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Sobre el difícil arte de escribir
El trabajo de escritor es mucho más duro e incierto de lo que pueda parecer.
23 de noviembre de 2022. Estandarte.com
Qué: El difícil arte de escribir
Todo escritor joven o novel sueña con convertirse en aquel poeta o escritor del que se cuenten sus lectores por millones. Del que los libros de literatura hablen en los siglos venideros. Sueña que, por haber escrito uno o dos libros, entrará directo en el Olimpo de las Letras.
Pero el trabajo de escritor es mucho más duro e incierto de lo que pueda parecer. Y, a veces, por el camino, se puede tropezar con situaciones con la misma capacidad de alumbrar y marcar un camino consistente que de hacer que la imaginación vuele hasta producir una pérdida de contacto cierto con la realidad. Estos son, por ejemplo, el hecho de haber publicado un relato en una revista con más o menos lectores, que le hayan leído un poema en un programa de radio con más o menos oyentes o haber ganado un premio literario con más o menos dotación y/o repercusión.
Viene después el momento de dura realidad que hace que el autor genere opiniones sobre editoriales de una cruda dureza. "Ya he aprendido lo duro que es el trabajo de escribir, o de ser escritor, mejor dicho. En esa tarea, escribir es lo más sencillo y lo que menos tiempo me ocupa. Todo lo asociado es mucho más duro, consume mucho más tiempo y mucha más energía", nos comentaba un autor con algún premio literario a las espaldas que apenas ha podido ir más allá de la autopublicación. Es este un autor consciente. Otros, aquellos que no pudieron evitar la pérdida de contacto con la realidad, son más dados a afirmaciones más gruesas sobre el mundo editorial, el mundo de los premios literarios y todos los profesionales del sector.
Las editoriales reciben cada día cientos de originales, y sus responsables, siempre esquivos, son maestros del arte del "no nos encaja su escrito". Respuestas siempre breves que no den pie a conversaciones o réplicas posteriores que nunca tendrán lugar. Porque, además, la industria editorial está para pocas apuestas literarias en un mercado que, contra lo que publica anualmente su gremio, ve caer sus ventas año tras año. Eso explica la irrupción de autores de nuevo perfil: los que aseguran la promoción que la editorial no podrá hacerles, aquellos con miles de seguidores en redes sociales.
"La carrera de un escritor se parece a hacer el Tour de Francia, pero empezando además por el Tourmalet", nos decía uno de los mejores editoeres de España, de esos que que sí rebuscan entre autores prometedores y voces nuevas de la literatura. Ese Tourmalet es el hecho mismo de conseguir que un editor te lea. Otro autor nos decía, "mi gran logro no fue que me publicaran, fue que me leyeran. Después ya me publicaron". Y es que, la gran dificultad es abrir esa primera puerta.
Lo dice nuestro lema de Estandarte: "Pasión por leer. Pasión por escribir". Escribir es una pasión. E iniciarse en ello está, necesariamente, alejado de todo cálculo. Pero publicar ya sí exige un trabajo dedicado, planificado y de una férrea estrategia que no asegura el éxito. Y de buena compañía, la que confía en el autor pero que, a su vez, no le permite perder la dimensión de la realidad.
Si el oficio de escribir nos estimula, nos hace feliz, nos emociona y da sentido a nuestra vida... no podremos dejar de hacerlo. Pero, en esta industria, muy pocos consiguen vivir de lo que escriben. Aún así, escribir es siempre una causa profunda.
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