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Lily y SuperLily, la última revista juvenil femenina

Siguió la estela de precedentes como 'Florita', 'Mis chicas' o 'Azucena'.

18 de abril de 2024. Mariola Díaz-Cano Arévalo

Qué: Revista Lily Editorial: Bruguera Años: 1970-1985

Lily fue el último título de publicaciones dirigidas a lectoras que siguió la estela de precedentes como Florita, Mis chicas o Azucena. Con ella cerramos este repaso a revistas juveniles femeninas del siglo XX.

Estuvo en el mercado desde 1970 a 1985 gracias a la editorial de referencia para publicaciones infantiles y juveniles como fue Bruguera, que publicó casi ochocientos números. Su característica fue que se podían leer historietas importadas del extranjero —como ocurrió en el caso de Esther y su mundo— y otras desde Inglaterra, Italia o Francia, que mostraban sociedades más abiertas y avanzadas y otras mucho más tradicionales y tocadas por la censura, que aún perduraba en la época.

 

El contexto histórico de Lily

Porque es necesario echarle un vistazo para entender cómo fue posible esa mezcla de argumentos y estilos de historias, dirigidas principalmente al público adolescente femenino. Y es que a mediados de los 70 se empezaban a dar esos primeros pasos de apertura y libertad que todavía vigilaba una censura ya cada vez con menos fuerza.

En Lily aparecían chicas jóvenes independientes, trabajadoras y que se vestían con bikini y minifalda, pero, a la vez, se veían y leían escenas o tramas impensables hoy en día. Pero también se podía distinguir un trasfondo que se le pasó por alto a esa censura.

Lily lucía con más color, portadas muy vistosas y edición en vertical, y también traía contenidos que, aunque tocaban el cine, como las revistas de los años 50 y 60, se dedicó más a la música y la televisión.

La inclusión de pósteres de ídolos musicales del momento fue uno de sus aciertos, además de esas historias que venían de fuera, buenos personajes como Esther o la Lily que le daba el título, genial creación de Roberto Segura, que también dibujaba a Piluca, Rigoberto Picaporte, solterón de mucho porte, Los señores de Alcorcón y el holgazán de Pepón o La panda entre otros. Pero el éxito fue tal que solo el primer año superó los 40.000 ejemplares por tirada.

 

Los personajes de Lily

La galería de personajes que aparecían era muy larga y diversa a la vez. Además, la proporción entre más infantiles y juveniles lograba ampliar la horquilla de edad de las lectoras.

Así, entre los primeros, por ejemplo, estaban Fina, Terror de El Remanso, Pura Calamidad, Tica y sus amigos o Montse, la amiga de los animales. Mención aparte merece La terrible Fifi, creada por Nené Estivill, uno de los más transgresores de toda la revista, que se alejaba mucho de ser precisamente un ejemplo de comportamiento modélico, pero, a la vez, pasaba el filtro de aquella censura.

Y entre los personajes más adultos o que llamaban más la atención a las lectoras preadolescentes estaba Candy, modelo en apuros, de Antonio Colmeiro, que contaba las aventuras de una joven modelo siempre acompañada de su agente, Ken, y que, aunque caía en los estereotipos, también presentaba a una protagonista decidida, que desempeñaba un trabajo muy frívolo para los cánones femeninos de entonces.  

Ocurría algo parecido con Gina, otra estupenda creación de Purita Campos, aunque no tuviese el mismo éxito que Esther y su mundo.

En el otro extremo de convencionalidad estaban Maripili y Leopoldino, un matrimonio muy fino, de Íñigo, una pareja en la que él era el típico hombre de negocios y ella la típica ama de casa, donde también se daban todos los estereotipos.

Más personajes e historias que se encontraban tanto en Lily como en SuperLily, la edición algo más extensa y con portadas normalmente de cantantes o actores, eran: Valentina, de la italiana Grazia Nidasio, Angelita y sus Charlies, Apartamento para cuatro, Los extraordinarios relatos del Tío Arthur, Agencia el penúltimo viaje o la divertida Purita, de Tran. Incluso aparecía también la legendaria Betty Boob, la rompedora creación en los años 30 de Max Fleischer.

 

Las secciones de Lily

Desde consejos para mantenerse en forma o adelgazar hasta un consultorio sentimental en Charlando con M.ª José encontrábamos todas las respuestas. Y también había recetas de cocina.

 

En conclusión, Lily es un retrato perfecto de la época llena de cambios que chocaban con los modelos vigentes hasta entonces en la sociedad y el papel de la mujer en ella.

 

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