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¿Qué es un haiku? Significado y ejemplos

La expresión poética japonesa en una depurada concentración formal.

30 de octubre de 2024. Estandarte.com

Qué: El haiku como expresión poética japonesa de la sensación, que refleja la emoción del aquí y del ahora a través de una depurada concentración formal

¿Qué es un haiku? Significado y ejemplos«Haiku es simplemente lo que está sucediendo en este lugar, en este momento», decía Matsuo Bashô (Ueno, 1644-Osaka, 1694), el gran poeta japonés y el más célebre creador de los haikus, que no su inventor. Las raíces de estos poemas mínimos se extienden a lo largo de siglos.

«El Budismo Mahayana, el Zen chino japonés, el Taoísmo y el Confucianismo, así como el propio desarrollo de la literatura china y japonesa, han confluido en la creación del haiku. La espiritualidad india, el espíritu práctico chino y la simplicidad japonesa sustentan a una la flor del haiku», como indica Fernando Rodríguez Izquierdo y Gavala en su libro El haiku japonés (Fundación Juan March y Guadarrama, 1972).

El antecedente literario inmediato del haiku es el haikai renga, un arte popular tejido con palabras cotidianas, pensamientos inesperados y comentarios humorísticos, al que Bashô dotó de dignidad literaria.

Según Rodríguez Izquierdo, el renga hizo de eslabón entre las formas más célebres de la poética japonesa: el tanka –que vivió su mayor esplendor en el periodo Heian (794-1192) y el haiku. «Estas dos formas cultas y depuradas de expresión poética vienen de ese modo a enlazarse por medio de un nexo popular: el renga, con su modalidad haikai renga».

El haiku es una de las formas expresión poética más utilizadas en Japón desde el siglo XVI y supone la simplificación máxima de un pensamiento y una sensibilidad.

El haiku se caracteriza formalmente por la pauta silábica 5/7/5 que le confiere una sonoridad especial. Esta pauta puede flexibilizarse, pero no perderse de vista porque, como afirma Rodríguez Izquierdo en su libro, en ella están en síntesis el ritmo y el acento del haiku.

En cuanto al alma del haiku –su sentido y contenido–, tiene que ver con la intimidad con el mundo y, sobre todo, con la naturaleza y se explica con el término aware, que se refiere a la emoción experimentada ante algún suceso o contemplación de la vida o la naturaleza.

El haiku, como apunta el libro Haiku-dô. El haiku como camino espiritual de Vicente Haya (con la colaboración de Akiko Yamada) –editado por Kairós–, es una vía espiritual, un modo de entrenamiento del «yo», un despertar de los sentidos, de atención, de autenticidad, de paciencia, de desprendimiento, de extinción de la vanidad, incluso del yo.

La poesía del haiku es libre en el sentido de que admite expresiones literarias y coloquiales. Transparente y directo, omite los pronombres personales, utiliza pocos adverbios y adjetivos, y se crea con muchos sustantivos. Prescinde de recursos como las metáforas y se apoya en juegos de palabras, en sinestesias y recursos sonoros como la la onomatopeya o la aliteración.

Como reza esta cita atribuida al escritor inglés Reginald Horace Blyth, un haiku «es un dedo que apunta a la luna, pero si el dedo está ensortijado, el lector se fijará en el dedo, y no en la luna».

En la estructura de un haiku es importante la cesura o kireji: una especie de puntuación poética que señala o enfatiza un cambio en el poema. En japonés este elemento es una palabra, una partícula o una terminación verbal de difícil traducción al castellano, por lo que se suele interpretar con un signo de puntuación, ya sea una coma, un punto, una exclamación, un guion largo.

Ese momento que señala la cita inicial de Matsuo Bashô se refleja en el kigo o la palabra o expresión que indica la época del año a la que se refiere el poema y que entronca con su esencia. La nevada –por ejemplo– habla del invierno; los cerezos en flor, de la primavera; las cometas se asocian tanto con la primavera como con el año nuevo; las libélulas, con el verano…

Muchos poetas del haiku lo acompañan con un dibujo –haiga–, cuyo valor, aparte del de la sensibilidad artística, está en la sugerencia y la evocación del sentimiento que transmite el poema y en su forma de dialogar con él.

Además de Bashô (autor del haiku con el que terminanos), hay muchos otros nombres propios a destacar como Masaoka Shiki (1867-1902), Yosa Buson (1716-1784), Kobayashi Issa (1763-1827), Taneda Santôka (1882-1940) o Akutagawa Ryūnosuke (1892-1927), mirando hacia Japón.

El haiku cruzó hace tiempo sus fronteras y despertó el interés de, entre otros autores, Octavio Paz, Paul Claudel, José Juan Tablada, Jorge Luis Borges o Antonio Machado.

 

Un viejo estanque.
Al saltar una rana,
ruido del agua

(Matsuo Bashō)

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