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Helena: la vida no es una telenovela, baby

Robin Wood aprovecha la tradicional historia sobre una joven golpeada por una tragedia absoluta.

23 de marzo de 2024. Iván de la Torre

Qué: Helena Autores: Robin Wood (guion); Ernesto García Seijas (dibujos) Editorial: Columba Año: 1996 Páginas: 150 Precio: 1.200 pesos argentinos

Helena funciona como la contracara de las clásicas telenovelas sobre mujeres a las que una desgracia inesperada convierte en heroínas, superando desprecios y desplantes hasta casarse con el galán joven, apuesto, rico, de buen corazón y familia todopoderosa.

Como Manuel Puig y Marco Denevi, Robin aprovecha la tradicional historia sobre una joven golpeada por una tragedia absoluta («Papá murió esta semana. Así nada más. Cuatro palabras desoladas para expresar el fin total de mi mundo, de mi juventud, de toda una época de mi vida. Querido papá distraído, enamorado de libros de cubiertas de cuero, de recuerdos de Buenos Aires y de trozos de historia con un antepasado encerrado en ellas. Y es natural que llueva y que sea otoño. Es natural que sea un día gris en el cual Buenos Aires se arrebuja como un gato al calor del hogar. Es natural que no haya un sol que me distraiga o que brutalice aún más mi pena. Los dos sabíamos que este momento llegaría… pero éramos como niños que no quieren dejar de jugar, que hacen trampas, que piden un minuto antes de apagar la luz. Pero el juego se acabó. Me han obligado a crecer, papá, y ahora deberé seguir adelante sin ti. Adiós, papá. Adiós, mi querido compañero de juegos. Adiós.»), para mostrar con crudeza, humor e ironía, un mundo despiadado donde no se puede confiar en nadie, ni siquiera en inocentes veinteañeras que lloran solas su desgracia en un café, algo que Helena aprende de la peor manera posible:

«Helena: Rivero me habló de vos y Onselmi. Y lo de las fotos y las cartas.

Por un momento me contempló con un gesto atónito y vacilante, pero súbitamente todo se deshizo en un relámpago y su rostro sufrió una sutil y escalofriante transformación. Sus ojos se volvieron sardónicos y su boca sonrió malignamente:

Adriana: Te lo contó, ¿eh? ¿Así que el pobre Marquitos anduvo llorando sus penas?

Helena: ¿Es verdad, entonces?

Adriana: Despertá, Helena. Dejá de comprar buzones. Claro que es verdad. ¿Qué te crees? ¿Que pienso pasarme la vida trabajando de recepcionista? No, nena. Yo tengo otros planes.

Helena: ¡Me engañaste! ¡Me tomaste el pelo con tu carita de huerfanita!

Adriana: ¿Y qué culpa tengo yo de que vos seas una crédula? Este es un mundo para los que saben rebuscárselas, querida. Onselmi me vino al pelo. Le va a costar un montón de plata mantenerme contenta. ¡Lo tendrías que haber visto! ¡El gran romántico! Le pedí que me escribiera cartas de amor y ni sospechó... Y las fotos... Todo le pareció tan tierno...

Lanzó una carcajada canallesca y comprendí que no sólo se estaba riendo de Onsemi. También se estaba riendo de mí.

Adriana: ¡Y la cara que puso cuando le pregunté lo que su esposa pensaría si veía las cartas y las fotos...! Creí que se iba a desmayar. Lo tengo en un puño, Helena. Con esas fotos y esas cartas lo voy a exprimir a gusto. Él tiene mucho dinero y yo tengo una buena lista de cosas que quiero. Para comenzar: un departamento, un coche...».

Elegir una fantasía falsa o construir el propio destino, enfrentando la realidad con todo lo que ésta tiene de bueno y malo: ese es el eje que sostiene y le da toda su fuerza e impacto a esta extraordinaria novela gráfica que pervierte todos los tópicos de la tradicional novela rosa.

La determinación le permite a Helena superar sus limitaciones y miedos para construir una carrera profesional como periodista mientras se cruza con personajes que, a diferencia de ella, prefirieron evadir cualquier riesgo como Willy, que cuenta historias falsas sobre sus viajes por el mundo, pero nunca pudo dejar su casa natal; Ricardo Castro, un cantante que se somete a las exigencias de su promotor para no renunciar a la fama que obtuvo años atrás, cuando todavía era joven y bello, con miles de fanáticas y contratos millonarios; o Rafael Petrosino, el amoral corredor de autos que planea un desesperado casamiento por conveniencia para salvarse de la miseria:

«No soy rico. Siempre viví gastando mucho. Mientras fui campeón no tuvo importancia, pero vino el accidente de Montecarlo... y perdí el coraje... Así de simple. Quiero dejar de correr. Mañana voy a perder. Le voy a echar la culpa al coche. ¿Por qué no? Él no va a protestar. Luego voy a anunciar mi retiro. La hija de Maso está loca por mí y le voy a pedir que se case conmigo. Luego ya no tendré que preocuparme más por el dinero».

Apariencias versus realidad, ilusiones versus hechos: Robin se burla de todos los tópicos de las clásicas telenovelas latinoamericanas, mostrando un mundo despiadado donde hasta los galanes de novela rosa deben pagar un precio de dignidad para sobrevivir en un mundo del espectáculo muy diferente al que muestran las revistas:

«El cuarto cigarrillo lo hizo toser y bebió el vino a grandes tragos para aliviar el escozor. Sabía que no debía hacerlo, pero no encontró ninguna razón suficientemente fuerte para negarse.

Collins: Cuidado con esa garganta, mi amigo.

Los ojos irritados de ella. Ojos alarmados. Y la sonrisa húmeda con dientes de oro de Collins. El gesto especulativo de Guadiana...

Collins: Después de todo, un galán tiene que ser moderado. Su cuerpo es su capital.

Los odió. Se estaban burlando de él, los dos hombres feos y poderosos que lo dominaban. Quiso despreciarlos, pero ella no le quitaba los ojos de encima».

El propio Robin, consciente de que era imposible realizar un retrato tan duro de los demás sin exponerse a sí mismo, se parodió a sí mismo a través de un personaje romántico, trotamundos y exitoso que parece salido directamente de una novela picaresca de Jorge Asís al que llamó Juan Blake, «el alegre argentino irlandés, escritor a la moda, aventurero cómodo y mujeriego razonable. Está de moda y se llena de plata, un hombre impreciso e impredecible, un cínico romántico que quería ser más duro de lo que podía, introvertido y extrovertido, que amaba demasiadas cosas en la vida...».

 

Comentarios en estandarte- 4

1 | Luz Maria Mikanos 26-12-2023 - 22:18:31 h
Maravilloso! Un detallado resumen de una obra increíble en contenido e ilustración! Muy completo y con los contenidos reflexivos más profundos! Realmente una reseña impecable y para guardar! Gracias De la Torre y gracias Estandarte por poner estás maravillas! Incluyendo frases para atesorar!

2 | Iván 28-12-2023 - 02:44:31 h
Muchas gracias, Luz, si te gustó, misión cumplida!

3 | J R Del Rio 31-12-2023 - 04:22:33 h
Una de las que no tenia leídas de Wood, pero que pienso remediar cuanto antes. Gracias por toda la info

4 | Ivan 25-03-2024 - 00:55:48 h
Muchas gracias por tu comentario J R Del Río