'Mierda bonita', de Pablo Gisbert

17 de diciembre de 2015. Estandarte

Si es teatro, y si es teatro arriesgado, empeñado en decir de otra manera, lo publica La uÑa RoTa. En este caso, la nueva joya que esta editorial segoviana descubre a los lectores sin prejuicios la firma Pablo Gisbert, y se titula —agárrense— Mierda bonita. El título cumple con las expectativas, y el contenido muestra una cosa... pero también la otra.

Mierda bonita reúne por primera vez todos los textos que Pablo Gisbert ha escrito para El Conde de Torrefiel, su compañía teatral, una de las más singulares del panorama europeo. Un prestigio ganado con textos como La chica de la agencia de viajes nos dijo que había piscina en el apartamento o La posibilidad que desaparece frente al paisaje, y que se incluyen en Mierda bonita.

«Si un escritor es un catálogo de voces», nos cuentan desde La uÑa RoTa, «estas páginas ofrecen un amplio registro de una prosa escrita a contrapelo y al servicio de un pensamiento abiertamente crítico con el sistema y el orden establecidos. En cada uno de los títulos aquí reunidos, en su mayor parte inéditos, Pablo Gisbert, nariz y oído pegados a nuestro tiempo, examina sin perder el sentido del humor asuntos incómodos y espinosos: el pasado fascista en España y en Europa, y el peso que aún ejerce en nuestras vidas; la relación entre la vida pública y la privada, el deseo individual frente al colectivo; la perversión que se acumula en los cuerpos; el autoengaño como forma de subsistencia; o la brecha entre lo que pensamos y lo que decimos».

Pablo Gisbert nació en Ontinyent (Vàlencia) en 1982. En 2010, instalado en Barcelona, fundó con Tanya Beyeler la compañía El Conde de Torrefiel, un proyecto escénico y vital que combina las artes plásticas con la literatura contemporánea. Hoy la compañía ocupa una posición de referencia en países como España, Francia, Italia, Bélgica, Alemania, Holanda, Eslovenia, Portugal, México o Brasil. Asimismo, ha participado en festivales como el Kunstenfestivaldesarts de Bruselas, el Temporada Alta de Girona o el Festival de Otoño a Primavera de Madrid. Desde 2005, de forma paralela, Pablo Gisbert colabora con La Veronal, compañía de danza dirigida por Marcos Morau, con quien explora la palabra en relación con el movimiento.

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