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Discursos de Wert y Lassalle

Primeros discursos del ministro y del secretario de Estado.

27 de diciembre de 2011. Estandarte

Qué: Primeros discursos del ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert, y el nuevo secretario de Estado de Cultura, José María Lassalle Cuándo: diciembre de 2011

Estas son las primeras intervenciones del nuevo ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert, y el nuevo secretario de Estado de Cultura, José María Lassalle. José Ignacio Wert pronunció estas palabras en el acto de traspaso de carteras el pasado 22 de diciembre y José María Lassalle hizo lo propio en su toma de posesión, ayer 26 de diciembre. Ambas han sido seguidas con especial atención por los agentes culturales, al tratarse de las primeras declaraciones de intenciones de los dos máximos responsables de la cultura en los próximos cuatro años.

Escucha la intervención de José María Lassalle en su toma de posesión.

Escucha la intervención de José Ignacio Wert en el traspaso de carteras.

Las primeras palabras de José Ignacio Wert han levantado cierto malestar en el mundo de la cultura (que ya se encuentra bastante a disgusto por la unión de las carteras de Cultura y Educación en un mismo ministro), al centrarse tan radicalmente en la educación, dejando la cultura para un segundo plano (y el deporte para una simple mención final). Por ello, Wert quiso aclarar en la toma de posesión de Lassalle que la vinculación de la cartera de Cultura a la de Educación no supone pérdida de interés en esta materia, sino que responde al afán de simplificar y explorar sinergias entre distintas áreas de la Administración para mejorarla.

Por su parte, José María Lassalle ha centrado su breve intervención en la importancia y oportunidades que tiene la cultura en español, así como su deseo de facilitar el diálogo con los distintos interlocutores  del mundo cultural y las fuerzas políticas.

A continuación tienes la transcripción completa del primer discurso de José Ignacio Wert:

Señoras y señores:

Asumo las responsabilidades inherentes a esta cartera con plena conciencia del reto y absoluta convicción de su importancia. Y también, por supuesto, de la necesidad de estar a la altura de este reto.

Creo que el presidente Rajoy expresó con claridad en su discurso de investidura la importancia que en este gabinete se asigna a la Educación. “La España del futuro dependerá de nuestro sistema educativo”, dijo el presidente. Es cierto. Y lo es además desde muchos puntos de vista.

En primer lugar lo es porque creo que cualquier sociedad civilizada exige una base de ciudadanos que haya tenido las mejores oportunidades educativas. No hay sociedad civilizada sin igualdad de oportunidades educativas para sus ciudadanos. En segundo lugar, y no menos importante, lo es porque en la sociedad del conocimiento en la que estamos tratando de buscar insertarnos de la manera más ventajosa posible, el factor que va a marcar la diferencia es la cantidad y la calidad de talento educado que cada sociedad ofrezca, y su capacidad de adaptarse a los cambios en el entorno. Y el tercero, tampoco es menos importante, es porque entiendo que la Educación es una palanca de cohesión social, de libertad y de igualdad.

No podemos desconocer que en el curso de los últimos casi cuarenta años, desde que en España optamos por un régimen democrático, ha habido un avance espectacular en materia de Educación. Hemos pasado de una sociedad que ocupaba sistemáticamente, en las métricas más importante en la cuestión educativa, los últimos o los penúltimos lugares -en todo caso que estaba en una posición de notable rezago sobre las sociedades europeas más avanzadas-, hemos pasado a equipararnos en alguna de esas métricas y a superar esa situación de retraso y de alguna forma homogeneizar nuestra situación educativa.

Esta sociedad ha invertido muchísimos recursos en materia educativa a lo largo de muchos años. Y es verdad que ha conseguido resultados cuantitativos. Pero es verdad que quizá han sido resultados que no han estado a la atura de los recursos.

Yo creo que uno de los problemas mentales que explican algunas de las faltas de respuesta al reto educativo tiene que ver, en parte, con la primacía que se le ha dado siempre en la discusión a la cuestión de los recursos como cuestión determinante, y la poca importancia que se ha otorgado a cuestiones algunas de las cuales están a la base o son previas al tema de los recursos, entre otras la de los valores.

Decía el Ministro que él ha procurado en todo momento el consenso y yo le creo. Tengan la seguridad de que por mi parte la palabra clave en el enfoque de la política educativa va a ser también el diálogo. Diálogo con la oposición, con las Comunidades Autónomas, que tienen la competencia de gestionar la mayor parte de las materias de las que trata este Ministerio, y diálogo amplio y sincero con la comunidad educativa.

Todos tenemos en la cabeza cuáles son los problemas fundamentales de nuestro sistema educativo. Todos sabemos que en las métricas más importantes, en aquellas que miden el abandono escolar temprano, en aquellas que miden los niveles de excelencia, en aquellas que miden el porcentaje de falta de titulación, estamos no sólo lejos de los objetivos que tenemos marcados dentro de la Unión Europea, sino lejos también de la media de los países de la Unión Europea.

Vamos a trabajar en aplicar desde el primer momento un programa ambicioso y seguir métricas consistentes para medir el éxito. En Educación, como en la mayor parte de las materias, no podemos confiar en aquello que no somos capaces de medir. Y medir y ser sensibles a los progresos que vayamos obteniendo -o en su caso, a la falta de progresos pero siendo siempre sinceros-creo que es un asunto fundamental.

No quisiera extenderme con cada una de las etapas del sistema educativo pero sí quiero decir, aunque sea muy brevemente, una palabra sobre la educación superior, sobre las universidades. Yo creo que en Universidad tenemos un reto de primera magnitud. No tenemos una sola institución española que en los rankings internacionalmente aceptados figure entre las 150 primeras del mundo, y este es un problema que nos tenemos que plantear. Tenemos un problema de excelencia, pero creo que este problema de excelencia no es tanto una cuestión –que también puede serlo- de la insuficiencia de los recursos, cuanto una cuestión de que no tenemos bien establecido un sistema de gobernanza universitaria que sea eficiente. Que no tenemos un sistema de rendición de cuentas que funcione y que todavía no hemos sabido encontrar las palancas adecuadas para optimizar los resultados de la colaboración público privada en el ámbito universitario.

Y también, si me permiten, una palabra acerca de otro de los grandes retos que el sistema educativo español tiene y que es el de la Formación Profesional. La Formación Profesional es una faceta cuyas dificultades contribuye a explicar, en parte, uno de los más sangrantes problemas sociales que padecemos, el de ese 46% de jóvenes que quieren trabajar y no encuentran trabajo, y creo que la dignificación y la mejor orientación de contenidos de la Formación Profesional tienen un papel muy importante que desempeñar en este sentido.

No me olvido de que la Educación tiene unos grandes protagonistas activos que es la comunidad docente. Quiero establecer un diálogo muy amplio y todo lo profundo que sea capaz de afrontar con esa comunidad, y no sólo con los docentes, sino con toda la comunidad educativa.

Yo creo sinceramente que, siendo evidente que el papel de la Educación es absolutamente esencial para determinar el futuro de esta sociedad en los próximos veinte años, no podemos minusvalorar el importantísimo papel que tiene que desempeñar la cultura en este relanzamiento.

El encuadre constitucional de las competencias estatales en materia cultural tiene que ver fundamentalmente con la defensa del patrimonio cultural, y cuando hablamos del patrimonio cultural no sólo hablamos del patrimonio material, también estamos hablando del patrimonio simbólico, y la comunicación cultural entre las Comunidades, que como saben, también tienen atribuidas las competencias de gestión.

Yo creo sinceramente que el ejercicio de estas competencias es una variable de primer orden para desarrollar las potencialidades que nos pueden permitir fortalecer la marca España. España es admirada no sólo por su stock cultural de tipo material sino también por su creatividad, por la condición vibrante de su cultura, por el sentido de la innovación de sus creadores culturales.

Y creo que es muy importante que seamos capaces de desarrollar cuantas sinergias tengamos la capacidad de encontrar entre el ámbito educativo y el ámbito cultural, para enfrentarnos a un reto, que es un reto inevitable, que es el reto de hacer más con menos. Que es el reto de sacarle hasta el último céntimo de eficacia a cada euro que invirtamos.

Y soy consciente, Ministra, de que quedan algunas patatas calientes, esas patatas calientes intentaremos enfriarlas debidamente, pero no me importa nada decir que es evidente que hay diferencias en algunas aproximaciones, pero que yo considero una prioridad de primer orden en nuestro país el que seamos capaces de conseguir una protección adecuada del derecho de la propiedad intelectual.

Y por último, no quisiera dejar de decir algo sobre el Deporte. Aquí es realmente donde este Ministro que les habla lo tiene más difícil porque es lo que está mejor. Desde luego la edad de oro del Deporte español tiene que continuar y desde el Ministerio se hará todo lo posible. Entre otras cosas porque el Deporte es una contribución esencial a la marca España y que hoy España, como sociedad admirada, como referencia, tiene mucho también que ver con la admiración y la referencia que supone el deporte español.

Quiero agradecer a los Ministros salientes sus amabilísimas palabras y agradecer a todos ustedes su presencia en este acto. Muchas gracias.

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