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Humo, de José Ovejero

Una historia de supervivencia, dura y bella, de una grandísima calidad literaria.

08 de enero de 2022. Estandarte.com

Qué: Humo Autor: José Ovejero Editorial: Galaxia Gutenberg Año: 2021 Páginas: 144 Precio: 15,90 €

Humo, de José OvejeroCorta, intensa, impresionante, Humo, la nueva novela de José Ovejero (Madrid, 1958) es bella y desgarradora. Desconcertante e hipnótica, se apodera de quien la lee desde la primera línea hasta el final; entre medias, rondan miedos, azotes, violencia, resistencias y afectos a los que se asiste sin brújula y sin red.

Humo es una historia de supervivencia, en la que participan muy pocos personajes, en la que se pierden las referencias temporales y las geográficas son desasosegantes. Una mujer, un niño y una gata conviven en una cabaña en pleno bosque. Las condiciones son extremadamente difíciles. Apenas tienen contacto con nadie más, alguna visita deseada y alguna aparición amenazante. Están solos, rodeados de silencios.

Entre esos silencios están los que ha manejado de forma soberbia el escritor que ha pintado un cuadro distópico, que raya lo apocalíptico, sin contar cómo se ha llegado hasta allí. Está claro que las cosas no han sido siempre así, pero, ¿cuándo y por qué cambiaron?

Es una de las tantas preguntas que quedan en el aire, pero es que se impone otra urgencia. La de sobrevivir. Lo decíamos antes, Humo es una historia de supervivencia. Una historia en la que hay que protegerse de las abejas, del frío, de las goteras, de la suciedad…, hay que engañar al hambre y luchar contra ella. El hambre es una de las tantas amenazas que se acercan a esa mujer y a ese niño.

Mujer y niño sin nombres propios en otra ausencia de referencias que podría leerse como falta de humanidad, como que ese escenario lúgubre y dañino ha invadido y destrozado también lo que a las personas los hace humanos y únicos. Pero no es así. Los lazos entre esos dos personajes –y, de alguna manera también entre ellos y los visitantes o encuentros ocasionales– son una puerta abierta a la reflexión sobre el sentido de la vida. Detrás de esos dos desasosegantes sustantivos comunes hay dos personajes que, sin alma de héroes, sostienen la humanidad de esta novela, y con ella la esperanza del género humano.

Duro y triste, Humo es también un libro muy bello. Hay belleza en esa camaradería entre mujer y niño y, sobre todo, hay belleza en el uso de las palabras, en la precisión, la claridad y la sintonía con la que Ovejero las une para crear unas imágenes que casi se pueden tocar. Su prosa, poética a veces, arrastra, mece, conmueve; despierta. Es la mujer la que en primera persona va relatando su día a día, fotografiando con palabras sus movimientos y los del niño, intercalando en un continuo sin marcas tipográficas sus diálogos (o, más bien, monólogos –el niño apenas habla–) y soliloquios. La que hace que la narración fluya y que el ritmo de las frases se contagie de los momentos de sosiego, de miedo, de cansancio, de incertidumbre, de felicidad.

Sí, también hay hueco para la felicidad. A ella le dedica uno de los capítulos. Sin título –como todos los demás–, en ese capítulo describe y enumera sus momentos de felicidad dentro de esta lúgubre realidad. Son apenas dos páginas y media –no llega– llenas de luz, sobre las que merece la pena volver. En realidad, vale la pena transitar de nuevo por toda la obra: saborearla, disfrutar de su calidad literaria y rumiar su indagación en la condición humana. Ovejero ha creado con Humo una obra potentísima; la quinta que publica con Galaxia Gutenberg tras Los ángeles feroces, La seducción, Añoranza del héroe e Insurrección. Autor de poesía, libros de viajes, cuentos novelas, ha recibido diversos premios entre los que se encuentran el Ciudad de Irún de poesía en 1993 por Biografía de un explorador (de este libro, la editorial Navona presentó en 2019, en conmemoración de los 25 años de su publicación, una edición ilustrada); el premio Gómez de la Serna 2010 por La comedia salvaje (Alfaguara, 2009), o en 2012 tres premios de ensayo –el de Anagrama, el de Estado Crítico y el de Bento Spinoza– a La ética de la crueldad (Anagrama).

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