El árbol de la lengua, de Lola Pons Rodríguez

02 de enero de 2022. Estandarte.com

El árbol de la lengua, de Lola Pons Rodríguez y la editorial Arpa, es un sabroso libro tan interesante como ameno, muy recomendable para todos aquellos que disfrutan escarbando entre letras, su historia, sus relaciones, su evolución…, que desconfían de los prejuicios y reconocen el poder de la palabra. Pons Rodríguez es catedrática de Lengua Española en la Universidad de Sevilla e investigadora en Historia de la Lengua Española, autora de numerosas publicaciones entre libros, artículos y reseñas, con la lengua como protagonista. En el catálogo de Arpa tiene también Una lengua muy muy larga (2016), que con sus más de cien historias curiosas sobre el español ha sido todo un éxito.

Ahora, en El árbol de la lengua, reúne 69 artículos publicados entre el verano de 2017 y el invierno de 2019 en distintos medios (El País, Verne, Archiletras, Muy Negocios & Economía); algunos textos han sido alargados para esta edición, otros, pulidos o acortados. Todos versan sobre el español: pronunciación, gramática, el habla de los jóvenes…, y se organizan en torno a la metáfora del árbol (la lengua es un árbol que “nos resguarda, crece con nosotros, florece, tiene sus ciclos…”) en 12 secciones. Como un buen pórtico, antes de introducirse en la primera de estas secciones, el texto “El árbol de la lengua” homenajea a la lengua con muchos deseos cargados de sentido común y tolerancia que admiten lecturas sociales, culturales y políticas: “Cuando comprendamos que las lenguas son patrias que cobijan; cuando la lengua no sea ni la jaula ni el ariete […]”, es uno de ellos.

Divulgativo y muy ameno, el libro engancha con expresivos ejemplos, con idas y venidas al pasado y constantes guiños a la actualidad, con fórmulas como interpelar directamente al lector y recursos como poner banda sonora a un texto al tiempo que disecciona con claridad tecnicismos o personaliza elementos de la lengua (por ejemplo, en la exposición de esa guerra en el subjuntivo con tuviese como dueña de una casa y tuviera como inquilina). En estos textos hay muchos viajes: en el tiempo en busca del origen de las palabras y los cambios que en ellas se han producido (ortográficos, de pronunciación, de registro y connotación…) y también a través de distintas geografías que aprenden de la adaptación de la lengua al contexto sociocultural.

La lingüista, que combina rigor y entretenimiento, se apoya a veces en refranes, otras en anécdotas que agilizan y enganchan como la de la lista de palabras de James Rhodes. En su papel de estudiante de español, el británico recogió palabras que, de tres en tres, solo se diferencian por la tilde (júbilo, jubilo, jubiló; vínculo, vinculo, vinculó…). La desesperación del pianista es la excusa para abordar la explicación de las tritónicas, entrando en el juego de venderlas como la venganza por las phrasal verbs.

Con muletillas, diminutivos, leísmos y yeísmos; con interesantísimas reflexiones sobre el aprendizaje de la lengua en el aula (la hipertrofia del metalenguaje en Primaria roba tiempo para aprender a expresarse, a leer con gusto…, cuenta esta profesora de lengua); con humor y jugosas y enriquecedoras referencias; con miradas al Cid, Notre Dame, América o María Goyri y Concha Casado, e indagando en la génesis de palabras nuevas, desmontando estereotipos y tópicos y diseccionando las relacionadas con la economía, el verano o la Navidad, Pons González comparte su pasión por la lengua y enseña mucho y de forma divertida sobre ella. Su final, a base de ejercicios, permite al lector comprobar con qué se ha quedado.