Los asquerosos, de Santiago Lorenzo

14 de junio de 2021. Estandarte.com

Los asquerosos cuenta, en la voz del tío del protagonista, la historia de Manuel, un chico de veintitantos años que tiene que huir de Madrid. Es ese tío narrador el que le ayuda en la fuga y le sirve de enlace-proveedor en la nueva vida que debe construirse en una aldea abandonada.

Santiago Lorenzo (Portugalete, Vizcaya, 1964) se preguntaba –según contó cuando le concedieron el Premio Cálamo por esta novela– qué pasa con esa gente que hoy se muere de ganas de estar totalmente sola, cómo lo hacen los ermitaños del siglo XXI. Y así, con esta idea en la cabeza y divirtiéndose muchísimo, escribió esta historia tragicómica, su cuarta novela, en la que se distinguen dos partes muy claras.  

La primera narra la huida de Manuel, el descubrimiento de Zarzahuriel (nombre ficticio, como el del protagonista, según indica su tío), cómo se instala allí y cómo se las apaña con menos de lo mínimo. Siempre cuenta con la complicidad de su tío, que es testigo a distancia del cambio de su sobrino según se adapta a un entorno que nada tiene que ver con el Madrid en el que trabajaba como teleoperador y en el que luchaba –sin mucho éxito– por socializar. Zarzahuriel parece abrirle los ojos, a la fuerza, al valor de la austeridad, del tiempo, del silencio. De la soledad.

Las huellas y los restos que quedaron de la vida anterior del pueblo y lo que Manuel es capaz de hacer con ellos llenan páginas de ingenio y de curiosidades contadas con tono coloquial, sin tapujos ni miramientos, con mucho humor, de forma distendida y, sobre todo en la segunda parte de la novela, mordaz. Entre esas anécdotas y esas reveladoras descripciones caen semillas para la reflexión. El lector se mete de lleno en la novela y empieza a preguntarse qué haría si estuviera en el lugar de Manuel, si sería capaz de pasar de sobrevivir a vivir de forma feliz en esas circunstancias; se cuestiona las necesidades superfluas de las que depende y su relación con el tiempo a propósito del celo que Manuel muestra con el suyo.

En la segunda parte aparecen los mochufas (un tipo concreto de asquerosos) y ponen en peligro la paz y la libertad que Manuel, en su completa soledad, había ganado. La actitud del protagonista y la de su tío como confidente traducen el asco que esta gente provoca en el escritor Santiago Lorenzo, y a la que dibuja perfectamente a base de detalles como sus cargadores de móvil de repuesto o su calefacción con control a distancia.

La expresión de ese asco viene acompañada de las escenas más divertidas de la novela, que se tejen con un humor inteligente y un manejo ingenioso del lenguaje. Entre risas, es inevitable que el lector siga pensando en las formas de vida en nuestra sociedad, el consumismo, la supuesta comodidad, los estereotipos, la intimidad. Y que, de alguna manera, se mire –quizás con temor– en el espejo. Los asquerosos da mucho en qué pensar. Divertidísima y cargada de ironía, tiene también su punto triste y entrañable en esa singular y honesta relación entre tío y sobrino.

Con esta novela, Santiago Lorenzo ha ganado el ya citado Premio Cálamo al Libro del Año 2018, el de las Librerías de Navarra 2019, el de los Libreros Recomiendan 2018 (CEGAL), y ha visto cómo la editorial Blackie Books (con quien también publica Los huerfanitos, Los millones y Las ganas) la edita una y otra vez (hasta diez, a fecha de diciembre de 2019) ante el interés de los lectores.