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La luz que no puedes ver, de Anthony Doerr
Una narración paralela, las historias de dos niños alrededor de la ocupación de Francia, con la que Doerr llegó al corazón de miles de lectores.
07 de noviembre de 2024. Mariola Díaz-Cano Arévalo
Qué: La luz que no puedes ver Autor: Anthony Doerr Editorial: DEBOLSILLO Año: 2018 Páginas: 664 Precio: 10,40 €
La luz que no puedes ver, del escritor norteamericano Anthony Doerr es un superventas que siempre puede descubrirse o releerse. Además, en el 2015 recibió el Premio Pulitzer de Novela. Como anécdota diremos que en su día también fue lectura del entonces presidente Barack Obama.
La trama está ambientada en la Segunda Guerra Mundial, época recurrente en la literatura, y que nunca deja de atraer ni como tema ni como periodo histórico, así que cada cierto tiempo los escritores van por allí.
Con una narración paralela que cuenta las historias de dos niños —una francesa y ciega y el otro, un huérfano alemán— en los años antes, durante y después de la ocupación de Francia, llegó al corazón de miles de lectores.
Escrito en tiempo presente para acercarte aún más a la acción y los personajes, sus capítulos cortos de no más de tres o cuatro páginas que se alternan entre la pequeña Marie-Laure y el huérfano Werner van deslizando de modo vertiginoso sus existencias, que terminarán entrecruzándose cuando ambos son ya adolescentes, en las últimas horas del asedio alemán a la población de Saint-Malo.
Pero antes asistes al cambio progresivo y radical que produce la guerra en sus vidas. En medio, y como hilo de unión entre ellos que, al final, se revela casi mágico, está la radio, uno de los elementos más fundamentales y determinantes para el desarrollo de la contienda.
La afición y habilidad de Werner para reparar aparatos de radio llamará la atención de los mandos de las Juventudes Hitlerianas, que acaban reclutándolo. Y la pequeña Marie-Laure descubrirá que en su familia de Saint-Malo son más que aficionados no solo a escucharla, sino a transmitir, lo que terminarán haciendo para la Resistencia.
En medio, tenemos la historia de una piedra fabulosa con una maldición que se guarda en el Museo de Ciencias Naturales de París, donde el padre de Marie-Laure es el cerrajero, una piedra que va buscando un oficial nazi. Pero esa búsqueda es lo de menos. Lo importante es cómo las historias de todos se van acercando hasta confluir en el emocionante y emotivo final.
Está todo bien, desde la estructura de la acción y la descripción de los personajes principales, valiente en un mundo de tinieblas la pequeña Marie-Laure y el huérfano Werner en otro de incomprensión ante lo que ocurre alrededor.
Pero es que los secundarios son igual de buenos, como el amoroso padre de Marie-Laure, que le construye miniaturas de su barrio para que aprenda a guiarse y la quiere con locura; su tío abuelo marcado por la guerra anterior y que no es capaz de salir de casa o la anciana ama de llaves que lo cuida y hará lo mismo con Marie-Laure; la hermana de Werner, Jutta, o los amigos en la escuela, como Frederick, el compañero débil y a la vez valiente, apasionado de los pájaros y metáfora de las docenas de niños y jóvenes alemanes que no pudieron superar el adoctrinamiento brutal al que fueron sometidos. O Frank, el Gigante, ejemplo perfecto de los que sí lo lograron a costa de pagar después el precio tan alto de la soledad.
El epílogo se prolonga hasta la actualidad y sin pretender ninguna moraleja o lección, sino simplemente para mostrar como se puede conseguir no solo sobrevivir a la nada y el horror, sino hacerlo lo mejor posible.
Otras novelas de Doerr son Un año en Roma, El rastreador de conchas, El muro de la memoria y Ciudad en las nubes.
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