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Simposio de literatura infantil y juvenil

Organizado por la Fundación Germán Sánchez Ruipérez.

25 de noviembre de 2001. Estandarte.com

Qué: VII Simposio de literatura infantil y juvenil Año: 2001 Cuándo: hasta el 24 de noviembre de 2001 Dónde: Casa de América (Madrid-España)

Alrededor de medio centenar de especialistas españoles e iberoamericanos asistieron en la Casa de América a la inauguración del VII Simposio Internacional Iberoamericano sobre Literatura infantil y Lectura, que tuvo lugar hasta el 24 de noviembre. Este encuentro, organizado por la Fundación Germán Sánchez Ruipérez, fue patrocinado por la Dirección General del Libro, Archivos y Bibliotecas.

Estamos entrando en otro modelo de sociedad donde la lectura necesita encontrar su espacio; espacios públicos como la biblioteca y la escuela, que es el espacio privilegiado donde se aprende la mecánica de la lectura, pero también hay que pensar en otros espacios posibles, no convencionales.

Gustavo Martín Garzo se centró en El sexto sentido, película turbadora donde los fantasmas se convierten en nuestra realidad más próxima, hasta llegar al profundo conocimiento de las palabras. Comenta que todos los fantasmas son sacos de palabras y se pregunta: «¿Pero no es eso también un libro? En realidad las palabras están más cerca de los muertos que de los vivos. Al menos, las palabras de la poesía. Hablan siempre de lo que está oculto». ¿Podemos vivir sin leer? Su respuesta es definitiva. «No lo creo. Incluso los que no llegan a abrir un solo libro, no paran de leer». Para él la escritura es la voz de lo que se encuentra en otro lugar y todos los grandes libros guardan la memoria de esa voz.

Confiesa que una buena parte de la literatura infantil o juvenil actual no consigue interesarle, quizá porque «demasiado apegada a la actualidad y a los proyectos educativos de los profesores, esta literatura ha pasado a convertirse en algo así como una escuela de urbanidad o de educación moral. Y no digo que no deban enseñarse a los niños los valores de la convivencia, sino que esa no es la función de la literatura». Considera fundamental que los niños lean «para que reciban a través de la lectura algo que amplíe su mundo, que lo haga más rico y diverso, pero no que les diga lo que tienen que pensar».

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