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La relación hurtada, de Francisco Peñarrubia

Un libro a la búsqueda de la figura paterna.

26 de marzo de 2018. Estandarte.com

Qué: La relación hurtada Autor: Francisco Peñarrubia Editorial: Arzalia Ediciones Año: 2018 Páginas: 216 ISBN: 978-84-17241-03-2 Precio: 15,95 €

La relación hurtada, de Francisco PeñarrubiaEn este libro de Arzalia ediciones, Francisco Peñarrubia arranca su investigación poniendo de manifiesto que  “la figura del padre tiene algo de desconocido, ausente, inexistente incluso, lo que complica poner palabras a esa relación”. Está tejida sobre una maraña de figuras borrosas, difuminadas: mientras la madre tiene un perfil muy definido, nítido, la figura del padre es una especie de ruido de fondo, una amalgama de conceptos de límites difusos, inciertos. Peñarrubia sabe de lo que habla de un modo muy profesional, digamos. Psicólogo y psicoterapeuta, fue uno de los introductores de la Terapia Gestalt en España, dirigiendo el centro psicoterapéutico CIPARH durante tres décadas años y la Escuela Madrileña de Terapia Gestalt durante 25. Actualmente se dedica al entrenamiento de gestaltistas, al análisis y conducción de grupos y a la supervisión de profesionales (Gestalt Cervantes, Madrid) y a grupos experimentales de creatividad (Sonora, Piedralaves). Su estudio y conocimiento de la figura paterna y de las relaciones paterno filiales, pues, era vasto y era técnico. Tuvo que morir su padre –¿tantas veces ha de ocurrir esto?– para que el contorno de aquel hombre que lo había engendrado se revelara de una manera distinta, despertando en él “unos canales de sensibilidad literaria y poética que no reconocía desde la lejana adolescencia”.

Lo cuenta con palabras emocionadas y emocionantes en el “aviso para caminantes” que abre La relación hurtada a modo de introducción. Peñarrubia explica que su padre murió en otoño, en época de vendimia, y que la siguiente primavera, tuvo una experiencia casi mágica cuando una mañana al salir al jardín  “sentí la presencia incontestable de mi padre en todas las plantas, árboles y arbustos que me rodeaban, y tuve la certeza gozosa de que él ya estaba «en el otro lado» y me acompañaría siempre desde allí, viniendo a «visitarme» cada primavera”. Su relato habla de ciclos que se cierran felizmente, de regeneración y de reencuentros, de paz de espíritu y de ánimo. ¿No es todo lo que uno puede desear cuando imagina la relación con su padre?

Por desgracia no siempre es así. A la búsqueda de las razones Peñarrubia ha escrito este libro alejado de su experiencia profesional y cercano a su experiencia vital y literaria. Toma ejemplos y testimonios de escritores, de filósofos e incluye interpretaciones de relatos míticos como el sacrificio de Isaac a manos de su padre Abraham. En sus páginas se juntan el relato sombrío de  Juan Preciado que regresa a Comala “porque me dijeron que acá vivía mi padre, un tal Pedro Páramo” y el recuerdo luminoso del coronel Aureliano Buendía, cuando frente al pelotón de fusilamiento, “había de recordar aquella tarde remota en que su padre le llevó a conocer el hielo”. El análisis de las obras de Juan Rulfo y Gabriel García Márquez son ejemplo y constituyen potentes focos de aproximación al tejido de las relaciones paterno-filiales, con sus conflictos y a sus silencios.  A través de escritos, canciones y películas, la relación padre-hijo va desvelándose como un camino complejo de claroscuros, que siempre debe de aspirar a la luz, es decir, a hacerse significativa, transformadora y liberadora para ambos. Nada de mirarse en un juego de espejos donde padres e hijos no llegan a encontrarse (como sucede en la portada). Es hora de darse la vuelta y sostenerse la mirada y, a ser posible, la palabra.

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