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El alfabeto y el abecedario del español

Una historia fascinante que tiene su origen en anotaciones contables.

21 de septiembre de 2024. Estandarte.com

Qué: Historia del alfabeto

El alfabeto y el abecedario españolPoco pueden contar las escuetas definiciones de alfabeto y abecedario del enriquecedor viaje que empezó siglos atrás cuando el ser humano necesitó reflejar su mundo sobre un medio material –piedra, barro, vegetales…– que durase más que la palabra hablada.

¿Cuál fue el camino que siguieron aquellos antiguos y complicados signos hasta conseguir la claridad y simplicidad que otorga a nuestras comunicaciones esa serie ordenada de las letras de un idioma, según la definición del Diccionario de la lengua)? ¿Cómo se llegó a popularizar la escritura, democratizarla, siendo como era un oficio privilegiado ligado al poder? ¿Cuándo empezó a difundirse? ¿A quién debemos la creación de las letras tal y como las conocemos ahora?

Cuenta Irene Vallejo en ese maravilloso ensayo que es El infinito en un junco que los primeros signos se originaron hace seis mil años en Mesopotamia, que tiempos después aparecieron en Egipto, la India China, y que según las teorías más recientes no se crearon para contar historias sino para hacer cuentas: «[...] La escritura vino a resolver un problema de propietarios ricos y administradores palaciegos que necesitaban hacer anotaciones porque les resultaba difícil llevar la contabilidad de forma oral. El momento de transcribir leyendas y relatos llegaría después. Somos seres económicos y simbólicos. Empezamos escribiendo inventarios, y después invenciones (primeo las cuentas; a continuación los cuentos)».

Es curioso pensar que datos tan prosaicos dieran paso a hermosos símbolos y dibujos que servían para dejar constancia de sus posesiones –animales, bosques, esclavos, intendencia– que dibujaban sobre arcilla; y que esos dibujos fueran aumentando a medida que el hombre dejaba las enumeraciones de bienes para caminar hacia las ideas abstractas.

Un nuevo paso que pide nuevas soluciones: ¿qué símbolos podían contar el sinfín de sentimientos, temores, sensaciones, alegrías o penas que adjetivan la vida del hombre? Cuenta Vallejo que «en las primitivas tablillas sumerias dos rayas cruzadas describían la enemistad […]; un pato con un huevo, la fertilidad». Pero hacían falta demasiados dibujos; la solución llegó con una idea realmente innovadora: dejar de dibujar las cosas y las ideas para pasar a dibujar los sonidos de las palabras. Nacían las letras.

Criptogramas, signos fonéticos, jeroglíficos esquemáticos trazos fueron creando un extenso universo que por su enorme complejidad y abundancia solo estaba al alcance de los poderosos y sus escribas, un cuerpo privilegiado al que se llegaba después de enormes esfuerzos. El concreto, la escritura era un signo de poder.

El largo camino hacia la simplicidad de la escritura actual dio un gran paso adelante cuando, a partir del complicado sistema jeroglífico egipcio, los pueblos semíticos lo redujeron a los símbolos que representaban las consonantes. Los primeros vestigios de esta escritura, explica Vallejo, datan del año 1850 a. C. y aparecen en el llamado Valle Terrible que atraviesa el desierto entre Abidos y Tebas en el Alto Egipto.

Los fenicios con su comercial sentido práctico no solo comprendieron la importancia de aprovechar la escritura para sus negocios sin tener que contar con escribas, sino que redujeron aquellas consonantes a veintidós; además, llevaron su alfabeto por todo el Mediterráneo desde oriente, donde dio lugar al arameo antecesor a su vez de las familias hebrea, árabe e india, del alfabeto griego y del latino.

Un problema: tanto el fenicio como el arameo solo usaban consonantes lo que complicaba enormemente la pronunciación. Y fue en el siglo VIII a. C. cuando los griegos (o un griego concreto pero sin nombre, imagina Vallejo) inventaron el primer alfabeto con cinco vocales –en sustitución de otras tantas consonantes– que lo hacían más fácil de leer y de exportar.

«A partir del modelo fenicio –leemos en El infinito en un junco–, él inventó para su lengua griega, el primer alfabeto de la historia sin ambigüedades –tan preciso como una partitura–. Comenzó por adaptar en torno a quince signos fenicios consonánticos en su mismo orden, con un nombre parecido (aleph, bet, gimel… se convirtieron en «alfa», «beta», «gamma»…).Tomó letras que no eran útiles para su lengua, las llamadas consonantes débiles, y usó sus símbolos para las cinco vocales que como mínimo se requerían. Solo fue innovador allí donde se vio capaz de mejorar el original. Su logro fue enorme [...]».

Así la escritura, cada vez más cercana, permitió expresar y contar historias y sentimientos, aunque durante mucho tiempo siguió en manos de unos pocos. El analfabetismo era –y lo es todavía en algunas zonas de la Tierra– un mal general que entonces remediaban con los relatos orales, un mal del que solo se libraban algunos privilegiados como, por ejemplo, los monjes de los conventos.

Ese invento que se creó y desarrolló en la antigüedad, que creció contra viento y marea y que se adoptó a los tiempos es uno de los mejores regalos que ha recibido la humanidad. Una historia llena de vida, que se centra en un limitado número de signos capaces de contar todas las situaciones y de crear realidades imaginadas que nos llevan a otros mundos y a otros pensamientos. Un largo recorrido que caminó de la belleza a la simplicidad, para volver de la simplicidad a la belleza que transmiten las palabras escritas con esos símbolos, caligráficos o tipográficos, llamados letras que vemos ordenadas en alfabetos y abecedarios.

¿Cuáles son las letras del alfabeto?

Hablamos ahora del abecedario de la lengua española. El abecedario español está formado por 27 letras. De cada una de ellas hay una representación en mayúsculas y minúsculas. A su vez, estas 27 letras se dividen en vocales (5) y consonantes (22), cada una de ellas con sonido propio. Pero además existen otros 5 sonidos formados por la unión de dos letras. A estos sonidos se les conoce como dígrafos.

¿Cuál es la diferencia entre el abecedario y el alfabeto?

Las palabras abecedario y alfabeto son sinónimos. La única diferencia que podemos encontrar está en el origen de estas dos palabras, el origen de abecedario es fenicio y el de alfabeto, griego. No hay mayores diferencias entre el significado de ambas palabras.

Las letras de nuestro abecedario

Ya hemos dicho que el abecedario de la lengua española está formado por 27 letras. A continuación te mostramos las vocales, las consonantes y los dígrafos del abecedario español (en mayúsculas y minúsculas):

Vocales

Aa, Ee, Ii, Oo, Uu

Consonantes

Bb, Cc, Dd, Ff, Gg, Hh, Jj, Kk, Ll, Mm, Nn, Ñn, Pp, Qq, Rr, Ss, Tt, Vv, Ww, Xx, Yy, Zz

Dígrafos

Ch ch, Ll ll, Qu qu, Gu gu, Rr, rr

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