La vida de Churchill, por Andrew Roberts

15 de abril de 2021. Estandarte.com

Winston Churchill (Oxfordshire, 1874-Londres, 1965) es un personaje apasionante, sobre el que se ha estudiado y escrito –y seguirá escribiéndose– hasta la saciedad. Una y otra vez se vuelve sobre su figura para bien y para mal y en distintos formatos (también ha encontrado hueco en el cine y la televisión): recordar sus aciertos y subrayar sus errores. ¿Queda algo por contar sobre el político y estadista británico?

En esta ambiciosísima obra, el historiador británico Andrew Roberts (1936) cuenta quién era, cómo era y qué hacía Winston Churchill y lo hace tras bucear en muchísimas fuentes y tener acceso a una gran cantidad de documentos que ningún otro biógrafo ha podido ver con anterioridad, como los diarios privados del rey Jorge VI, con quien Churchill se reunía con frecuencia.

Parece, por tanto, que sí quedaban cosas por contar y aquí, en este libro de más de 1500 páginas, se cuentan. Además, Churchill –como cualquier otro tema– se puede explorar desde infinidad de perspectivas y planteamientos, incidiendo en unos u otros aspectos y trayéndolos a la actualidad. Churchill tuvo muchos aspectos entre los que indagar: formó parte de la última carga de caballería británica, estuvo preso en un campo de prisioneros en Sudáfrica y escapó, fue corresponsal de guerra, dos veces primer ministro (una de ellas durante la Segunda Guerra Mundial), pintó, coleccionó mariposas, escribió más de 37 libros, ganó el Nobel de Literatura…    

Historiador, periodista, escritor y profesor de Estudios de Guerra en el King’s College de Londres, miembro de la Royal Society of Literature y de la Royal Society of Arts, del Napoleonic Institute y socio honorario de la International Churchill Society, Roberts ha escrito esta biografía en cuatro años, pero lleva estudiando al personaje desde hace treinta, al tiempo que iba culminando otras muchas obras, entre las que se encuentran Hitler y Churchill. Los secretos del liderazgo (Taurus, 2003), La tormenta de la guerra. Nueva historia de la Segunda Guerra Mundial (Siglo XXI, 2012) o Napoleón. Una vida (Palabra, 2016).

Reconocido internacionalmente, Roberts describe su labor de historiador como la de un detective que encuentra la clave en los detalles: cuando los tiene identificados y comprendidos es cuando aplica la lente de gran angular; trabaja de abajo arriba. Por eso, en esta biografía cuenta curiosidades como que Churchill no marcó un número de teléfono con sus propios dedos hasta que tuvo 73 años: fue una llamada al servicio horario y se despidió de la cinta dándole las gracias. La anécdota es reveladora de su carácter aristocrático; igual que la de cómo jugaba con sus soldaditos de plomo lo es de alguien de quien se ha dicho que se sentía más cómodo en tiempos de guerra que de paz. Detrás de esos soldaditos la lupa del historiador encuentra otra conclusión, que vendrá a confirmar con más detalles: la distancia física y emocional que marcaron los padres de Churchill hacia él. Le regalaron esas figuritas, pero él se lo agradeció por carta: eran el regalo de Navidad, de unas fiestas que no pasaron con su hijo. “A finales de la década de 1930, después de una cena, Winston le diría a su hijo Randolph: «Esta tarde hemos charlado tú y yo juntos, sin interrupción, más tiempo del que jamás tuve ocasión de hablar yo mismo con mi padre en toda su vida».”, recuerda Roberts.

El historiador transmite en estas páginas la pasión que reconoce sentir por ese personaje carismático, seguro de sí mismo, arrogante, profundamente monárquico, con sentido del humor. No es una pasión ciega: identifica tanto sus errores como sus virtudes, y entre estas una de las que más aplaude es precisamente la de aprender de sus errores. Completa y rigurosa, esta biografía editada por Crítica dibuja un retrato poliédrico del político, la sociedad y la dramática época que le tocó vivir y en la que su papel fue trascendental para el curso de la historia.