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Háblame de ti. Carta a Matilda

Camilleri se autorretrata en este libro para su bisnieta.

12 de marzo de 2021. Estandarte.com

Qué: Háblame de ti. Carta a Matilda Autor: Andrea Camilleri Editorial: Salamandra Año: 2019 Páginas: 128 Traducción: Carlos Mayor Precio: 14 €

Háblame de ti. Carta a Matilda; de Andrea CamilleriMatilda es la bisnieta de Andrea Camilleri (Porto Empedocle, 1925-Roma, 2019), el escritor, guionista y director de teatro siciliano, archiconocido porque creó y acompañó al comisario Salvo Montalbano a lo largo de 28 novelas negras que han sido traducidas a 36 idiomas y versionadas como serie de televisión. Camilleri murió en julio de 2019, tenía 93 años. Hace uno publicó en su país este Háblame de ti. Carta a Matilda, que Salamandra ha editado en castellano en 2019.

En una suerte de memorias o de autobiografía muy sintetizada le va contando a su bisnieta algunas claves de su vida y del mundo que le ha tocado vivir. Es consciente de que a él ya le queda poco tiempo; no podrá ser testigo de su crecimiento ni de su proceso de maduración, ni podrá mantener con ella provechosas conversaciones en las que no solo comparta su experiencia, sino que aprenda lo que la mirada nueva de Matilda pueda enseñarle.

Con este libro por lo menos cumple la primera parte: la de transmitir lo que él ya sabe y cómo lo ha aprendido. Sus aciertos y sus errores, sus amigos, su amor –Rosetta Dello Siesto–, cómo llegó al teatro y cómo se apartó de él, su relación con la poesía y la novela, su labor como profesor (no solo lo que enseñaba, también lo que aprendía), sus preocupaciones sociales y políticas…

Cuando Camilleri dicta esta carta (larga para ser una misiva, muy corta para recoger su vida) ronda los 92 años. Está casi ciego, por eso no puede escribirla él directamente y por esa misma razón –y por la edad– ya no es tan activo políticamente. Pero lo ha sido. Y se lo cuenta a Matilda (y a todos los que nos acercamos a este bello libro) y –para ponerla en situación– le habla de cómo estaba Italia tras la Primera Guerra Mundial, le presenta a Mussolini, confiesa que estuvo cerca del fascismo y que se hizo comunista en pleno régimen fascista. Hubo varias circunstancias que provocaron ese viraje, una de ellas fue la lectura de La condición humana, de André Malraux. De alguna manera, citándolo en la carta se lo está recomendando a su bisnieta. Como lo hará con los Ensayos de Montaigne. También habla de las dos repúblicas, de la corrupción, de la mafia, de Berlusconi… Añora la ética y altura de miras que demostró la clase política italiana tras la Segunda Guerra Mundial y una idea de la construcción europea que confía en que los jóvenes puedan recuperar. Expone el tema del terrorismo, del atentado del 11 de septiembre, la guerra de Irak, la de Siria… Aborda la tragedia migratoria, y lo hace con dolor y vergüenza. Pero a esas alturas de su vida, asegura que no le ha vencido el humor negro del ocaso (o sea que no es pesimista), que cree en la humanidad.

También le dirá a Matilda que no le va a sugerir cómo vivir su vida porque a vivir se aprende viviendo, pero le propone como mejor aliado la verdad. Recuerda anécdotas como aquella vez que se disculpó con el actor Aristide Baghetti por haber perdido los nervios en un ensayo teatral y lo hace para mostrar la lección fundamental que el veterano actor le dio sobre la escucha y el diálogo. Relatos como el del colibrí en el incendio de la selva o la firme creencia de que dos más dos no siempre son cuatro redondean este autorretrato que Camilleri ha trazado dando saltos en el tiempo, entrelazando pasajes personales con grandes episodios de Europa en el siglo XX y en el XXI, con una gran capacidad de síntesis. “No me considero un gran escritor. En Italia se tiene la ambición de levantar grandes catedrales, a mí, en cambio, me gusta construir iglesias rurales pequeñitas y sobrias. Y con eso me basta.” –confiesa en este emocionante acercamiento a una niña de cuatro años, pensado para cuando ella crezca y él permanezca en sus libros.  

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