Pink Cadillac Man, de Domingo Alberto Martínez

08 de diciembre de 2024. Estandarte.com

Perder la libertad es como perder el aire, pero la vida sigue y durante las horas pesadas y lentas que se suceden en prisión puedes verte sumido en una espiral de recuerdos y mentiras cada vez más perturbadora. El protagonista de esta novela es Sonny (Róbinson Sánchez), un cubano que cumple condena por homicidio en una prisión del Suroeste de los Estados Unidos. Él dice que es inocente, pero ¿quién no lo diría?

A partir de este argumento de drama carcelario, Pink Cadillac Man, de Domingo Alberto Martínez trasciende las simples etiquetas para volar más alto y más lejos en alas de la realidad y el deseo, a veces también en las de las pesadillas.

Los recuerdos de Sonny en la Cuba de su infancia y el Nueva York en el que creció son tan vívidos como la presencia inmediata de los otros presos, golfos de la peor calaña, estafadores y asesinos, héroes sin nobleza ni heroísmo obligados por las circunstancias, junto con esos guardias aburridos y violentos que pululan alrededor como domadores en la jaula de las fieras.

El día a día en la penitenciaría federal de El Secadero está retratado con la crudeza de un Henri Charrière o un Edward Bunker, otras veces la narración se remansa, se vuelve reflexiva y sobria.

La novela se divide en diez capítulos, cada uno con un título que resume el contenido, en ocasiones de forma irónica, o aporta una clave para dar con su significado. Mientras asistimos a las rutinas cotidianas de la Prisión de Alta Seguridad de El Secadero, se van desvelando etapas en el camino recorrido por el protagonista, desde la Cuba de la que emigró con sus padres en busca de un futuro mejor hasta el Nueva York en el que se va sumiendo como en unas arenas movedizas.

En ocasiones oímos su voz directamente, una voz callejera y criolla, salpicada de jerga y cubanismos; otras es un narrador no necesariamente omnisciente el que nos muestra los acontecimientos desde una perspectiva externa: lo que le ocurre a Sonny y a otros presos con los que comparte espacio.

Es el caso de Wilbur, el bueno del viejo, viejo Wilbur, que canta su dolor en una trova áspera y lenta, de Franks el indio o de los mexicanos don Rafael y el Tino Seisdedos, que planean fugarse. Nos encontraremos también con Matthews, un periodista en plena crisis de los 40 a quien le han encargado entrevistar a la alcaidesa Love, y a través de cuya mirada descubriremos la realidad económica y social de la cárcel, y los intereses, no siempre honestos, de quienes trabajan en el complejo penitenciario. Todas estas voces se van alternando hacia un desenlace en el que todos los cabos parecen quedar definitivamente atados.

Pink Cadillac Man fue al principio un cuento, Houseville, Massachusetts, finalista del premio de Narrativa Joven 'Ciudad de Monzón' en 1999 y poco después ganador del Premio de Novela 'Ategua' de Castro del Río (Córdoba) y del Premio 'Alfonso Sancho Sáez' de Narrativa del Ayuntamiento de Jaén.

Ha habido que esperar más de 20 años para que aquel texto que después fue una novela corta saliera de su crisálida con sus proporciones finales, convertido en una obra completa, mordaz y madura, a ratos conmovedora, en la que es tan importante lo que se cuenta como el modo de hacerlo; una obra que pone sobre la mesa cuestiones tan complejas como el racismo, la inmigración, la xenofobia, y las enlaza en una danza siniestra que nos lleva hasta el final sin apenas darnos cuenta.

Pink Cadillac Man es un caleidoscopio posmoderno, un ataque al neoliberalismo capitalista y el american way of life; esta vida líquida que acuñó el sociólogo, filósofo y ensayista polaco-británico de origen judío Zygmunt Bauman.

 

Domingo Alberto Martínez, autor de Pink Cadillac Man

Domingo Alberto Martínez (Zaragoza, 12 de agosto de 1977) es un escritor español que ha cultivado la novela, la nouvelle, el relato y el microcuento.

En 1995 inició sus estudios universitarios de Derecho y Filología Hispánica. En el año 2000 llegó su primera publicación, en el volumen colectivo Así escribo mi ciudad, y su primer premio literario, al quedar finalista del IV Concurso de Narrativa Joven 'Ciudad de Monzón'. Poco después ganaba el premio 'Santa Isabel de Aragón, reina de  Portugal' de Narración Breve con la novela Las ruinas blancas. 

Las ruinas blancas es una novela realista, a veces dura, otras evocativa y tierna. La narración sigue los pasos del Antonio, un tipo sin suerte que, tras pasar media vida en la cárcel de Torrero, es liberado la tarde de Nochebuena y vuelve a las calles de San Pablo, el barrio donde se crio, con la esperanza de encontrar a los suyos (la Chelo, su antigua novia, y su hermano Marcelino) y recuperar aquella vida que una vez tuvo antes de no tener absolutamente nada.

A partir de 2005, Domingo Alberto Martínez compaginó la literatura con diferentes trabajos. Tuvo dos hijos. Fruto de estos años de incertidumbre y mudanzas, llegaría Un ciervo en la carretera, una veintena de textos que combina el relato largo con el microrrelato y la ambientación histórica con la época actual. La obra, publicada en 2019, fue muy bien recibida por los lectores, que valoraron tanto la calidad formal del estilo como la riqueza de los temas tratados. La obra resultó finalista en la XVII edición del prestigioso Premio Setenil a mejor libro de relatos publicado en España.

Tras la buena acogida de Un ciervo en la carretera, en 2023 publicó su siguiente libro de relatos, titulado Esto no es una novela. Compuesto por 101 textos breves y microrrelatos, el libro explora el sincretismo de la prosa y su capacidad sugestiva y poética.

La última obra de Domingo Alberto Martínez es Pink Cadillac man.