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Veinticinco años sin Jaime Gil de Biedma
Recordamos al poeta en el aniversario de su muerte.
08 de enero de 2015. Estandarte
Qué: Se cumplen veinticinco años de la muerte del poeta español Jaime Gil de Biedma. Cuándo: 8 de enero de 2015 (falleció el 8 de enero de 1990 en Barcelona).
Hoy se cumplen veinticinco años de la muerte del poeta español Jaime Gil de Biedma. Se trata de uno de esos escritores cuya obra crece con los años: el lector —o la lectora— recordará el encuentro de juventud con sus poemas, el impacto ante la defensa de la libertad para ser, creer y amar, pero mantendrá su admiración cuando años después vuelva a aquellos versos
Jaime Gil de Biedma y Alba nació en Barcelona el 13 de noviembre de 1929, y murió en esta misma ciudad el 8 de enero de 1990. Miembro de una familia de la alta burguesía castellana, combinó su empleo en la Compañía de Tabacos de Filipinas con la escritura. Poeta lento, en cuyos versos se encontraban la intimidad y el compromiso, abogó por una expresión clara y musical, con un lenguaje coloquial y desnudo, que se acercara al lector. Aspiraba a compartir su denuncia del sistema capitalista y de la burguesía hipócrita de la que él mismo provenía, su lucha contra el franquismo y su defensa de los derechos de las mujeres y de los homosexuales.
El raro equilibrio entre el deseo y la política de la poesía de Jaime Gil de Biedma puede encontrarse en títulos como Compañeros de viaje (1959), Moralidades (1966) o Las personas del verbo (1982). Publicó un libro de memorias de título premonitorio, Diario del artista seriamente enfermo (1974), y una recopilación de ensayos, El pie de la letra (1980).
Compartimos en Estandarte uno de los poemas más célebres de Jaime Gil de Biedma, "No volveré a ser joven2, así como el breve programa que TVE emitió con motivo de su muerte. Poesía en una cadena de televisión a nivel nacional... ¡Quién lo diría!
No volveré a ser joven
Que la vida iba en serio
uno lo empieza a comprender más tarde
—como todos los jóvenes, yo vine
a llevarme la vida por delante.
Dejar huella quería
y marcharme entre aplausos
—envejecer, morir, eran tan sólo
las dimensiones del teatro.
Pero ha pasado el tiempo
y la verdad desagradable asoma:
envejecer, morir,
es el único argumento de la obra.
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