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El color de la luz, de Marta Quintín

La joven autora explora en esa novela un amor imposible.

24 de septiembre de 2019. Estandarte.com

Qué: El color de la luz Autor: Marta Quintín Editorial: Suma de letras Año: 2018 Páginas: 432 Precio: 17,90 euros

El color de la luz, de Marta QuintínLa protagonista de El color de la luz –de significativo nombre: Blanca Luz Miranda– es una empresaria de éxito obsesionada con el dinero: necesita mucho y tiene un objetivo: quiere comprar arte. ¿Cualquier cosa? ¿Se trata tan solo de una inversión? Nada más alejado de los habituales objetivos. Se forma más acertada, pero tampoco correcta del todo, se podría decir que se trata de un capricho, uno muy caro. El retrato de Blanca Luz que construye la autora, Marta Quintín es, en efecto, el de una persona “caprichosa, voluble, egoísta, aborrecible muchas veces (…). Buenas o malas, pero que despertara pasiones en el lector. Y conseguirlo haciendo que fuese una antiheroína.

Nos pasamos casi toda la novela sin entenderla y, sin embargo, creo que todos nos parecemos a ella más de lo que pensamos”. Enseguida se entiende que hay algo más detrás de ese capricho: detrás de ese cuadro, como en las películas, se esconde la caja fuerte y la caja fuerte guarda el tesoro de la historia. La historia es la de la protagonista y quien firma el cuadro, Martín Pendragón, pero sobre todo es la historia de su amor nunca resuelto, nunca cultivado con calma, sino a fuerza de vaivenes, tropiezos, pasiones. Su historia es también la del siglo XX con sus luces, las de París en la década de los veinte, y sus sombras, como las de la Guerra Civil. En distintos escenarios y con distintos encuentros Marta Quintín va desciendo la madeja de un amor ayudada por un alter ego, una especie de ella misma en versión novelada: se trata de una periodista que se encuentra en la sala en la que se subasta el cuadro de Pendragón. La joven periodista siente que hay algo más en esa adjudicación y comienza a tirar del hilo, pero, cuidado, Blanca Luz es quien decide cómo y en qué dosis se desvela la historia.

Curiosamente, Marta Quintín desvela en la información que complementa el lanzamiento de libro, publicado por Suma de Letras, cómo se engendró la novela el mismo día de una sonada adjudicación, esta vez en la vida real. Era el 2 de mayo de 2012 y se encontraba en Nueva York como periodista de la agencia EFE. Ese día le tocó cubrir en Sotheby’s la subasta de El grito, de Edvard Munch, que finalmente quedaba en manos privadas por casi 120 millones de dólares. Se batió el récord de lo pagado nunca por un cuadro. “Estaba aquella noche en la redacción, ya vacía, escribiendo la noticia con verdadera emoción,  y de pronto, entre tecleo y tecleo, me di cuenta de que allí dormía el germen de una historia. ¿Por qué alguien pagaría esa enormidad por una obra de arte? Sí, sí, para hacer negocio... pero ¿y si...?, ¿y si deseara ese cuadro a toda costa, a cualquier precio, por un empeño personal?, ¿y si no quisiera comprar arte, sino ESA obra?, ¿y si no la estuviera adquiriendo, sino recuperando...? A raíz de esa premisa tan concreta, el resto vino solo. Era, sencillamente, la historia que necesitaba contar.

El arte como cura, como alivio o retorno es la gran idea que subyace detrás de esta novela. “El arte como redención, como refugio. También como esperanza. La de que, a pesar del dolor, o gracias a él, podemos escribir una novela, o pintar un cuadro. En definitiva, crear algo bello, o valioso, y eso, quieras que no, consuela”.


 

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