La mujer que murió por Juan Ramón Jiménez

18 de febrero de 2015. Estandarte

Con el sencillo diminutivo por el que familiares y amigos la llamaban, Marga, la Fundación José Manuel Lara acaba de publicar el diario de la escultora y pintora Marga Gil Roësset, con edición de Juan Ramón Jiménez. El Premio Nobel de Literatura, su amor imposible, cuidó —y cuidó de— los textos de la artista, que le entregó estos diarios en una carpeta amarilla, pidiéndole que los leyera más tarde. Después de marcharse, ya en casa de sus tíos, se suicidó.

Marga nos acerca el testimonio de una mujer enamorada y, al mismo tiempo, de una artista cuyo talento ella misma nos negó. Antes de suicidarse destruyó todo cuanto pudo de su obra, excepto algunas ilustraciones y un busto de Zenobia Camprubí, la esposa de Juan Ramón Jiménez. Pese a la diferencia de edad, Marga Gil Roësset mantenía una estrecha amistad con el matrimonio de intelectuales —se acercó a ellos gracias a su admiración por Camprubí, traductora de Tagore—, con una proximidad en la que se fraguó, quizá, el amor de Marga Gil Roësset hacia Juan Ramón Jiménez.

El poeta quiso publicar en diario de Marga en otoño de 1932, pocos meses después de su muerte, pero no pudo. En 1936 estalló la Guerra Civil, provocando el exilio de Juan Ramón Jiménez y Zenobia Camprubí, y en 1939 el diario de Marga Gil Roësset formó parte de los documentos robados por Carlos Martínez Barbeito, Félix Ros y Carlos Sentís.

Marga Gil Roësset nació en Las Rozas (Madrid) en 1908. Artista precoz, se inició en la ilustración y a los quince años se convirtió en alumna del taller del escultor Victorio Macho. Su sobrina, la escritora y fotógrafa Marga Clark, publicó la biografía novelada Amarga luz (Circe, 2002; Funambulista, 2011). Una exposición, Lo de Marga, reunirá este año fotografías de dibujos, esculturas y pinturas de Marga Gil Roësset, artículos de prensa sobre su trabajo y textos de Juan Ramón Jiménez, su gran amor.

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