Las maravillas de Elena Medel

12 de octubre de 2021. Estandarte.com

Las maravillas es la primera novela que publica Elena Medel (Córdoba, 1985), pero no la primera que escribe. En una charla con Lola Larumbe, librera de la Librería Rafael Alberti (Madrid), la escritora y editora, bien conocida por su poesía, reconoció que tiene tres novelas encerradas en un cajón y que en las tres había algo en común, compartían un personaje. Descartó esas historias, pero siguió trabajando en ese personaje que se ha consolidado en una de las protagonistas de esta obra que edita con Anagrama: Alicia.

Alicia desconcierta en Las maravillas con su falta de empatía, sus anomalías, con su carácter incómodo. La otra gran protagonista, María, es una persona con la que es más fácil simpatizar, a la que es más fácil coger cariño mientras se la acompaña en determinados momentos de su vida y en su envidiable crecimiento personal. Carmen, como comentaba Medel en esa charla, atraviesa la novela como un fantasma –está, pero no está– y es la tercera figura clave de esta novela en la que la autora se ha decidido por voces femeninas para abordar temas universales. A través de sus vidas, de sus día a día lúgubres, inquietantes, ilusionantes…, sus relaciones y sus decisiones se acerca a momentos señalados de la Historia: la muerte de Franco, el triunfo del PSOE en las elecciones de 1982, la gran movilización feminista en marzo de 2018.

En esa fecha, en marzo de 2018, comienza y concluye la novela. Lo hace en Madrid y entre medias el libro va y vuelve de Córdoba a la capital y viaja hacia atrás en saltos aparentemente desordenados en el tiempo, pero que responden a cómo la autora sigue a una u otra protagonista. Con María –bastante mayor que Alicia– comienza en 1969 en Córdoba; el siguiente capítulo, dedicado a Alicia, también se sitúa en Córdoba, pero en 1998. Luego, Madrid en 1975; Córdoba, 1999; y ya siempre Madrid, especialmente Carabanchel, en distintos momentos entre 1982 y 2018, y en cada uno de ellos con miradas atrás y recuerdos con los que se escarba en las vidas y en los sentimientos de estas dos mujeres, que se llevan unos treinta años, en sus pesares, sus pesadillas, sus momentos serenos y desasosegantes. Medel le dijo a Larumbe que había escrito esta novela escuchando y caminando. Se nota.

Se nota que la escritora observa la vida con curiosidad y sensibilidad, que sabe leer más allá de la superficie en situaciones para muchos aparentemente insustanciales y descubre en ellas esos matices con los que ha llenado la novela de realidad, con sus luces y con sus sombras. Los viajes en metro, la precariedad del empleo, la espera en el aseo de un bar, un cambio de pañal, el mensaje de una tarta de cumpleaños, una intervención en una reunión política... Todo es creíble. Son creíbles las penurias económicas y el peso del dinero o de su falta, los papeles que se atribuyen a hombres y mujeres, la soledad, la familia, los cuidados, la amistad, la fuerza para seguir adelante y tomar las riendas.

Las maravillas, con esa estructura que mantiene alerta y atrapa; con esas intrahistorias que emocionan y a veces duelen, irritan, enorgullecen; con esa expresividad y riqueza narrativa, y con esos personajes tan bien construidos –no solo Alicia, Carmen y María, también Pedro, Nando o Chico, con el que es difícil no simpatizar…–, es una gran novela, una de esas que tienen la virtud de hacer pensar, que da pena acabar y que se queda en la recámara para, más tarde o más temprano, volver a saborearla.