Tristrás, de Iban Barrenetxea

30 de diciembre de 2021. Estandarte.com

Si hace unos días os adelantábamos cuáles eran para nosotros los mejores libros publicados en 2021 para público infantil y juvenil, ahora queremos compartiros cuál de ellos es el que queremos destacar con el Premio Estandarte a mejor libro infantil 2021.

Se trata Andanzas de un flautista llamado Tristrás, una novela de aventuras en la que lo fantástico, lo picaresco y el humor se codean en una cuidada edición de Nørdica que cuenta con las maravillosas ilustraciones del mismo autor, Iban Barrenetxea.

En esta historia las madrinas que parecen brujas se camuflan en cuervos; una vela que se enciende soplando descubre con su luz que nada es lo que parece (es o mucho peor o mucho mejor, según el caso); desde librerías con un solo libro – de autoayuda, por cierto- a pasadizos secretos, maleficios, héroes inesperados y un dragón, imprescindible en esta historia. Todo se reúne en estas páginas con naturalidad y fluidez, y sin dejar nada al azar.

A Tristrás, su protagonista, le cambia la vida la mañana en la que se encuentra con tres cuervos que se transforman en tres ancianas que dicen ser sus madrinas y que tienen para él unos extraños regalos. A partir de ese momento, se quiebra su rutina de recorrer caminos, ciudades y puertos y de ir tocando su flauta en ferias y plazas para sacarse unas monedas.

Ahora le toca huir y enfrentarse a su destino. En esa huida y en esa misión –en la que tiene mucho que ver el dragón que le desafía en la portada– va topándose con un genial elenco de personajes con los que se enreda en situaciones variopintas, que provocan en quien lee muchas sonrisas y algún que otro nervio.

Andanzas de un flautista llamado Tristrás es divertida por la historia que cuenta y los personajes que la protagonizan –estupendos Nina y Artemio de Misacanto– y también por cómo la cuenta Barrenetxea: cómo enlaza las palabras, juega con las onomatopeyas, elige los nombres con los que bautiza a esos personajes o echa mano de la sátira.

Es una lectura gozosa, en la que ocurren muchas cosas que se sostienen con el poder de la imaginación. El texto, muy ágil y muy gráfico, empuja y cuela al lector en ese país inventado, lo enreda en esa fantasía misteriosa que pide continuar devorando páginas y capítulos mientras se pasa un muy buen rato. Con el aliciente, además, de encontrarse de vez en cuando con una ilustración delicada, cálida y simpática.

Si miramos a sus influencias podemos hacernos una idea de ante qué tipo de historia nos encontramos; la novela picaresca, con reminiscencias del Lazarillo de Tormes en el propio Tristrás, el fantástico barón de Münchhausen – del que Barrenetxea se declara fan- a cuentos clásicos como el Flautista de Hamelín.

Recomendada para lectores a partir de 9 años, la novela deja tan buen sabor de boca que despierta el deseo de indagar en el catálogo particular de Barrenetxea, en los libros de los que es autor de texto e ilustraciones y en los que se encarga de ilustrar las historias de otros. Son muchos y muy sugerentes; por ejemplo, de entre los primeros nos acordamos de El único y verdadero Rey del Bosque (A buen paso, 2013), reconocido con el Premio Fundación Cuatrogatos 2014 y el White Ravens 2014, y de Brujarella (Thule, 2014), y, de entre los segundos, aplaudimos la elegancia y sorna de los dibujos con que acompaña el magnífico relato de Roald Dahl La cata (Nørdica, 2020).

Tristrás ha llegado a nuestras bibliotecas personales para ocupar un lugar especial en ese estante donde se reúnen los libros donde todo es posible. Por eso, desde Estandarte consideramos que se trata del mejor libro infantil de 2021.