Pasión por leer. Pasión por escribir.

Portada > Noticias > Varios > Libreros de Nueva York, el documental

Libreros de Nueva York, el documental

El amor a los libros en una película escrita y dirigida por D. W. Young.

08 de noviembre de 2022. Estandarte.com

Qué: Libreros de Nueva York Dirección y guion: D. W. Young País: EE UU Año: 2019 Duración: 99 minutos

Este documental comienza en una feria de libros antiguos, la de Nueva York en el Armory de Manhattan. Allí se inicia un viaje de poco más de hora y media repleto de anécdotas y curiosidades, de nostalgia y resistencia, en la que los distintos personajes que aparecen tienen importancia por su relación con los libros.

Estos son el eje que lo justifica todo. No son unos libros cualquiera, Libreros de Nueva York se centra en ediciones antiguas, raras y especiales, en esas que despiertan el ansia de los coleccionistas y que requieren a un tipo de librero que tiene mucho de buscador de tesoros.

Ellos –esos libreros–, con sus historias y recuerdos, con sus miradas al pasado, pero también con sus proyectos de futuro, copan buena parte del documental dirigido por D. W. Young, autor del guion. Pero hay otros actores, dispuestos asimismo a compartir su idilio con los libros: coleccionistas, subasteros, escritores…; en general, bibliófilos que los valoran no solo por su contenido literario, también por su esencia como objeto y por su intrahistoria: lo que cuenta su encuadernación, el tipo de papel, el formato, las manos por las que ha pasado…

La cámara les acompaña, ya sea colándose en sus librerías, sus casas y bibliotecas, acompañándoles por ferias o, por ejemplo, a un piso del que hay que rescatar los libros que merezcan la pena antes de vaciarlo.

Es un recorrido exhaustivo, ameno, cálido e interesante, que tiene mucho de nostálgico: basta recordar uno de los datos que ofrece: en los años cincuenta había 368 librerías en Nueva York, y ahora –en 2019 que es cuando se estrenó el documental en Estados Unidos, a España ha llegado en febrero de 2021– no suman 80.

Habla del distrito Book Roow, y de cómo se ha ido despoblando de librerías. Visita las que siguen en pie y escarba en recuerdos de negocios, que a veces se confunden con recuerdos de familia, como ocurre con los de las tres libreras de la Argosy.

Con un componente afectivo importante, explota anécdotas algo excéntricas y detalles como el valor de una buena sobrecubierta o el de una dedicatoria en un libro –según quien la firme–. Se adentra en el mundo de las subastas, en precios desorbitados; señala interesantes colecciones especializadas como la de Caroline F. Schimmel sobre mujeres y la América salvaje. Internet y lo que supone de amenaza para el sector están presentes.

Pero también lo está el optimismo. Hay tres declaraciones que lo escenifican bien. Por un lado, Rebecca Romney –comerciante de libros raros, tasadora y autora, como se presenta en su web–, cuando dice con una enorme sonrisa: «Lo que yo vivo día a día al hablar con otros libreros más mayores es que ellos son muy pesimistas. Me dicen: “¿Qué será de ti?”, y yo: “Tengo muchas ideas”».

Por otro, la escritora Fran Lebowitz, quien, por cierto, arranca más de una risa en la película: «La mayoría de gente que veo leyendo libros en el metro rondará los 20 años. Es lo único esperanzador que se ve en el metro».

Y, por último, esa frase del poeta Kevin Young, director del Smithsonian’s National Museum of African American History and Culture y editor de poesía de New Yorker, con la que se puede explicar por qué el librero merece una película como esta: «Un buen librero es una especie de explorador, historiador y filósofo».

El documental vuelve a la feria de Armory para despedirse, después de haber firmado esta emotiva carta de amor a los libros a través de muchas y cualificadas voces.

Comentarios en estandarte- 0