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Un diccionario para salvar el wukchumni

Marie Wilcox, su única hablante, lo intenta antes de morir.

24 de enero de 2016. Estandarte.com

Qué: Marie Wilcox, la última hablante del wukchumni, compone un diccionario para salvar su idioma. Dónde: valle de San Joaquín (California, Estados Unidos).

¿A qué sonaban el tocario o el polabo? ¿Cómo se viviría en hitita o ubijé? Todas ellas —junto al latín o el íbero, el mozárabe o el picto, el guanche o el manés— son lenguas muertas: según indica el Diccionario de la RAE, la «lengua que antiguamente se habló y no se habla ya como propia y natural de un país o nación». Es decir: aquel idioma cuyos hablantes naturales, quienes lo tenían como un idioma materno, han fallecido.

El wukchumni conserva todavía a una hablante que lo aprendió de niña, al escucharlo a sus familiares: Marie Wilcox, una nativa americana de 82 años, que intenta salvarlo confeccionando un diccionario antes de morir.

El wukchumni era la lengua de los yokuts, radicados en el valle californiano de San Joaquín, en Estados Unidos. Marie Wilcox nació en 1933, y aprendió de su abuela —con la que se crio— el idioma de su tribu. Años más tarde, tras la muerte de sus abuelos, Wilcox aparcó el wukchumni para comunicarse en inglés con sus hijos, que trabajaban con ella en el campo durante la mayor parte del año.

Sin embargo, gracias a su hermana —que decidió recuperar la lengua de sus antepasados— retomó el uso diario del wukchumni, conversando con ella e intentando después transmitirla a su familia.

Para salvar el wukchumni, la última hablante viva de este idioma decidió componer un diccionario con la ayuda de Jennifer, su hija, y de su nieto Donovan. Para ello ha aprendido a utilizar un ordenador, y durante siete años ha tecleado las palabras en wukchumni junto a su correspondiente en inglés; en la actualidad está grabándolas en audio para que las futuras generaciones conozcan la pronunciación. Desde hace algunos años, tanto Marie Wilcox como su hija imparten clases semanales de wukchumni en la localidad en la que viven.

«Estoy insegura con respecto a mi lengua, y quién quiere mantenerla viva. Solo unos pocos. Nadie quiere aprenderla. Es triste, y parece extraño que yo sea la última hablante. No lo sé. Simplemente va a desaparecer un día de estos, tal vez, no lo sé. Podría seguir y seguir». Marie Wilcox, la última hablante del wukchumni, lo ha confesado en un documental sobre su experiencia —y su diccionario— para el proyecto educativo Global Oneness.

 

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