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5 novelas cortas para disfrutar

Grandes historias en poco espacio: Oz, Uhlman, Werfel, Zweig y Cortázar...

10 de marzo de 2024. Estandarte.com

Qué: novelas cortas para leer en un fin de semana Autores: varios

Son pequeñas obras de arte, de escritura redonda, completa, donde no falta ni sobra nada. Cada una de ellas es una invitación a seguir leyendo, a conocer más del autor, a tratar de encontrar otras historias contadas con tanta maestría. Hemos seleccionado cinco relatos en los que la superación, la cobardía, la amistad, la aventura, la rectitud, las convenciones sociales o las situaciones límite se reflejan con enorme precisión en un limitado número de páginas.

 

De repente en lo profundo del bosque, en la selección de novelas cortasDe repente en lo profundo del bosque.
Amos Oz

“La maestra Emmanuela explicó a la clase qué aspecto tiene un oso, cómo respiran los peces y qué sonidos emite la hiena por la noche. También colgó en la clase fotografías de animales. Casi todos los niños se burlaban de ella, porque en su vida habían visto un animal. La mayoría de los niños no creía del todo que existieran esas criaturas. Al menos, no cerca de donde nosotros vivimos”. Así inicia Amos Oz (Jerusalén, 1939–Tel Aviv-Yafo, 2018) este relato con aires de parábola y lleno de simbolismo en el que cuenta la historia de un pueblo pequeño del que por una  extraña maldición, desaparecen todos los animales y con ellos todos los ruidos y murmullos que acompañan su presencia: ladridos, mugidos, maullidos, susurros de insectos, crujir de la madera carcomida… Hay silencio en la noche, y hay miedo a hablar de lo que pudo pasar. Contada de forma poética, vamos conociendo a los distintos personajes que el escritor define por su oficio o parentesco, vivimos el remordimiento, la negación; y nos aventuramos por el bosque con dos niños, Maya y Mati, dispuestos a encontrar la verdad. Una auténtica delicia.

Siruela, traducción de Raquel García Solano. 128 páginas, 14,90 €

 

Reencuentro, en nuestra selección de novelas cortasReencuentro.
Fred Uhlman

Fred Uhlman (Stuttgart, 1901-Londres, 1985) antes que escritor fue abogado, y también exiliado. En 1933 abandonó Alemania, vivió en París, y Madrid antes de recalar definitivamente en Londres. Allí se dedicó a la pintura, fundó La Liga Libre para la cultura con la finalidad de ayudar a los artistas e intelectuales alemanes huidos de su país. Pese a su valor como pintor, fue una novela, Reencuentro (1977), la que lo lanzó a la fama. Contada en primera persona, con un lenguaje nostálgico, alegre y también doloroso, es una historia de amistad entre dos adolescentes de distinta clase social –uno es hijo de aristócratas, el otro, de médico– y de distinto origen: uno, ario, el otro, judío. Estamos en 1933, ellos apenas perciben lo que está sucediendo en Alemania, Berlín parece muy lejos, pero se encuentra más cerca de lo que piensan y desean. Y todo empieza a cambiar entre ellos a medida que se asienta el nuevo régimen, Konradin se alista en las tropas nazis, Hans se exilia a Nueva York. Solo años más tarde tiene lugar el “reencuentro” con el que fue su amigo.

Cuenta Arthur Koestler (Budapest, 1905-Londres, 1983) en el prólogo que cuando leyó por primera vez Reencuentro, escribió al autor diciéndole que “…a mi juicio se trataba de una pequeña obra maestra” para líneas más adelante afirmar “… que este delgado volumen ocupará un lugar perdurable en cualquier biblioteca”

Tusquets Editores, traducción de Eduardo Goligorsky. 128 páginas, 12 €

 

 

Una letra femenina azul pálido, en nuestra selección de novelas cortasUna letra femenina azul pálido.
Franz Werfel

Leónidas, un hombre de origen humilde que fue ascendiendo gracias a su encanto y capacidad de relacionarse con lo mejor de la sociedad, es ahora un alto funcionario, casado con una acaudalada mujer, satisfecho de sí mismo, convencional en las formas y siempre impecable. Todo parece perfecto hasta que recibe una carta, escrita con tinta azul pálido, que trastoca todo su bien armado entramado vital. La autora de la carta, Vera, un antiguo amor de juventud, le pide un favor para un chico alemán que necesita trasladarse a una escuela vienesa. Leónidas, Leo, León, a todos esos nombres responde, piensa que ese chico puede ser hijo suyo. Y así comienza un para él angustioso recorrido, que terminará cuando al fin se encuentre con Vera, donde se suceden los recuerdos, la necesidad de contar la historia de aquellos años, los remordimientos y el miedo a perder la estima de la sociedad y la de su mujer.

Con este relato, el novelista, poeta y dramaturgo Franz Werfel (Praga, 1890-Beverly-Hills, 1945) realiza un retrato psicológico y un análisis de la sociedad y de sus personajes con un realismo y una precisión en el lenguaje que llega al fondo del corazón, implica y aleja de cualquier sentimiento de indiferencia.

Anagrama, traducción de Juan José del Solar. 144 páginas, 7,90 €

 

 

Veinticuatro horas en la vida de una mujer, entre nuestras novelas cortas seleccionadasVeinticuatro horas en la vida de una mujer.
Stefan Zweig

El punto de partida de la novela es una discusión entre los huéspedes de una pensión en la Riviera francesa; el motivo, la huida de una mujer casada y madre con un hombre joven. El narrador la comprende, el resto en su mayoría no. “¿Usted cree, pues, que una mujer, cualquiera que sea, puede lanzarse inocentemente a una aventura; que hay acciones que una mujer juzgaría imposibles una hora antes de cometerlas y de las cuales no cabe hacerla responsable?” La pregunta de Mrs. C., una anciana dama inglesa, abre un diálogo entre ambos que días después dará paso a la confesión de un episodio, para ella vergonzoso, ocurrido años antes, que duró exactamente veinticuatro horas, pero que marcó la vida de Mrs. C. durante casi toda su vida. En boca de esa dama, Stefan Zweig (Viena, 1881-Petrópolis, Brasil, 1942) describe ese periodo de enajenación con esa prosa elegante, precisa y delicada que le distingue; va contando sus sentimientos, sus viajes, su vida en soledad, y narra su encuentro con un joven que solo vive para el juego, al que pretende salvar y con el que vive intensamente ese corto periodo de tiempo. Muy poco comparado con los sesenta y siete años de Mrs. C. La precisión en las descripciones –la de las manos del jugador es maravillosa–, la lentitud del ritmo y el recuento detallista de cada momento, marcan el estilo de esta gran novela a la que podríamos añadir del mismo autor–también por cortas y excelentes– Carta de una desconocida y Novela de ajedrez.

Acantilado, traducción de María Daniela Landa. 104 páginas, 11 €

 

 

La autopista del sur, novelas cortas recomendadasLa utopista del Sur.
Julio Cortázar

En 72 páginas y con una rica expresión de lenguaje, el escritor argentino Julio Cortázar (Ixelles, Bélgica, 1914- París, 1984) nos introduce, como si de un reportaje se tratase, en un enorme atasco que se prolonga durante días y del que se sirve el autor como una metáfora de lo que significa estar atrapado en la rutina, y de la manera de actuar de los hombres en situaciones adversas. En esa autopista camino de París a la vuelta de un fin de semana vamos viendo a los atrapados identificados por la marca del coche: las monjitas del 2HP, el matrimonio del Peugeot 203; los jóvenes del Simca; la chica del Dauphin o el ingeniero del 404.

El calor y el frío, la impaciencia, la falta de víveres a medida que transcurre el tiempo; la necesidad de formar grupos, de organizar del mejor modo posible la situación dan paso a situaciones que destapan el egoísmo, la cooperación, la cobardía, la deserción, la indiferencia o la solidaridad.  “Las mujeres –escribe– improvisaban de a poco sus actividades samaritanas, yendo de un auto a otro, ocupándose de los niños para que los hombres estuvieran más libres; nadie se quejaba pero el buen humor era forzado, se basaba siempre en los mismos juegos de palabras, en un escepticismo de buen todo”. Pero, como todo, el atasco termina y…

Nórdica, 72 páginas, 8 €

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