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El baile, de Irène Némirovsky
La venganza de una adolescente furiosa en el París de principios del siglo XX.
17 de noviembre de 2024. Estandarte.com
Qué: El baile Autora: Irène Némirovsky Traducción: José Ramón Monreal Editorial: Ediciones Invisibles (Colección Pequeños Placeres) Año: 2023 Páginas: 88 Precio: 11,40 €
El baile, una de las obras más emblemáticas de Irène Némirovsky, se sitúa en el París de principios del siglo XX, en el seno de una familia de nuevos ricos que se traslada a vivir a uno de los bulevares más lujosos de la ciudad. Para darse a conocer entre lo más selecto de la alta sociedad parisina, la señora Kampf prepara un gran baile en el que no habrá de faltar de nada.
Al enterarse de los preparativos de la fiesta, su hija adolescente empieza a hacerse ilusiones con poder participar de ella, pero la madre, deseosa de que nadie le robe ese momento de gloria que tanto tiempo había esperado tras una vida de privación, le prohíbe asistir.
Es en ese punto en el que se pone en marcha un plan que nace de un impulso adolescente pero que se acabará convirtiendo en una dura venganza.
El baile fue publicada en primera instancia en la revista Les Œuvres Libres en 1929, bajo el seudónimo de Pierre Nerey. Eran tiempos en los que el antisemitismo cotizaba al alza. Nemirovsky, de origen judío, ya escribió con anterioridad una novela –David Godler– en la que dejaba ver los estereotipos que persiguen al pueblo judío.
Irène Némirovsky, cuyo nombre ruso era Irina Leonidovna Nemirovskaïa, nació en Kiev en 1903. Hija única de una familia de judíos, sus padres eran Leonid Borissovitch Némirovsky, un próspero hombre de negocios, y Anna Margoulis, que procedía de una rica familia de Odessa.
El matrimonio, conocido por sus desacuerdos e infidelidades, tuvo que huir en 1917 de su país cuando comenzó la Revolución de Octubre. Tras pasar un año viviendo en Finlandia, se establecieron en París, como tantos otros compatriotas exiliados. Irène Némirovsky completó sus estudios en la Sorbona, donde se graduó en Letras.
Irène Némirovsky dedicó parte de su narrativa a retratar a su madre en muchos de los personajes execrables que pueblan sus novelas, pues Anna Margoulis nunca sintió afecto por su única hija. Son esas pinceladas autobiográficas las que el lector reconocerá fácilmente en El baile.
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