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Juan Ramón Jiménez, su biografía

Ni el Nobel de Literatura le alivió el pesar por la muerte de su esposa.

24 de enero de 2024. Estandarte.com

Qué: Biografía de Juan Ramón Jiménez

Dice la web de la fundación que lleva su nombre que Juan Ramón Jiménez nace en Moguer (Huelva) el 23 de diciembre de 1881 a las 12 de la noche, pero que “siempre le gustó decir que había nacido el día 24”. Bueno, también dicen las normas ortográficas que existen la g, la x o la k (entre otras) y Juan Ramón prefirió ignorarlas en su escritura y escribir como las palabras suenan al oído.

Caprichoso para unos, dueño de un mundo propio para otros y único para todos, Juan Ramón Jiménez fue un niño aplicado que sacaba buenas notas. Interno con los jesuitas en el colegio de San Luis Gonzaga, del Puerto de Santa María (Cádiz) manifestará sus incipientes intereses artísticos por la poesía y el dibujo. Se le desbordan según va creciendo, lo que hace que abandone finalmente los estudios de Derecho que había empezado a cursar.

Corre el año 1900 y en una primera visita a Madrid conoce el mundo literario de la capital y muestra a sus nuevas amistades, entre las que se encuentran Villaespesa, Rubén Darío, Benavente, Valle-Inclán, Azorín o Baroja, sus versos recogidos bajo el título Nubes. De ahí saldrá material para sus dos primeras obras publicadas: Almas de Violeta y Ninfeas.

Ese mismo año, la muerte de su padre le afectara psíquica y físicamente. Su familia decide internarlo en un sanatorio francés, en Burdeos, donde aprovecha para conocer de primera mano la literatura de los simbolistas franceses. Luego se traslada a Madrid, donde organiza tertulias y charlas sin salir del sanatorio donde andaba ingresado. En 1903, Juan Ramón Jiménez publicó Arias tristes, uno de sus título claves en la primera etapa de las tres en que se suele dividir su trayectoria.

Su primera etapa sería la sensitiva (1898-1915) y estaría marcada por la influencia de Bécquer y las corrientes modernista y simbolista. En ella predomina la melancolía, los recuerdos y los ensueños amorosos. Se trata de una poesía emotiva y sentimental. Platero y yo pertenece también a este periodo, pero a su parte final, pues es de 1914. En esta época Juan Ramón había vuelto a su pueblo a la búsqueda de la serenidad y la salud. No las encuentra. La situación económica de la familia le da quebraderos de cabeza. A cambio son años prolíficos en lo que respecta a la poesía.

De 1908 a 1913, Juan Ramón dará a la imprenta diez libros entre los que figuran: Elegías Puras; Las hojas verdesBaladas de primaveraPastorales, La soledad sonora, Poemas mágicos y dolientes o Melancolía. Platero y yo es el recuerdo emocionado alburro que le lleva de Moguer a los pueblos cercanos o con el que paseaba por los campos cercanos. Su primera edición apareció el 12 de diciembre de 1914.

Poco a poco, Juan Ramón se va dando cuenta de que la vida va en serio. Su familia está arruinada y si quiere ganarse la vida con la escritura será más fácil hacerlo en Madrid. Marcha para allá. Lo primero que conoce es el amor. Se enamora de Zenobia Camprubí, una mujer culta de familia adinerada y con ascendencia estadounidense, de hecho la pareja se casará en Nueva York en 1916, aunque establece su residencia en Madrid. De esta época es el Diario de un poeta recién casado, del que Juan Ramón declaró que era “un libro de descubrimientos: descubre el mar que le trae el verso desnudo”.

El mar se halla en el centro de la segunda etapa juanrramoniana, etapa intelectual que va desde 1916 al 36. En ella el mar se revela como motivo trascendente que simboliza la vida, la soledad, el gozo, el eterno tiempo presente. Se inicia asimismo una evolución espiritual que lo lleva a buscar la trascendencia, la eternidad: el medio que elige es la búsqueda de la belleza y la depuración poética.

En los años 20 Juan Ramón publica su Segunda antolojia poética, Poesía y Belleza, además de las influyentes revistas poéticas Índice, Sí y Ley. En ellas, con Juan Ramón Jiménez como eje entre dos generaciones, se mezclan escritores ya consagrados como Azorín, Gómez de la Serna, los hermanos Machado u Ortega y Gasset con los que vendrían: Gerardo Diego, Pedro Salinas, Jorge Guillén, Federico García Lorca, Dámaso Alonso, Rafael Alberti, o Manuel Altolaguirre.

La década de los 30 es problemática: rompe con Jorge Guillén, prohíbe la inclusión de sus versos en cualquier antología de poesía española, se niega a ocupar un sillón en la Real Academia Española… Y la Guerra Civil estalla en el 36. El matrimonio se compromete con lado republicano y acoge a numerosos niños huérfanos. La situación es cada vez más dramática y peligrosa, de modo que la pareja tiene que huir a América. Allí, Nueva York, Puerto Rico, Cuba y Miami serán sus destinos. Se establecerán finalmente en el último, en Coral Gables, pero el matrimonio viajaba muy a menudo dando conferencias, talleres…

Entre 1939 y 1942, Juan Ramón escribió Romances de Coral Gables, que se publicó en 1948. Antes habían aparecido Españoles de tres mundosVoces de mi copla y La estación total con las canciones de la nueva luz. En esa época trabajaba también en dos poemas en prosas extensos: EspacioTiempo. La producción de su exilio americano constituye la tercera etapa de su obra llamada etapa verdadera o suficiente. La búsqueda de la belleza toca techo y le lleva hasta lo sagrado. En obras como Animal de fondo o Dios deseado y deseante, ambas del 49, Juan Ramón se identifica finalmente con la divinidad: “y tu esencia está en mí como mi forma”, dice uno de sus versos.

Las dolencias físicas y psíquicas que nunca habían abandonado al poeta se hacen más frecuentes y más intensas en la década de los 50. Al comienzo de la misma, en marzo de 1951, los esposos vuelven a  Puerto Rico buscando buenos médicos, exiliados españoles en los que Juan Ramón Jiménez confiaba plenamente. Ese mismo año le diagnostican a Zenobia un cáncer de matriz. Entre médicos y conferencias, Juan Ramón repasa compulsiva y obsesivamente toda su obra.

En 1953, Juan Ramón dona a la Universidad de Puerto Rico su biblioteca más de seis mil volúmenes. La Universidad, agradecida, cedió al poeta y a su esposa una gran sala para que sirviera de lugar de trabajo para la pareja y para custodiar los libros donados por ella: la Sala Zenobia-Juan Ramón Jiménez.

En 1956, tras un leve periodo de mejora y bienestar, Zenobia recae y el diagnóstico es fatal: no le dan mucho tiempo de vida. El fatal pronóstico se cumple y muere el 28 de octubre de ese año. Tres días antes, la Academia Sueca le había concedido a Juan Ramón el Premio Nobel de Literatura más triste: nada puede aliviar la tristeza del homenajeado. Juan Ramón no se repone, se da de baja de la vida y se encierra con su dolor: descuida la higiene, la comida… Tras una serie de altibajos en su salud, su familia quiere que vuelva a España. Él se resiste con fuerza, pero al final ni eso le resta. Se resigna, pero no viajará en vida. El 29 de mayo de 1958 muere en Puerto Rico.

Sus restos y los de Zenobia sí fueron trasladados a España y descansan en el Cementerio de Moguer donde el poeta había nacido 77 años antes, el 23 de diciembre. O el 24 como a él le gustaba decir.

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