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¿Es lo mismo poesía que poema?

La poesía es un género literario, el poema es una composición poética.

21 de marzo de 2024. Estandarte.com

Qué: ¿Es lo mismo poesía que poema?

No, no es lo mismo. La poesía es un género literario, un arte de componer en prosa o en verso, y el poema es una composición poética. Pero se trata de una distinción tenue, tanto que no se puede hablar de error si se nombran indistintamente.

Es como una frontera difusa donde poesía y poema –sus formas, sus palabras, sus emociones– transitan, se intercambian y llegan a ser sinónimas, aunque, sin perder del todo su identidad.

Es el lenguaje y la belleza lo que destaca la filóloga y lexicóloga española María Moliner (1900-1981) en su Diccionario de uso del español en una de una de las acepciones de poesía: “Género literario exquisito; por la materia, que es el aspecto bello o emotivo de las cosas; por la forma de expresión, basada en imágenes extraídas de sutiles relaciones descubiertas por la imaginación, y por el lenguaje, a la vez sugestivo y musical, generalmente sometido a la disciplina del verso”.

Por eso destila poesía por todos sus poros el comienzo de este conmovedor relato del escritor, poeta, ensayista y periodista Manuel Rivas (A Coruña, 1957) titulado ¿Qué me quieres, amor?

 “Sueño con la primera cereza del verano. Se la doy y ella se la lleva a la boca, me mira con ojos cálidos, de pecado, mientras hace suya la carne. De repente, me besa y me la devuelve con la boca. Y yo que voy tocado para siempre, el hueso de la cereza todo el día rodando en el teclado de los dientes como una nota musical silvestre.

Por la noche: ‘Tengo algo para ti, amor’.

Dejo en su boca el hueso de la primera cereza.

Pero en realidad ella no me quiere ver ni hablar”

 

Y, por supuesto es poesía hecho poema la exaltación de la belleza femenina que hace Gustavo Adolfo Bécquer (Sevilla, 1836-Madrid, 1870) en esta Rima, con un preciosista juego metafórico de colores.

Porque son, niña, tus ojos
verdes como el mar te quejas;
verdes los tienen las náyades,
verdes los tuvo Minerva,
y verdes son las pupilas
de las hurís del profeta.

El verde es gala y ornato
del bosque en la primavera;
entre sus siete colores
brillante el iris lo ostenta.
Las esmeraldas son verdes,
verde el color del que espera,
y las ondas del Océano,
y el laurel de los poetas.

Es tu mejilla temprana
rosa de escarcha cubierta,
en que el carmín de los pétalos
se ve al través de las perlas.
Y, sin embargo,
sé que te quejas,
porque tus ojos
crees que la afean;
pues no lo creas,
que parecen esas pupilas,
húmedas, verdes e inquietas,
tempranas hojas de almendro
que al soplo del aire tiemblan.

Es tu boca de rubíes
purpúrea granada abierta
que en el estío convida
a apagar su sed con ella.
Y, sin embargo,
sé que te quejas,porque tus ojos
crees que la afean;
pues no lo creas,
que parecen, si enojada
tus pupilas centellean,
las olas del mar que rompen
en cantábricas peñas.

Es tu frente, que corona
crespo el oro en ancha trenza,
nevada cumbre en que el día
su postrera luz refleja.
Y, sin embargo,
sé que te quejas,
porque tus ojos
crees que la afean;
pues no lo creas,
que entre las rubias pestañas
junto a las sienes, semejan
broches de esmeralda y oro
que un blanco armiño sujetan.

Porque son, niña, tus ojos
verdes como el mar, te quejas:
quizá si negros o azules
se tornasen, lo sintieras.

 

¿En qué se parecen y en qué se diferencian? Los dos textos reflejan emociones, belleza, amor, pero uno está escrito en prosa y el otro en verso. Es normal que al hablar de poesía, se piensa en versos, en los que la rima y la cadencia son la seña de identidad, sin embargo, también la prosa, en determinadas textos, es poesía como define la RAE: “Manifestación de la belleza, o del sentimiento por medio de la palabra en verso o en prosa” y también “Idealidad, lirismo, cualidad que suscita un sentimiento hondo de belleza, que se manifiesta o no por medio del lenguaje”.

Por eso, aunque no se exprese en con rimas o estrofas, hay poesía en la descripción de una novia y su traje que hace el escritor, pintor y crítico de arte británico John Berger (1926-2017) en uno de los relatos que conforman Aquí nos vemos; y la hay en La perla del estadounidense John Steinbeck (1902-1968); y en la evocación de la madalena que hace el  francés Marcel Proust (1871-1922) en el primer tomo –Por el camino de Swan– de su grandiosa obra En busca del tiempo perdido;  y hay muchísima poesía en El Principito del francés Antoine de Saint-Exupéry (1900-1944) y también en Platero y yo del poeta y escritor español Juan Ramón Jiménez (1881-1958).

Y llegamos al poema, esa composición que expresa belleza por medio de la palabra, sujeta a la medida y cadencia del texto y vemos que si poesía es un género literario, que se sirve de un lenguaje culto y emotivo para contar emociones y rendir culto a la belleza, el poema, más concreto, es la representación más completa de la poesía tanto los que cumplen con las reglas establecidas en cuanto a versos estrofas o rima, como si llegan al papel con plena libertad de escritura como es el caso del estadounidense Walt Whitman (1819-1892), del francés Charles Baudelaire (1821-1867) o de los modernistas en lengua castellana como Rubén Darío (1867-1916), Juan Ramón Jiménez (1881-1958) o Manuel Machado (1874-1947).

Cantares, coplas, elegías, odas, églogas, romances, sonetos, madrigales son el vehículo para contar gestas: El cantar del mío Cid; mostrar dolor: Coplas a la muerte de mi padre de Jorge Manrique (1440-1479); describir paisajes: Castilla de Miguel de Unamuno (1864-1936) o de amor: Soneto de la dulce queja de Federico García Lorca (1898-1936) y otras muchas otras manifestaciones que llegan a nuestro corazón, con tanta intensidad como los fragmentos –que seleccionamos para terminar… de esta oda, Esplendor en la hierba, del poeta romántico inglés William Wordsworth (1770-1850).

 

Aunque el resplandor que
en otro tiempo fue tan brillante
Hoy está por siempre oculto a mis miradas.

Aunque mis ojos ya no
puedan ver ese puro destello
que en mi juventud me deslumbraba.

Aunque nada pueda hacer
volver la hora del esplendor en la hierba,
de la gloria en las flores
no debemos afligirnos
porque la belleza subsiste siempre en el recuerdo.

Comentarios en estandarte- 1

1 | Ángel Yussef Uribe Vásquez 14-10-2022 - 16:04:53 h
El gusto por la poesía lo obtuve luego de leer un libro conocido como El Cantar de Mío Cid y un poema llamado Claveles rojos.. Antes recurría mucho a este medio literario para desahogar todo aquello que no era capaz de decirle a alguien... Ahora, ni lo uno, ni lo otro. Igual, me sigue gustando