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Quino, Príncipe de Asturias, cuenta que...

El dibujante argentino compartió ayer su alegría por el premio.

22 de mayo de 2014. Estandarte.com

Qué: Declaraciones de Quino tras la concesión del Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades

Ayer Quino ofreció una rueda de prensa en Buenos Aires para comentar su flamante Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades. En ella se mostró agradecido por el galardón, al que confesó sentirse muy unido por sus recuerdos de raíz española. “Yo nací en Mendoza pero me crié en el Mediterráneo; porque el carnicero era español, el verdulero era italiano, el que vendía el pescado era…”, contó ayer Quino. “El verdulero se paraba frente al zaguán de la casa y decía: ‘¡Traigo el sol y la luna de los tomates!’ Ya teníamos a García Lorca ahí. Y todo era así. Había un sirio libanés que decía: ‘Vendo quejel para que los ojos luzcan lindos y preciosos. Hasta ir a la escuela primaria en mi casa se hablaba andaluz”.

Quino y la censuraMucho ha llovido desde la primera edición de Mafalda, que en España se publicó en 1973 con el aviso de “Sólo apta para adultos”, como recordó ayer Quino. Quiso reconocer también la labor de los historietistas españoles, y declaró su sorpresa ante la noticia: “No me esperaba este premio. Me habían dicho que estaba propuesto. Pero no me lo esperaba. Me sorprende que con los dibujantes que ha tenido siempre España me toque a mí esto. He tenido la suerte de haber conocido a Antonio Mingote, a El Perich, a Summers, a Chummy-Chummez…”.

El humor de Quino atraviesa las décadas y las fronteras, como lo demuestra el hecho de que se le siga leyendo con la misma pasión desde hace 50 años (los que tiene su personaje más popular, Mafalda). Será que su mirada no pasa de moda: “Me causan gracia muchas cosas que no sé explicar por qué: esos perritos que pasan apurados por la calle como si les estuvieran por cerrar el banco… Me causa mucha gracia el humor inteligente, no el tipo de humor chabacano y grosero del cual están llenas hoy en día todas las televisiones, no solo la televisión argentina. La verdad, da pena desperdiciar un medio tan rico como la televisión en estas tonterías”.

Quino tiene 81 años. Ayer contó que la última tira que dibujó fue en 2006, que ha perdido mucha vista (no ve los subtítulos de las películas) y que el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades le ha pillado ya falto de fuerzas: “A los premios, como dijo no me acuerdo quién, uno llega cansado. No es que los desprecie ni mucho menos. Al contrario, a uno lo halaga”.

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