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Máquina de libros en Ciudad de México

La iniciativa «Expendedora de letras. Lectura sin pretextos».

01 de agosto de 2016. Estandarte.com

Qué: Una máquina de libros: Expendedora de Letras, Lectura sin Pretextos. Dónde: Centro Cultural ALIAC (República del Salvador, 60; Ciudad de México). Precio: entre 15 y 40 pesos (de 0,72 a 1,92 euros).

Los viandantes del centro histórico de Ciudad de México pueden refrescarse con una bebida... y alimentar también el alma en la máquina de al lado, que expende libros. La iniciativa de la asociación civil Amigos de la Letra Impresa (ALIAC) se llama Expendedora de Letras, Lectura sin Pretextos, y busca «hacer disponibles libros» a quienes deseen leer, en una de sus «alternativas para el fomento a la lectura». Una versión —casi— del siglo XXI de ese dicho que afirma que «si Mahoma no va a la montaña, la montaña irá a Mahoma».

Unas pocas monedas —igual que para una lata de refresco o una chocolatina— bastan para hacerse con uno de los libros de autores clásicos que ofrece la Expendedora de Letras. Para ello, ALIAC ha utilizado una máquina expendedora de segundo uso, adaptada para el tamaño de los textos, en la que se ofrecen títulos fundamentales de la literatura universal: los lectores encontrarán Alicia en el país de las maravillas, de Lewis Carroll; La casa de Bernarda Alba, de Federico García Lorca; La metamorfosis, de Franz Kafka; o Veinte poemas de amor y una canción desesperada, de Pablo Neruda.

Para conseguirlos basta con introducir monedas por el valor marcado —entre 15 y 40 pesos, es decir, de 0,72 a 1,92 euros— y seleccionar el código del libro escogido; por ahora su espacio permite ofrecer 160 libros de 25 autores. «Son máquinas que sus dueños la han tenido arrumbadas o que cuentan con un desperfecto y esas las vamos a aprovechar, pero si algún interesado cree necesario tener una máquina nueva, lo hacemos». La editorial Nueva Época ha sido la escogida, por el coste asequible de sus libros, aunque Víctor Manuel Torres Pineda —portavoz de ALIAC— cuenta que están negociando con otros sellos que también donen títulos o los faciliten a bajo precio. Precisamente esto permite que «las personas se interesen por algún título».

La Expendedora de Letras se encuentra en la sede de ALIAC en Ciudad de México (República de El Salvador, 60), donde permanecerá entre tres y seis meses, cuando comenzará su itineraria por asociaciones civiles de todo el país. La asociación ya cuenta con quince peticiones, suscitadas por el éxito cosechado tanto entre sus visitantes como entre las instituciones mexicanas. Torres Pineda explicó que «estamos cerca de cerrar algunos convenios, ya platicamos con la Procuraduría General de la República (PGR, fiscalía), las secretarías de Cultura y Desarrollo Social, así como la Cámara de Diputados, entre otras instituciones», e incluso una cafetería del mismo centro histórico. Este año facilitarán tres nuevas expendedoras de letras, que necesitan una inversión de 25 000 pesos (1 192,30 euros) para comprar y adaptar la máquina al tamaño de los volúmenes y la disposición del espacio en la bandeja de salida, sin incluir los libros en este presupuesto.

Este proyecto de ALIAC nos suena muy original, pero no es el primero de este tipo. En Estandarte ya te hablamos —allá por 2001— sobre las máquinas expendedoras de libros instaladas por el sello Punto de Lectura en el metro de Santiago de Chile, y diversas estaciones españolas disponen de máquinas de vending con la edición en bolsillo de muchos de sus superventas. Pero esta Expendedora de Letras de Ciudad de México cuenta con el atractivo de tratarse de una iniciativa que no busca el lucro, sino el fomento de la lectura.

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