Mundo Orwell, de Ángel Gómez de Ágreda

30 de agosto de 2020. Estandarte.com

Se cumplen setenta años desde que George Orwell escribió, en 1949, su famosa novela 1984, una distopía futurista en la que el Gran Hermano manipula la información y ejerce una vigilancia masiva y represiva contra los individuos. Ángel Gómez de Ágreda, en su Mundo Orwell. Manual de supervivencia para un mundo hiperconectado, plantea que el mundo que describía Orwell parece empezar a definir de modo creciente nuestra sociedad.  

Mundo Orwell no trata de tecnología, nos avisan en la introducción. Ni siquiera sobre su aplicación. Mundo Orwell pretende ser una reflexión sobre las implicaciones de la tecnología y sobre cómo esta afecta a nuestra forma de ser, a nuestra forma de vivir y a nuestra forma de relacionarnos. La obra pretende integrar conocimientos y disciplinas; y lo consigue: psicología, sociología, política, economía... Siempre poniendo al ser humano, como sujeto de derechos, como ciudadano, como persona individual, etc. en el centro.

Cada capítulo de Mundo Orwell incluye un «manual de supervivencia», sobre el que reflexionar. Los capítulos nos recuerdan los ministerios de 1984: de la Verdad, de la Libertad, del Ocio, de la Paz, la Calidad de Vida y la Educación.

Gómez de Ágreda nos hace patente la velocidad a la que cambia nuestro mundo: "El futuro se vuelve pasado casi sin discurrir por el presente. El ser humano no está diseñado para asimilar cambios tan rápidos y profundos. Ni tan irreversibles. Ya no sirve el método de ensayo y error, ni podemos esperar ser capaces de incorporar los avances tecnológicos al ritmo que se producen. Es un mundo de máquinas y humanos en el que los algoritmos condicionan nuestras vidas en función de los datos que nosotros mismos les proporcionamos". Este es el motivo por el que, apunta el autor, es especialmente importante que sepamos decidir hacia dónde queremos avanzar y a qué ritmo deseamos hacerlo.

La Red utiliza los números para funcionar, contiene datos como materia prima, pero la combinación adecuada de números termina por formar letras que, acumuladas ordenadamente, pueden constituir ideas. Y estas, dice Ángel Gómez de Ágreda, las carga el diablo. Sirve la obra para recordar que la falta de sentido del peligro —y de la responsabilidad— que nos asalta cuando estamos detrás de una pantalla dificulta la consciencia del riesgo a que podemos estar sometidos o del daño que podemos causar.

Están presentes en Mundo Orwell los escenarios de las ciberguerras, donde se han creado secciones dedicadas a ejecutar o controlar operaciones militares de influencia en el ciberespacio. Tal influencia depende de los vínculos que se establecen, no del número bruto de componentes de un grupo.

Este libro se centra en cómo hemos cambiado nosotros. En cómo han cambiado las personas y cómo lo ha hecho la sociedad en su conjunto. Porque, entiende Ángel Gómez de Ágreda, que no estamos transformando lo existente. Por primera vez, estamos creando. Estamos jugando a ser dioses en un mundo nuevo —virtual, eso sí— hecho a nuestra medida. Y estamos desnudando nuestra alma descubriendo que lo que creamos no hace sino reflejar al mismo ser humano al que queríamos trascender.

El desafío puede verse como un desastre que nos desaloja o bien como una oportunidad para reinventarnos, para redefinirnos como seres humanos. Nos acercamos al abismo y estamos a tiempo de saltar a él o evitarlo, pero, sobre todo, de tomar la decisión basándonos en valores y principios sólidos. Se impone un renacimiento que nos recuerde que el ser humano es la medida de todas las cosas. Por mucha tecnología que desarrollemos y por muy «inteligente» que esta pueda ser. "El reto que tenemos por delante, escribe Gómez de Ágreda, es que el ansia de felicidad no nos lleve a sacrificar nuestra libertad".

Después de redactar una enciclopedia de casi nueve mil páginas, La historia completa de la civilización, los esposos Will y Ariel Durant resumieron su contenido en otra obra con tan solo cien, Las lecciones de la Historia. Finalmente, comprimieron todo ese conocimiento en una única frase: «La única revolución real está en la ilustración de la mente y en la mejora del carácter; la única emancipación real es individual, y los únicos revolucionarios reales son los filósofos y los santos».

El libro, profundamente documentado, da la posibilidad al lector de conocer en detalle todos los temas que plantea, no sólo a través de sus páginas sino de todas las referencias, obras, noticias y vídeos, que hacen la obra casi infinita. Ángel Gómez de Ágreda es coronel del Ejército del Aire, ha sido jefe de cooperación del Mando Conjunto de Ciberdefensa.