Esto no es una novela, de Domingo Alberto Martínez

26 de abril de 2024. Ado Rosa

He leído todos los relatos de Esto no es una novela de Domingo Alberto Martínez; todos menos uno, con el presentimiento de que si el libro se convierte en un clásico, no moriré. Así lo afirma la tradición supersticiosa cuando se emprende la lectura de Las mil y una noches, avisándonos de que todo lector que lea el libro en su totalidad morirá ipso facto y no podrá transmitir su grandeza ni recomendarlo.

De ahí que se aconseje dejarse un relato sin leer, el que sea. Si cada lector de Esto no es una novela se saltara un relato al azar (siendo muy difícil que todos sus lectores coincidan en el mismo), de ser referido en una conversación literaria, siempre habrá quien pueda decir "Ah, ese no lo he leido..."

Y tendrá que volver a releer el libro hasta dar con él, saltándose otro, y así sucesivamente en cada lectura. De esta manera se divulgan y circulan los buenos libros, y de esos hábitos se nutren los clásicos, pues su lectura nunca concluye.

Sin embargo, por el relato omitido he leído otro un sinfín de veces: La carta, que destaco como favorito por contener en sí la belleza en un estado natural de la escritura que hace entrever que algún día su autor explorará ese camino en busca de otros horizontes. La carta es un microrrelato que se destaca por contener en sí la esencia de la literatura. En mi opinión es perfecto: No le falta nada ni nada le sobra. De ahí su grandeza. Por favor, ese no se lo salten.

Los cuentos de nuestro tiempo suelen referir la realidad, pero Esto no es una novela trata el imaginario popular y no la realidad, si bien subyace en ella.

La ironía, la sátira, el sarcasmo, la alegoría... son máscaras grotescas de las que Domingo Alberto Martínez se vale para deformar la ficción cuentística y la tradición (grecolatina, bíblica, histórica, culturas anglosajona y pop..), sin emparentar siquiera con el esperpento, pues la acción no se sitúa a este lado de la realidad, ni la realidad se refleja en sus espejos, sino que habita en ellos.

La materia de Esto no es una novela es la imaginación en estado puro: una imaginación que se nos revela tanto en el relato cotidiano como en el extraordinario bajo el augurio de la máscara trágica y la expresión terrorífica de la que están hechos los cuentos, que por naturaleza son terroríficos.

Intuyo que Domingo Alberto Martínez es uno de esos autores que soñaron la totalidad de su obra a edad muy temprana y que, llegado el momento de sentarse al escritorio, sólo le queda la misión de recrearla, consolidada por la madurez y la experiencia. Mientras tanto, le asaltarán otros proyectos, dejándose llevar por uno nuevo que se imponga a lo demás, aunque sin abandonar la ingente y generosa tarea de llevar a cabo todo lo previsto. Generosa, pues pocos caen en la cuenta de que una de las cualidades del escritor es la generosidad de donar su imaginario a los lectores contemporáneos y futuros.

Lean Esto no es una novela sin olvidar que deben dejarse un relato sin leer, sin angustiarse por ello: ya habrá ocasión de sorprenderse de nuevo con otra lectura, a otra edad, bajo otra luz; eso sí, saltándose otro, y así sucesivamente hasta el infinito.