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François Sureau, el terrorismo de cerca

Periférica publica la novela corta 'El camino de los difuntos'.

25 de septiembre de 2015. Estandarte

Qué: El camino de los difuntos. Autor: François Sureau. Traductora: Laura Salas Rodríguez. Editorial: Periférica. Año: 2015. Páginas: 56. Precio: 11 €

El filósofo George Santayana escribió que «quien olvida su historia está condenado a repetirla». Quizá para eso, para no olvidar, François Sureau ha escrito la brevísima novela El camino de los difuntos, una de las novedades más interesantes de cuantas Periférica ha preparado para este otoño. Un tema, el del terrorismo, que sus editores españoles han calificado de «candente», y que también protagoniza otra novela recién llegada a librerías: El comensal, de Gabriela Ybarra, en Caballo de Troya.

Con el libro de Ybarra comparte el de Sureau la base autobiográfica: el jurista francés no solo escribe sobre un hecho real, sino que escribe sobre un hecho que vivió. Javier Ibarrategui, antiguo militante de ETA durante el franquismo, ha solicitado que se le mantenga el asilo político en Francia. A pesar de que ya hay democracia en España —acaba de comenzar la década de los ochenta—, Ibarrategui cree que si vuelve al País Vasco podría ser asesinado por los GAL.

François Sureau tenía menos de treinta años cuando sucedieron los hechos que narra en El camino de los difuntos, y que le sirven para desarrollar una historia en torno a conceptos como la culpa, la justicia, el perdón, la piedad o la verdad. «Ibarrategui era un caso completamente distinto. Había nacido en Zestoa, Guipúzcoa, en 1940. Tras cursar los estudios superiores en letras, había vuelto a su tierra en calidad de maestro. Era militante de la causa vasca, pero aún más del antifranquismo. Se había alistado en ETA y había ocupado un cargo importante en la organización clandestina. Después de ser objeto de una intensa persecución tras los primeros atentados contra el franquismo, se marchó en 1969 a Francia, donde obtuvo el estatus de refugiado. Llevaba diez años viviendo allí humildemente, absteniéndose de toda actividad militante, como si algo en él se hubiera roto. Había trabajado en un taller mecánico en Quimper, y luego, durante los años posteriores, en una librería de París. Cuando se produjo el asesinato de Carrero Blanco, en 1973, escribió un pequeño texto para desaprobar el atentado, texto que se publicó en varias octavillas clandestinas y que tanto sus antiguos compañeros como algunas voces autorizadas de la extrema izquierda francesa le reprocharon. Casi lo habían olvidado tras tanto tiempo en silencio.»

François Sureau nació en París en 1957. Jurista de formación, es uno de los escritores más singulares e interesantes del panorama europeo actual. Es autor de, entre otros, libros como La Corruption du siècle (1988, Prix Colette), L’Infortune (1990, Grand Prix du Roman de l’Académie Française), Les Alexandrins (2003, Prix Méditerranée), L’Obéissance (2007) o Inigo (2010), todos ellos publicados en Francia por Gallimard, además de este El camino de los difuntos, con el que ahora conocemos su obra en español.

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