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La casa de la noche, de Jo Nesbø

Otra obra de ingeniería, puzle de puzles, tratado de la psique humana (marca de la casa Nesbø) y metaliteratura.

25 de septiembre de 2024. Mariola Díaz-Cano Arévalo

Qué: La casa de la noche Autor: Jo Nesbø Editorial: Reservoir Books Año: 2024 Páginas: 304 Precio: 19,85

Ni un año sin novela de Jo Nesbø, que llega con algo de retraso en su publicación en España y tras Eclipse, la última entrega de su atormentado Harry Hole, al que ha dejado descansar.

Ahora presenta La casa de la noche, una historia de intriga y terror, casi homenaje a Stephen King, que protagoniza un adolescente marginado y una de esas casas misteriosas que tanto juego dan en literatura. O eso es lo que parece y cuenta la sinopsis. Pero los más avezados en el universo Nesbø —porque lo hay más allá del carismático comisario Hole— se imaginarán fácilmente que hay truco. Y así es.

 

La casa de la noche, de Jo Nesbø

Richard Elauved, el protagonista, nos cuenta su historia en primera persona, como es habitual en Nesbø en sus novelas independientes a la serie de Hole. Así nos enteramos de que, después de la trágica muerte de sus padres en un incendio, se muda a vivir con sus tíos Frank y Jenny a Ballantyne, una pequeña localidad donde se convierte enseguida en el marginado de su nuevo instituto.

Un día junto a Tom, un compañero de clase tampoco muy popular, deciden hacer una broma por teléfono en una cabina, pero, para su asombro, Richard ve cómo la cabina devora literalmente a su amigo a través del auricular. Por supuesto nadie cree lo que ha pasado, así que él, tirando de hilos y con la ayuda de Karen, su única amiga y también una chica especial, investiga lo que ha podido pasar.

Esas pesquisas lo llevan hasta una gran mansión abandonada donde oye voces. Pero cuando desaparece otro compañero de la forma más inimaginable y en casa del propio Richard, deberá tratar de demostrar su inocencia al mismo tiempo que intenta mantener la cordura.

Pero eso es solo la primera parte. En la segunda han pasado quince años y vamos a una reunión de antiguos alumnos del instituto de Richard, que también quieren celebrar su éxito como escritor de libros infantiles (como también lo es Nesbø con su serie del doctor Proctor). Pero esa celebración termina siendo más que terrorífica.

Sin embargo, el lector ya intuye de sobra que en el fondo hay mucho más. Es en la tercera cuando nos enteramos de quiénes son Richard y todos sus amigos y lo que ocurre realmente.

 

La casa de la noche, un puzle dentro de otro

Y con un remate de metaliteratura nos encontramos con una historia que puede resultar demasiado fantástica incluso para los lectores más fieles y entendidos de la obra de Jo Nesbø.

Pero precisamente por eso no debería sorprenderlos. Los toques sobrenaturales o fantásticos —los terroríficos son habituales en toda su obra— ya aparecen en algunos relatos incluidos en El hombre celoso. Y, si algo caracteriza a Nesbø, son los giros en el último momento, que algunos pueden tachar de efectistas, rebuscados o directamente inverosímiles, pero que siempre le dan resultado.

Aquí lo consigue una vez más manteniendo la narrativa convencional de unos hechos y personajes que va a transformando en otros y nos hacen meternos en un laberinto que simplemente es el de la mente humana, tan compleja, extraordinaria y quebradiza en cualquier momento por una circunstancia traumática o un reparto de genes más o menos defectuosos.

Nesbø es un maestro del más difícil todavía, de ir dejando caer miguitas para indicar el camino, aunque no las veamos casi hasta el final, pero cuando lo hacemos, todo encaja a la perfección. Por eso aquí hay que estar atentos a los detalles o referencias musicales o cinematográficas, muy presentes en todas las novelas de este autor, porque son parte de la clave para entender lo que pasa.

En definitiva, otro título imprescindible para la numerosa parroquia de lectores de Jo Nesbø y también interesante para descubrirlo a los profanos.

 

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