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El mal de Corcira, de Lorenzo Silva

Una novela intensa que entretiene y llama a la reflexión.

29 de julio de 2021. Estandarte.com

Qué: El mal de Corcira Autor: Lorenzo Silva Editorial: Ediciones Destino. Colección Áncora & Delfín Año: 2020 Páginas: 544 Precio: 21,90 € (papel); 8,54 € (eBook)

El mal de Corcira, de Lorenzo SilvaEl mal de Corcira es más que una novela policiaca, es un toque de atención contra el olvido. Con ella, Lorenzo Silva (Madrid, 1966) relata una historia que se enmarca y enlaza con la lucha de la Guardia Civil contra el terrorismo de ETA. “Será –cuenta el autor en un vídeo de presentación del libro– la más extensa (más de quinientas páginas) y ambiciosa de la serie. Aborda una historia que hace mucho tiempo que quería contar, y que sentía que les debía tanto a los personajes como a los lectores. Ahora es el momento, y a veces esperar viene bien. O muy bien.”

Y es, aunque cada vez menos, un tema difícil que Silva resuelve con brillantez apoyándose en la personalidad de sus protagonistas, esa gran pareja que hemos ido conociendo y admirando a lo largo de los años y de los libros y casos anteriores a los que se han enfrentado juntos. Son, para quien se acerque a sus andanzas por primera vez, el subteniente Rubén Bevilacqua (Vila para hacer más fácil el entendimiento), un hombre reflexivo, culto y equilibrado, y la sargento Virginia Chamorro, una mujer tenaz, valiente y concienzuda. Dos personajes, y con ellos su equipo, que poco tienen que ver con los estereotipos que describen a la Guardia Civil.

En El mal de Corcira, el autor se vale del descubrimiento de un cadáver en una playa de Formentera para enfrentar dos tiempos y dos escenarios que inevitablemente llevan a Vila a rememorar los años que pasó en el cuartel de Intxaurrondo, a recordar el miedo, el agotamiento de los seguimientos, los excesos, los interrogatorios, la rabia y al dolor por la muerte de los compañeros…

A lo largo de todo el libro, que se mueve entre dos paisajes y climas tan diferentes como el de Formentera y Guipúzcoa, con brillantes saltos de tiempo hacia adelante y hacia atrás (como si fueran dos novelas que se entrecruzan), el lector entra en el desarrollo de una investigación que se complica cuando descubren la identidad del muerto: un antiguo etarra, mal considerado por sus antiguos compañeros; y descubre –o redescubre– el peculiar carácter de un hombre (Bevilacqua) que se ve como un verso suelto, que huye de las explicaciones fáciles, que necesita saber lo que hay en la cabeza de los asesinos, entender su frialdad y su falta de humanidad. Lo cuenta cuando habla de sus vivencias en el País Vasco. “Traté de cumplir en los meses sucesivos, la tarea de profundizar en las razones por las que aquellas personas nos odiaban tanto y de forma tan persistente, hasta el punto de matar a traición o exponerse a morir”.

El presente, ese asesinato, le lleva al pasado, a investigar hoy las relaciones de ayer, a desentrañar una historia que viene de lejos, que llenó el país de dolor en una cruenta lucha por unas libertades que acabaron con la de los otros. Bevilacqua actúa y al tiempo va desgranando en primera persona los sucesos de aquella terrible etapa dominada por la violencia, la complejidad, el dolor, el silencio cómplice y la sinrazón.

La novela termina con un epílogo, dominado por Tucídides, que refleja nítidamente el pensamiento y modo de encarar la vida del protagonista:

Bevilacqua acude a la llamada del teniente general Pereira, es mayo de 2018, el encuentro coincide con el fin de la investigación y con el anuncio de la disolución de los pocos que quedan de ETA. ¿Qué supone? Para Vila está claro y pone un ejemplo a su superior:

–[…] Fue en Corcira donde se vio por primera vez lo que traía hacer de tu vecino un enemigo, con el enfrentamiento entre el partido democrático, que era partidario de Atenas, y eloligárquico que era afín a Esparta. Al final se impuso el partido demócrata, pero eso es lo de menos. Lo principal es lo que cuenta Tucídides, y cómo lo cuenta y cómo dos mil cuatrocientos años más tarde parece que lo escribiera ayer”.

Y Vila sigue explicando la historia que cuenta Tucídides, y los dos van comprobando que todo lo que dijo entonces es lo mismo que sucede hoy.

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