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El simbolismo en la literatura: la revolución poética del alma

Cuando las palabras trascienden su significado literal. Un viaje por el movimiento que desafió al realismo.

15 de marzo de 2025. Montserrat Matesanz Rodrigálvarez

Qué: El simbolismo en la literatura

El simbolismo, uno de los movimientos literarios más influyentes de finales del siglo XIX, surgió como una reacción contra el realismo y el naturalismo imperantes en la literatura de la época.

Este movimiento, que se extendió rápidamente por Europa y más allá, buscaba expresar verdades absolutas a través de métodos indirectos y metafóricos, utilizando símbolos para evocar ideas y emociones más allá de la representación literal de la realidad.

 

El origen del simbolismo

El término "simbolismo" fue acuñado oficialmente en 1886 por Jean Moréas en su Manifiesto simbolista, publicado en el suplemento literario del periódico Le Figaro. Sin embargo, las raíces del movimiento se pueden rastrear hasta la década de 1850, con la publicación de Las flores del mal de Charles Baudelaire en 1857. Baudelaire, aunque no era estrictamente un simbolista, sentó las bases para el movimiento con su exploración de las correspondencias entre el mundo material y el espiritual.

Moréas definió el simbolismo como opuesto al realismo, al romanticismo y al parnasianismo. Según él, la poesía simbolista buscaba "vestir la Idea con una forma sensible" que, no obstante, no sería su propio fin, sino que serviría para expresar la Idea sin llegar a definirla completamente.

 

Características del simbolismo

El simbolismo se caracterizó por varios elementos distintivos que lo diferenciaron de los movimientos literarios anteriores. El simbolismo se caracterizó por su enfoque en la expresión indirecta de verdades absolutas a través del uso de símbolos. Los poetas y escritores simbolistas creían que las ideas, emociones y estados de ánimo más profundos solo podían evocarse mediante la sugerencia y la ambigüedad, rechazando la representación literal y objetiva del realismo. Esta aproximación se manifestaba en una preferencia por la subjetividad y la experiencia personal, donde la interpretación individual del mundo cobraba una importancia central.

Un aspecto fundamental del simbolismo fue su énfasis en la musicalidad del lenguaje y la sinestesia. Los poetas prestaban especial atención a la sonoridad y el ritmo de las palabras, buscando crear efectos musicales en sus versos. Además, la mezcla de percepciones sensoriales era común, donde los colores podían tener sonidos o los olores, formas, enriqueciendo así la experiencia poética y ampliando las posibilidades expresivas del lenguaje.

Los simbolistas también se caracterizaron por su exploración del subconsciente y su interés por lo místico y lo espiritual. Influenciados por las teorías psicológicas emergentes, se adentraron en el mundo de los sueños, las visiones y los estados alterados de conciencia. Este interés se extendía a temas religiosos, ocultistas y espirituales, reflejando una búsqueda de significados más allá de lo mundano. En la prosa, esto se traducía en un rechazo de la narrativa convencional, donde la creación de atmósferas y estados de ánimo primaba sobre la trama y la caracterización tradicionales.

 

Máximos exponentes del simbolismo en la literatura

El simbolismo contó con numerosos exponentes destacados en varios países. 

Francia, cuna del movimiento, produjo algunos de los poetas simbolistas más influyentes:

  • Stéphane Mallarmé: considerado el maestro del simbolismo, Mallarmé llevó la poesía a nuevos niveles de abstracción y experimentación formal. Su poema Un coup de dés jamais n'abolira le hasard (Una tirada de dados jamás abolirá el azar) es un ejemplo paradigmático de la poesía simbolista.

  • Paul Verlaine: conocido por su musicalidad y su exploración de estados de ánimo sutiles, Verlaine escribió el famoso Art poétique, que se convirtió en una especie de manifiesto para los poetas simbolistas.

  • Arthur Rimbaud: aunque su carrera literaria fue breve, Rimbaud produjo obras de gran influencia como Una temporada en el infierno y Iluminaciones, que exploraban los límites del lenguaje y la percepción.

En Bélgica, el simbolismo encontró un terreno fértil:

  • Maurice Maeterlinck: dramaturgo y poeta, Maeterlinck es conocido por obras como Pelléas et Mélisande y El pájaro azul, que combinan elementos simbolistas con una profunda exploración de la condición humana.

  • Émile Verhaeren: poeta que evolucionó desde el naturalismo hacia el simbolismo, Verhaeren es conocido por su poesía visionaria y su exploración de la vida moderna.

En Rusia, el simbolismo tuvo un impacto significativo:

  • Alexander Blok: considerado uno de los mayores poetas rusos del siglo XX, Blok es conocido por su ciclo de poemas La bella dama, que encarna muchos de los ideales simbolistas.

  • Andrei Bely: su novela Petersburgo es considerada una obra maestra del simbolismo ruso, mezclando experimentación formal con una profunda exploración de la psique humana.

En el mundo anglosajón, aunque el simbolismo no se desarrolló como un movimiento cohesionado, varios escritores mostraron influencias simbolistas:

  • William Butler Yeats: el poeta irlandés incorporó elementos simbolistas en su obra, especialmente en sus primeros trabajos, combinándolos con temas de la mitología celta.

  • T.S. Eliot: aunque asociado principalmente con el modernismo, Eliot mostró influencias simbolistas en poemas como La tierra baldía.

En España e Hispanoamérica, el simbolismo influyó en el modernismo:

  • Rubén Darío: el poeta nicaragüense, aunque considerado el padre del modernismo hispanoamericano, mostró fuertes influencias simbolistas en su obra.

  • Juan Ramón Jiménez: su poesía, especialmente en sus etapas posteriores, muestra claras influencias simbolistas en su búsqueda de la "poesía pura".

 

Legado y influencia del simbolismo

El simbolismo tuvo un impacto duradero en la literatura y las artes. Su énfasis en la sugerencia y la ambigüedad influyó en movimientos posteriores como el surrealismo y el modernismo. La idea de que el arte debía evocar más que describir abrió nuevas posibilidades para la expresión literaria.

En la poesía, el legado del simbolismo se puede ver en la continua experimentación con el lenguaje y la forma. En la prosa, influyó en el desarrollo de la novela psicológica y en técnicas narrativas como el flujo de conciencia.

Más allá de la literatura, el simbolismo influyó en otras formas de arte, como la pintura y la música, contribuyendo a una visión del arte como un medio para explorar las profundidades de la experiencia humana y las verdades universales que subyacen a la realidad superficial.

El simbolismo representó un cambio paradigmático en la literatura, desafiando las convenciones del realismo y abriendo nuevos caminos para la expresión artística. Su legado continúa resonando en la literatura contemporánea, recordándonos el poder de las palabras para evocar, sugerir y trascender los límites de la experiencia cotidiana.

 

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