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La mejor parte de los hombres, de T. Garcia
Un debut sorprendente nos llega desde Francia.
02 de marzo de 2011. Emilio Ruiz Mateo
Qué: La mejor parte de los hombres Autor: Tristan Garcia Editorial: Anagrama Año: 2011 Páginas: 296
La primera novela de Tristan Garcia, La mejor parte de los hombres, que ahora publica en español Anagrama, le valió el Premio Flore 2008 en Francia, un año después de que lo ganara Amélie Nothomb. Por primera vez en ese premio, que recibe su nombre del célebre café parisino del boulevard Saint Germain, el jurado se puso de acuerdo en la primera vuelta y por unanimidad. No tiene nada de extraño, una vez leída la novela. La mejor parte de los hombres traza un relato desde los años 80 hasta nuestros días, y lo hace centrándose de forma muy clara en los personajes, cuatro protagonistas (Willie, Doumé, Leibo y Liz) que componen un desolador retrato de las relaciones sentimentales del hombre posmoderno. Con la explosión del sida como detonante y telón de fondo de gran parte de la biografía de estos personajes, Garcia logra situarnos en los 80 con gran acierto y frases tan rotundas como esta: Los años ochenta fueron horribles para cualquier forma de inteligencia y cultura, con la excepción de los medios audiovisuales, el liberalismo económico y la homosexualidad occidental.
Y es que en La mejor parte de los hombres hay mucho de análisis de la comunidad gay y sus distintas formas de vida. Lejos de los clichés facilones en los que otras novelas de esta temática suelen caer, Garcia consigue interesarnos al elegir perfiles tan diferentes como el del activista a favor de la prevención y el defensor de las relaciones sexuales sin preservativo (bareback), con declaraciones tan radicales como las que leemos en la página 136 (El preservativo es el Estado en un culo, la polla es la libertad en un calzoncillo… … El sida hace vivir, el condón mata). Resulta sorprendente comprobar que Tristan Garcia nació en 1981: uno siente que nos está contando el París de los años 80 de primera mano, aquella explosión sexual que vino a ser “otro mayo del 68”, que como éste, convirtió el sexo en algo político (Besabas a un hombre y estabas haciendo la Revolución de Ocubre). Al final, unos personajes salen mejor parados que otros, pero todos en La mejor parte de los hombres parecen pedir a gritos lo que su narradora se dice en las últimas páginas del libro, una declaración que bien podría ser el eslogan de la posmodernidad: Lo que daría yo por una lección.
Comentarios en estandarte- 2
1 | Enrique Rojas
02-03-2011 - 11:51:03 h
Un novelón posmoderno, sí señores.
2 | Pumuky
04-03-2011 - 17:05:31 h
¿Cuál es la mejor parte de los hombres?