Nos adentramos en los Recorridos mínimos de Rodrigo Gervasi

14 de mayo de 2023. Estandarte.com

Recorridos mínimos de Rodrigo Gervasi es una recopilación de los trayectos realizados por una persona a lo largo de los años. Desde la vuelta a casa en autobús tras salir del instituto al recorrido en metro previo a una primera cita durante la época universitaria, descubrimos el transcurso de una vida a través de las rutinas que componen su día a día.

Narrado en primera persona, el personaje interactúa con su entorno creando vínculos emocionales que se nutren tanto del diseño urbanístico en el que se halla como de los sentimientos derivados de sus experiencias personales. Muy pronto nos damos cuenta de que la intencionalidad de la obra toma dos vertientes: por un lado, la presentación del personaje atendiendo a sus entresijos y evolución, y por otro, la exploración de diversos paisajes cuidadosamente descritos haciendo uso de un estilo descriptivo sensorial.

Los trayectos nos sumergen en la realidad de un chico que lidia con padres divorciados, una ansiedad inexplorada o la represión y tardío desarrollo de su personalidad a causa del miedo a mostrarse tal y como es. Accedemos a la mente de un niño que descubre que es diferente, a la de un adolescente que esconde su homosexualidad y la de un joven adulto que aprende a aceptarse.

Durante la lectura empatizamos con sus inquietudes y pensamientos intrusivos ligados a su inestabilidad emocional. Se explora a su vez la toma de conciencia del paso del tiempo y la fragilidad de los lazos personales confrontados a los finales de etapas. El monólogo interior del personaje aflora con una narración introspectiva contada desde la perspectiva del momento en el que se produce.

De ese modo, el lector se transporta al instante exacto en el que se desarrollan los hechos, evitando observaciones posteriores que contaminarían la fidelidad e inocencia de la situación. El resultado es una muestra de la evolución del pensamiento de una persona mediante la cotidianidad.

El escrito nos traslada a una multitud de entornos de forma afable gracias a una literatura liviana cuya belleza reside en plasmar ambientes con claridad. Las descripciones nos muestran paisajes costumbristas, pero también viajes extraordinarios en diferentes puntos del mundo.

Al otorgar una especial atención a los detalles sensoriales, el libro consigue involucrarnos de lleno en las travesías, comprendiendo sus aromas, tonalidades, cadencias y matices. Los trayectos, estructurados en capítulos, crean un conjunto cohesivo a la vez que autónomo. Su orden de lectura no cronológico no parece obligatorio, aunque sí deliberado pues cada uno desencadena una sensación o sentimiento concreto, entrelazando la sonoridad lírica con el contenido. El propio libro con sus cambios de ritmo y giros inesperados emula un viaje que pone el foco en la importancia del mirar.

Gracias al diálogo entre la rutina y lo excepcional Recorridos mínimos logra encapsular la belleza de la vida de una forma tan potente como liviana que cautiva al lector desde las primeras páginas.