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Esther y su mundo. La inolvidable creación de Purita Campos

Esther Lucas, su amiga Rita, su archienemiga Doreen, su amor platónico Juanito… Su universo fue el más famoso y que más nos gustó, sobre todo a las niñas de los años 70 y 80.

19 de marzo de 2024. Mariola Díaz-Cano Arévalo

Qué: Esther y su mundo. Autora: Purita Campos Editorial: Bruguera Años: 70s y 80s

Nunca habíamos visto a una chica como ella, a la que conocimos cuando tenía trece años, vivía en Londres, se subía a esos autobuses rojos de dos pisos, se movía en escenarios urbanos y colegios e institutos con muchas fiestas y pandillas y tenía la mejor amiga, la peor enemiga a la que todas odiábamos también y amaba sobre todas las cosas a Juanito, el chico más guapo, divertido y popular al que también amábamos nosotras con la misma intensidad.

Esther y su mundo fue el tebeo más famoso de los años 70 y 80 en España, que primero se incluía en también la más leída de las revistas femeninas de esos años como fue Lily y sus compilatorios de Super Lily, deudora de precedentes o referencias como las de Florita, Mis chicas o Azucena. Después tuvo sus propias ediciones y vendió miles de ejemplares.

Su creadora, Purita Campos, fallecía en noviembre de 2019 con una trayectoria llena de logros y reconocimientos, desde sus inicios como pionera en el género. Y nos dejó huérfanas de un mito, aunque antes nos lo devolvió con la edad que ya teníamos la mayoría de sus lectoras. Así lo acercó también a las nuevas generaciones.

 

Purita Campos y Esther

Purita Campos nació en Barcelona y fue historietista, dibujante, ilustradora y pintora. Era hija de una modista a la que ayudaba dibujando figurines. Después estudió en la escuela de Artes y Oficios de la Lonja en la Ciudad Condal y, más tarde, Bellas Artes.

Fue Manolo Vázquez (el creador de Anacleto, las hermanas Gilda o la abuelita Paz) quien la contactó con la todopoderosa editorial Bruguera y le dieron una oportunidad. Corrían los 50 y Purita empezó a colaborar para esas revistas femeninas de la época como DaliaSissiBlanca.

Pero también se marchó al Reino Unido y a primeros de los 70 empezó a publicar la serie Patty’s World, con guion de Phillip Douglas, que llegó a España unos años después con el título de Esther y su mundo.

Ya a finales de los 80 Purita se centró más en su faceta de pintora y abrió una academia de pintura, pero con el nuevo milenio y la paradójica vuelta al pasado en muchos aspectos, retomó su emblemático personaje en las Nuevas aventuras de Esther con el guionista Carlos Portela.

Con él también publicó una novela con una Esther que ya cumplía los 40 años, que se había hecho enfermera, estaba divorciada y era madre de una adolescente. Y también revolucionó a sus fans.

 

Esther

Las aventuras de Esther estaban contadas en primera persona y en muchas ocasiones nos sentíamos identificadas con ella. Porque todas podíamos tener una Rita como mejor amiga, o una Carol, la hermana mayor que siempre se metía en muchos líos con novios o trabajos, una madre compresiva y cariñosa o un padre al que perdimos y un padrastro policía, el tío Ted, que primero no nos gustaba, pero que luego se convirtió en un buen amigo y al que terminamos queriendo. Además, luego vino una hermana pequeña, Laurita, y nos tocó quedarnos muchas tardes de canguro para nuestro fastidio.

Y lo que era seguro es que podíamos tener una pérfida Doreen, que nos amargaba la vida con sus múltiples maldades. Aunque el más difícil de encontrar era un Juanito. Tan rubio, tan guapo, tan deportista y apasionado del fútbol, tan pícaro y siempre haciendo de rabiar a la pobre Esther, que no podía estar más enamorada.

Las aventuras de Esther eran las nuestras porque eran las mismas inseguridades, la timidez, los complejos, los miedos, las locuras, penas y alegrías. Y el acierto añadido también fueron aquellos trazos y líneas tan estilizados y elegantes, así que como aquella ambientación británica y urbana.

La posterior Esther de 40 años, que también eran los nuestros, fue de nuevo un espejo el que nos vimos reflejadas. Se había divorciado y tenía con una hija, Patty (un guiño a su origen inglés), pero no se hablaba con Rita y, sin embargo, era muy amiga de Doreen. Pero también nos conquistó. Para colmo, se reencontraba con Juanito, que se había convertido en entrenador del Chelsea y estaba casado.

Nunca olvidamos a Esther y siempre recordaremos a Purita por dejárnosla.

 

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