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París era una fiesta, de Ernest Hemingway
Los parisinos convierte este libro en el símbolo de su protesta.
21 de noviembre de 2015. Estandarte.com
Qué: París era una fiesta, de Ernest Hemingway, símbolo contra los atentados.
La literatura ayuda a curar las heridas, a refugiarnos de nuestros problemas... Los lectores parisinos han escogido refugiarse en los libros frente a los atentados del pasado viernes 13 de noviembre. Para ser exactos, han encontrado cobijo en un libro concreto y simbólico: París era una fiesta, las memorias francesas de Ernest Hemingway.
La iniciativa partió de una lectora casi anónima —su nombre sí lo conocemos, Danielle, y sabemos también que es jubilada—, que intervino con enorme pasión en un programa televisivo. «Es muy importante que veamos, aquí, varias veces, el libro de Hemingway París era un fiesta», opinó, «porque somos una civilización muy antigua y llevaremos nuestros valores hasta lo más alto; y fraternizaremos con los cinco millones de musulmanes que ejercen su religión libre y amablemente y lucharemos contra los 10.000 bárbaros que matan, supuestamente, en nombre de Alá». El mensaje de Danielle impresionó a los espectadores, y se convirtió en viral al momento. Muchos parisinos han dejado ejemplares del libro como homenaje, entre las velas y las flores, antes los bares y las salas de conciertos asoladas por los terroristas, y muchos franceses participaron en el minuto de silencio y en las manifestaciones con París era una fiesta entre sus manos.
París era una fiesta encabeza ahora las listas de biografías más vendidas en Amazon, y se ha agotado la edición en papel: las librerías parisinas, que antes vendían diez ejemplares diarios de las memorias de Ernest Hemingway, han elevado las cifras hasta —entre todas, por supuesto— un total de quinientos libros diarios. El homenaje a París —y a Hemingway— repite la reacción a los pasados atentados de enero, cuando los lectores agotaron Tratado de la tolerancia, de Voltaire; se estima que se vendieron 120.000 ejemplares de este título. En el caso de Folio —que publica en francés el libro de Hemingway—, la editorial se ha visto obligada a lanzar una reimpresión de 15.000 ejemplares, casi el doble de las ventas anuales de París era una fiesta.
París era una fiesta (A Moveable Feast) se publicó tres años y medio después de la muerte de su autor, y sin embargo al leerla tenemos la sensación de que se trata de su libro más personal. Un hombre que sabe que su vida se acaba recuerda sus años en París: una época en la que fue «muy pobre, pero muy feliz». Ernest Hemingway convirtió en personajes a F. Scott Fitzgerald, Ezra Pound o Gertrude Stein, rememora la Primera Guerra Mundial y establece las coordenadas de la Generación Perdida. Porque «París es una fiesta que nos sigue», los lectores se han enfrentado así al peor ataque terrorista de la historia de Francia, con 129 muertos y más de 350 heridos.
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