Sterling Hayden, el marino que fue actor y escritor

17 de abril de 2024. Mariola Díaz-Cano Arévalo

Sterling Hayden (1916-1986) nunca quiso ser actor y, sin embargo, fue uno de los grandes en los años 40 y 50, trabajó con los mejores directores y consiguió forjar una larga carrera de éxitos aunque fuese intermitente. Su vida estuvo marcada por su caída a los infiernos durante la caza de brujas macartista, sus delaciones de buenos amigos y su arrepentimiento por ello, además de por su afición al alcohol y otras drogas.

Pero lo que de verdad amó fue el mar y la navegación, a la que se dedicó en su juventud. Y para rematar esa vida intensa también escribió una autobiografía, Wanderer (Vagabundo) y una novela histórica con tono a lo Melville, Voyage, a novel of 1896, que lamentablemente no están traducidas al español pero que merecen la pena para aquellos lectores que sepan o quieran practicar su inglés y, por supuesto, admiren al actor.

 

Wanderer (Vagabundo), de Sterling Hayden

Dedicada a su mejor amigo, al que delató y que posteriormente murió en la cárcel, la escribió en 1963 como testimonio también de su arrepentimiento por ello. En ella conocemos a un Hayden aventurero que, en su adolescencia, se fugó, trabajó como pescador y sirvió como marinero.

Ya en los años 40 empezó a trabajar como modelo y fue inevitable que lo descubrieran para el cine, así que poco después empezaba a trabajar para la Paramount. Rodando su primera película conoció a la actriz Madeleine Carroll, con la que se casó, pero después se alistó y se marchó a Europa donde luchó en la Segunda Guerra Mundial con los partisanos yugoslavos del mariscal Tito.

Por su actuación le concedieron la Estrella de Plata de la República Yugoslava y al volver a Estados Unidos se afilió al Partido Comunista. Entonces empezaron las investigaciones del Comité de Actividades Antiamericanas, que lo pusieron en el punto de mira.

Terminó dejando el cine, se casó tres veces y se dedicó a vivir, escribir y navegar en su barco, el Who Knows (Quién sabe). Su afición al alcohol y al consumo de drogas lo metió en más de un lío. Regresó al cine con películas puntuales en los 60 y 70. Tuvo seis hijos y murió por un cáncer en 1986.

 

Voyage, a novel of 1876; de Sterling Hayden

Con ciertos toques de Herman Melville, Jack London o Joseph Conrad y más de 700 páginas, esta novela es una epopeya histórica y naval que solo puede contar un marino. Hayden lo hizo a lo grande, quizás un poco como lo era él también en cuanto a su físico poderoso y austero y la gran presencia escénica que tenía. Había tenido muy buenas críticas a su autobiografía y las repitió con esta obra.

Cuenta la travesía de un velero de cuatro palos desde Nueva Inglaterra a San Francisco doblando el cabo de Hornos. Con profusión de detalles náuticos que Hayden conocía bien, los personajes y la tensión dramática entre ellos son excepcionales, en especial, la historia de amor del capitán y una pasajera. Eso sí, solo está recomendada para amantes de este género de aventura y barcos.

 

Sterling Hayden: su filmografía más importante

Cualquier cinéfilo que se precie seguro que ha visto dos títulos más que clásicos del género negro, que también vienen de la literatura: La jungla de asfalto, de John Huston y basada en la novela de W. R. Burnett, en la que su inolvidable Dix Handley, ese matón de los bajos fondos, es el personaje duro y perdedor por excelencia del género. O Atraco perfecto, de Stanley Kubrick, y con origen en la novela Clean Break, de Lionel White. Con Kubrick repitió en ¿Teléfono rojo?, volamos hacia Moscú.

También trabajó con Francis Ford Coppola en El padrino, en un papel tan secundario como bueno, y uno de sus últimos títulos fue Novecento, de Bernardo Bertolucci.