Juan Diego Botto, Premio Nacional de Teatro

04 de octubre de 2021. Estandarte.com

«Pero de entre todas las noches del mundo, decidieron matarme en una noche sin luna». Estas palabras, en boca de Juan Diego Botto (Buenos Aires, 1975), recuerdan a Federico García Lorca, el autor, poeta y dramaturgo al que Botto ha dedicado su obra Una noche sin luna.

Escrita e interpretada por el propio Botto y dirigida por Sergio Peris-Mencheta, es una pieza conmovedora y sorprendente, en la que el artista vuelve a enfrentarse –como él mismo cuenta en la web de la obra– a los temas que siempre le van rondando como dramaturgo: memoria, dictadura, desaparecidos…

Con esta obra en gira por los escenarios de España, el Ministerio de Cultura y Deporte anuncia que concede a Juan Diego Botto el Premio Nacional de Teatro correspondiente a 2021.

Lo hace a propuesta de un jurado presidido por la directora general del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (INAEM), Amaya de Miguel, que precisamente reconoce «su profundo y permanente compromiso con la escena como vehículo de transmisión de realidades políticas y sociales incómodas y su capacidad de hacerlas llegar al gran público a través de un lenguaje claro y sencillo pero cargado de poesía».

El jurado alude a este espectáculo, Una noche sin luna, y aplaude que en él Botto ha demostrado «su naturaleza de hombre de teatro integral como dramaturgo e intérprete», así como «la enorme vigencia que el discurso lorquiano posee en la actualidad». En este sentido, el autor, en la web de la obra, reconocer que «hablar de Lorca hoy es hablar de nosotros mismos».

Como apunta la sinopsis de Una noche sin luna que publica en su web el Teatro Español de Madrid –donde se representó el pasado verano–, la obra recoge entrevistas, charlas y conferencias de Federico García Lorca, fragmentos de sus obras y algunos de sus poemas.

Con estos materiales y la dramaturgia de Botto, «es el propio Lorca quien, en primera persona, nos acerca a su mundo». Un mundo que se convierte en un espejo del actual y en el que su mirada poética y reivindicativa y su ansia de libertad abordan, con ironía, sentido del humor y emotividad, temas como el papel de la mujer, la lucha por la libertad de identidad sexual o la importancia de la memoria y las raíces.

El Premio Nacional de Teatro, dotado con 30.000 €, se concede como recompensa y reconocimiento a la labor de una persona o entidad en el ámbito teatral, puesta de manifiesto preferentemente a través de una obra o actuación hecha pública o representada durante el año 2020.

Una noche sin luna es una magnífica pieza que se suma a la fecunda trayectoria de Juan Diego Botto que abarca cine, televisión y teatro.

Nos fijamos solo en el este último en el que ha actuado como director, autor e intérprete. Debutó en el teatro en 1987 con Alessio, una obra de Ignacio García May producida por el Centro Dramático Nacional. Su trayectoria escénica continuó en los años noventa con obras como Veinte años no es nada, bajo las órdenes de Eduardo Recabarren, y El rufián de la escalera, obra dirigida por su madre, la actriz, productora y maestra de generaciones de actores, Cristina Rota; con quien también trabajó en Rosencrantz y Guildenstern han muerto (2000) y, posteriormente, en Despertares y celebraciones (2007), una obra firmada por el propio Botto, quien ya había dado el salto a la creación en El privilegio de ser perro (2005), para la que escribió varios de los monólogos que conformaban el espectáculo y se encargó también de la dramaturgia y la dirección de la obra. En 2008 estrenó en el Teatro María Guerrero Hamlet, obra dirigida y protagonizada por Botto junto a José Coronado, Marta Etura y Nieve de Medina, entre otros. Como autor repetiría en La última noche de la peste (2007), Un trozo invisible de este mundo (2012), título en el que estuvo dirigido por Sergio Peris-Mencheta y con el que obtuvo el Premio Max al mejor Autor Revelación y al Mejor Actor, y,  como hemos mencionado, Una noche sin luna.