Lo que no te mata te hace más fuerte; Stieg Larsson sin Larsson

30 de mayo de 2015. Estandarte.com

Uno de los secretos mejor guardados del panorama editorial, si nos permites el tópico, desvelado al fin: la cubierta de Lo que no te mata te hace más fuerte, la cuarta entrega de Millennium, una de las sagas literarias de mayor éxito en los últimos tiempos.

Es obra de Gino Rubert, que ya trabajó en los tres primeros tomos. La cuarta parte de Millennium, las aventuras —y desventuras— del periodista Mikael Blomkvist y la hacker Lisbeth Salander, viene con lógica sorpresa: Stieg Larsson —el creador de los personajes— falleció en 2004, por lo que el escritor sueco David Lagercrantz se encargó de continuar la historia.

O no exactamente: sabíamos que Stieg Larsson había dejado en torno a doscientas páginas de un cuarto volumen de Millennium, según anunció su viuda, pero la historia que David Lagercrantz —biógrafo del futbolista Zlatan Ibrahimovic— presenta en Lo que no te mata te hace más fuerte no guarda relación alguna con el legado de Stieg Larsson.

En agosto de 2015, exactamente diez años después de la publicación en Suecia de Los hombres que no amaban a las mujeres —la presentación de Millennium, Blomkvist, Salander y el propio Stieg Larsson—, llegará a las librerías de todo el mundo —desde Suecia hasta España— Lo que no te mata te hace más fuerte.

David Lagercrantz nos presenta en esta novela a una Lisbeth Salander inquieta. Ha participado en un ataque hacker sin razón aparente y está asumiendo riesgos que normalmente evitaría. Mientras, la revista Millennium ha cambiado de propietarios; Mikael Blomkvist ya es historia. Sin embargo, Blomkvist recibe una noche la llamada del profesor Frans Balder, un eminente investigador especializado en Inteligencia Artificial quien afirma tener en su poder información vital para el servicio de inteligencia norteamericano. Su as en la manga es una joven rebelde, un bicho raro que se parece mucho a alguien a quien Blomkvist conoce demasiado bien. Mikael siente que esa puede ser la exclusiva que él y Millennium tanto necesitan, pero Lisbeth Salander, como siempre, tiene sus propios planes.