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Che: la historieta maldita de H. G. Oesterheld, Alberto y Enrique Breccia

Oesterheld se mostró inicialmente convencido del héroe redentor al que debía seguirse sin cuestionamientos.

27 de febrero de 2024. Iván de la Torre

Qué: Che Autores: H. G. Oesterheld (guion); Alberto y Enrique Breccia (dibujos) Editorial: Imaginador Año: 1997 Páginas: 96 Precio: 1.000 pesos argentinos

Publicada en 1968, apenas 4 meses después de la muerte de Ernesto “Che” Guevara, esta obra muestra a un Oesterheld totalmente convencido del héroe redentor al que debía seguirse sin cuestionamientos, sacrificando las vidas que hicieran falta para lograr un mundo sin injusticias.

Años después, el guionista retomaría el concepto para la fallida segunda parte de El Eternauta, convirtiendo a Juan Salvo, su personaje más reconocido, en una triste parodia de lo que había sido, lo que generó una situación muy tensa con su dibujante Francisco Solano López, cuyo hijo Gabriel había formado parte de una organización guerrillera y solo logró escapar de Argentina gracias a los contactos de su padre, experiencias que reflejaría en Ana e Historias tristes.

En esta novela gráfica, a la manera del peor Eduardo Galeano, Oesterheld construye estereotipo tras estereotipo y no deja lugar común de la época sin usar, retratando al Che Guevara como un hombre único y genial, enfrentado a seres mezquinos o mediocres, que no entienden la grandeza que les propone, incluyendo los aldeanos bolivianos que, en vez de ayudarlo, terminan denunciándolo a las autoridades.

Cada vez más politizado, el guionista olvidó por completo su teoría del héroe grupal (eje central de El Eternauta) y remarcó, una y otra vez, la excepcionalidad del Che, al que señaló como el ejemplo a seguir, el hombre del futuro, el líder que puede anticipar lo que vendrá, en una narración donde se omite cualquier hecho que pueda opacar el mito del buen revolucionario.

La muerte de Guevara le sirve al guionista para remarcar el mensaje que viene repitiendo desde el comienzo de la historia en un tono que recuerda al peor Galeano: «Torpe rito de la muerte que ya es vencida. La sangre del Che es ya gota en el río de la tanta sangre derramada contra el hambre y la cadena. De su nombre, amor y acción. Pone de pie a las juventudes del mundo. Las echa a andar».

Afortunadamente, el dibujo, en manos de Alberto Breccia y su hijo es impecable. Enrique contó como surgió la idea de trabajar en este proyecto: “En 1967, poco después de la muerte del Che Guevara en Bolivia, Héctor Oesterheld se juntó con mi viejo y conmigo para decirnos que el editor Carlos Pérez (que había trabajado para Eudeba como jefe de producción en el Centro Editor de América Latina) y que era a su vez empleado del editor Jorge Álvarez, le había encargado un proyecto que se llamaría Biografías; 12 libros en formato historieta de más o menos 70 páginas. Héctor y Pérez ya tenían una lista de los personajes que integrarían la colección: Sandino, Fidel Castro, Pancho Villa, Simón Bolívar, Tupac Amaru y otros, pero estaba decidido que el primer libro sería La vida del Che. Lo querían hacer lo antes posible, porque a Pérez lo entusiasmaba la idea de que fuera la primera historieta hecha luego de la muerte del Che. De común acuerdo, entre los tres decidimos que mi viejo haría la parte inicial, la más documentada desde el punto de vista histórico, y que abarcaría desde el nacimiento de Guevara hasta su partida al Congo. Yo me encargaría de ilustrar El libro del Che en Bolivia. En la primera parte, la narración es en tercera persona. En la parte que yo ilustré, ‘habla’ el Che, ya que está basada en su Diario”.

Sobre su trabajo y el de su padre, el dibujante recordó: “El estilo usado por mi viejo fue más tradicional y descriptivo, mientras el mío era más expresionista, para lo cual aproveché la xilografía que por esos días hacía en forma autodidacta, que se distingue por los contrastes violentos hechos en blanco y negro puros, sin la utilización de grises. Ese estilo se prestaba más a la violencia del combate y a la creciente oscuridad de la historia a medida que ésta se acercaba a la muerte. Recuerdo que, luego de muchas discusiones, Héctor aceptó escribir dos guiones de 35 páginas cada uno por separado, uno para mi padre y el otro para mí. Eran guiones muy simples donde sólo figuraban los diálogos, pero sin las habituales "descripciones gráficas" de toda historieta, para dejarnos entera libertad de creación. Yo no gané ni un mango por mis 35 páginas, porque para lograr el efecto de grabado en madera dibujaba sobre una cartulina enyesada de tres milímetros de espesor. Casi sin usar el lápiz, ponía la tinta china negra con un pincel grueso y luego raspaba con la punta de un cuchillo. Eran cartulinas inglesas que costaban mucho y lo que me pagaban por página era menos de la mitad de lo que me salía cada hoja”.

El dibujante confirmó que Oesterheld se había convertido en un propagandista empeñado en embellecer la historia de Guevara y eso generaba choques permanentes: “Fueron tres meses de trabajo continuo, de pura adrenalina y discusiones frecuentes. Héctor protestaba porque yo hacía demasiado feos a los campesinos bolivianos (embrutecidos era la palabra que usaba) y yo le respondía que no estaba dibujando un western donde todos son lindos. Pero además le dije que lo hacía deliberadamente después de enterarme que en 10 meses de campaña no se había sumado ni un solo campesino a su columna. ‘¡Estás volviéndote loco! ¿quién te creés que sos, el reclutador de Guevara?’, le contestaba enfurecido”.

El dibujante, por otra parte, desmintió un mito que todavía tiene vigencia entre muchos intelectuales seguidores de Oesterheld: “También deseo aclarar que posteriormente el querido Héctor no fue desaparecido por su labor de guionista de historieta sino por su militancia en Montoneros. Esto no tiene nada que ver con Vida del Che, pero por amistad me siento obligado a dejarlo en claro porque existe mucha confusión con este tema que en mi opinión le quita valor a su sacrificio y al de sus cuatro hijas. El libro, además de Argentina -hablo sólo de las ediciones legales, porque ediciones ‘piratas’ hubo y sigue habiendo en muchos países-, se publicó en España, Italia, Francia, Alemania, Croacia y Grecia, y ahora me acaban de avisar que para este aniversario sale una edición en Portugal”.

Con ironía, Enrique remarcó que esta versión idealizada de la vida de Guevara nunca fue publicada en Cuba: “Sin embargo, y vaya uno a saber por qué, el régimen cubano jamás permitió que se editara en la isla”.

 

Comentarios en estandarte- 2

1 | Luz Maria Mikanos 20-12-2023 - 01:55:06 h
Muy interesante narración y descripción de una obra que desconocía! Gracias De la Torre y Gracias Estándarte!

2 | Iván 21-12-2023 - 04:29:11 h
Gracias a vos, Luz, por tus comentarios!