaca su volumen de memorias, Decidme cómo es un árbol (2007), cuyos derechos cinematográficos adquirió Pedro Almodóvar— como su compromiso político.

En la obra literaria de Marcos Ana, destacan los títulos Poemas desde la cárcel (1960) —publicado en Brasil cuando el autor todavía estaba encarcelado—, España a tres voces (1961) —en colaboración con Jesús López Pacheco y Luis Alberto Quesada, y publicado en Argentina—, Las soledades del muro (1977), Decidme cómo es un árbol (2007), Poemas de la prisión y la vida (2011) y Vale la pena luchar (2013).

La Universidad de Granada le propuso en 2009 como candidato al Premio Príncipe de Asturias de la Concordia, en una iniciativa que obtuvo el apoyo de los ganadores del Nobel de Literatura José Saramago y Wole Soyinka, los escritores Gioconda Belli y Eduardo Galeano, el cineasta Pedro Almodóvar o el cantautor Silvio Rodríguez; la ganadora fue, finalmente, la ciudad de Berlín.

En 2009 obtuvo la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo, y en 2011 la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes. En 2010 fue galardonado con la primera edición del Premio René Cassin de Derechos Humanos, que otorga el Gobierno Vasco.

 

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