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Los ingratos, de Pedro Simón

Una entrañable novela que puede leerse como una declaración de agradecimiento.

04 de junio de 2022. Estandarte.com

Qué: Los ingratos Autor: Pedro Simón Editorial: Espasa Año: 2021 Páginas: 288 Precio: 19,90 €

Esta novela tiene sabor a pueblo, a amigos de la infancia, a días largos, a amor incondicional. Los ingratos es tierna, simpática, conmovedora, alegre y triste, entrañable. Es como un trozo de vida pasado a papel, con personajes que, de tan bien construidos, llegan a verse y tocarse, a los que apetece arropar, acompañar y agitar.

El periodista y escritor Pedro Simón (Madrid, 1971) se acerca al pueblo al que en 1975 fueron a parar David, el niño protagonista de la historia, y su familia. Su madre, la señorita Mercedes, es maestra y ese es su nuevo y temporal destino. El padre no puede trasladarse con ellos; en un momento dado la madre necesita ayuda en casa. Es entonces cuando aparece la Emérita.

La Emérita es una mujer del pueblo de toda la vida, grande y sorda, que esconde un gran secreto y gasta un gran corazón. Ayuda a Mercedes con la casa y con David. De Isa y de Vero –las hermanas mayores– no hace falta que se ocupe tanto, es al pequeño al que hay que cuidar y atar más en corto. Y es a él a quien ella quiere cuidar.

El vínculo entre ellos es el corazón de esta novela. Se crea a fuerza de ir a la tienda juntos, de que la Eme le eche un ojo mientras él (Currete, para ella) anda con los amigos o de que le prepare la merienda y le dé el beso de buenas noches. De que David y sus hermanas le dicten y corrijan sus faltas de ortografía. De risas y apretones de manos. Y, también, de los cambios que trae consigo crecer, de silencios y espacios.

La dedicatoria del libro («Para las que apenas cuentan, para las que tienen muchas faltas de ortografía») deja intuir la trascendencia de la Eme, ese personaje que va haciéndose sitio en la familia y que con su estar, su singular escucha y su compañía va regalando valiosas enseñanzas y recomponiendo equilibrios.

La mayor parte de la historia la cuenta un David ya adulto, que de forma retrospectiva saborea aquellos días en el pueblo y recrea lo que para el niño era importante, lo que aprehendía con su mirada nueva, con casi todo por estrenar y disfrutar, con un lenguaje sencillo, espontáneo, sin artificios. «[…] Y ya cuando nos íbamos a ir, aquella señora se agachó y me preguntó si me gustaban las aceitunas gordas. Yo me encogí de hombros imitando a Isa, como contestando pues claro. Como si las aceitunas gordas fueran lo mismo que darle un beso a una actriz rubia y extranjera. A ver quién decía que no».

Cuando recupera diálogos, lo hace con tan buen tino que estos caracterizan a los personajes tanto como lo hacen sus expresivas descripciones. Su narrativa tiene también mucha poesía y una belleza y un mimo que emociona a quien lee mientras se sumerge en reflexiones con las que dibuja aquella España de mediados-finales de los setenta y primeros ochenta. El transcurrir de los días en el pueblo y la mirada puesta hacia la ciudad reflejan la sociedad de aquella época, con su crudeza, su autenticidad, naturalidad y sinsabores. «Salíamos de sus entrañas, de aquellos que nacieron para conjurar la muerte y la ausencia. Veníamos de sus ganas de pasar página, de sus ganas de que aprendiéramos a leerlas».

Hay varias ocasiones a lo largo del libro en la que el David narrador se echa a un lado. La primera es justo al comienzo de la novela. Una voz en tercera persona presenta el pueblo y cuenta un suceso dramático de 1961. El siguiente capítulo ya son los recuerdos de David. La Eme, con los escritos atesorados en su carpeta o sus cartas, será la otra confidente que va y viene en distintas ocasiones.

Con este recurso a tres se arma esta novela maravillosa que utiliza la literatura para recordar, dar las gracias y fijarse en lo importante. «[…] un relato con imágenes poderosas e inolvidables sobre la pérdida de la inocencia y el paso de la infancia a la edad adulta, a la vez que un homenaje, entre la ternura y la culpabilidad, a los que nos trajeron hasta aquí sin pedir nada a cambio. Una auténtica historia de amor en toda la extensión de la palabra», apunta el jurado del Premio Primavera de Novela 2021 –convocado por la editorial Espasa y Ámbito Cultural de El Corte Inglés– que en su 25ª edición ha reconocido por unanimidad a Los ingratos como ganadora.

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